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Antonio Balibrea

EL MUNDO POR DE DENTRO

Antonio Balibrea

Hacer la pascua, una cuestión de huevos

Pere Aragonés

Hoy es el último día de Cuaresma y mañana empieza la Pascua. A Pere Aragonés el President de la Generalitat en funciones le han hecho la pascua, incluso sin haber terminado la cuaresma. Cuando estaba a punto de celebrar la primavera, y festejar por lo menos, su elección como nuevo president, conmemorar el tránsito del final del invierno y el final de la abstinencia; sus amigos de Junts le han hecho la pascua. Como decía el otro “guárdeme Dios de mis amigos, que de mis enemigos me guardo yo”.

La Pascua, en Cataluña es, en gran medida, tradicionalmente, y por lo visto, una cuestión de huevos. Pueden ser de chocolate, la mar de repintados y empalagosos; o simplemente hervidos. Para que quede constancia de que no son carne, ni pescado, y por lo tanto se pueden comer. Que se coman con mona o sin mona, depende de las fracciones y de los gustos, lo que está claro es que llegamos a la Pascua con una cuestión de huevos.

Carles Puigdemont el de Waterloo ciudad, y también batalla, quiere un triple pacto, que sería para Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) una triple rendición con mona o sin mona, pero en todo caso sin huevos. Primero, en lugar del Consell Executiu de la Generalitat; prefiere el Consell por la República, éste le viene más a mano y lo nombra él. Lo de menos es que sea por la República, lo importante es que lo preside él, y no Aragonés. Aunque ERC haya superado a JxCat por primera vez en unas elecciones. Con lo cual un Consell quimérico sustituiría a otro Executiu estatutario, elegido democráticamente. Puigdemont pretende sustituir, segundo pacto, en la presidencia efectiva a los posibles candidatos de los partidos más votados, PSOE-PSC y ERC, por él, que lidera el tercer partido más votado; ni siquiera es “tutela externa” como teme Aragonés es usurpación- o dejación, si se lo consienten- de funciones. Hacen falta huevos de pascua. Claro que los huevos decorados se remontan probablemente a la prehistoria y son un símbolo al parecer de la resurrección de algún héroe mítico, para unos, y de Jesús para la tradición cristiana. Los de Junts pretenden que sea la resurrección política de Puigdemont, más mito que héroe. En el colmo del éxtasis, Puigdemont aspira a que los diputados de ERC y Junts funcionen en Madrid como un sólo grupo parlamentario, que voten lo mismo, es el tercer pacto. Lo que no quiso plantear cuando Junts era la mayoría, lo pretende ahora que sólo tiene cuatro escaños. O sea, que también quiere mandar en el grupo catalán en las Cortes Españolas. El candidato de Esquerra, Pere Aragonés, ha advertido que él no se va a someter a “tutelas externas”. No piensa aceptar “ni sustituciones, ni tutelas”, ha dicho. Su liderazgo en la Generalitat “es indelegable e insustituible”. Veremos.

Segundo debate de investidura de Pere Aragonès a la presidencia de la Generalitat Youtube

Los de la CUP, la tercera pata imprescindible en el proyectado pacto, se atrincheran en las medidas sociales acordadas con Esquerra y refrendadas por sus bases. Sanidad y educación públicas, y renta básica universal ponen el marchamo de izquierdas en el pacto. Aunque eso le haría la pascua a JxCat.

Cincuenta días desde mañana, Pascua, hasta Pentecostés; el 26 de mayo es la fecha en la que: o hay gobierno en la Generalitat, o nuevas elecciones. Para unos es la fecha en que el espíritu cae sobre sus seguidores y les hace hablar en distintas lenguas; para otros es cuando Moisés les dio las tablas de la ley con todos sus mandamientos. No parece que el espíritu de Oriol Junqueras les inspire mucho; el líder de Esquerra está preso en Lledoners, pero además está extrañamente silencioso. Igual para Pentecostés habla. Las únicas leyes que se ven son las que dicta Puigdemont, según lo cuentan Abba, en su canción “Waterloo”, dice como Napoleón, “siento que gano cuando pierdo”. Y exige el triple pacto más duro que cuando ganó las catalanas. Aquella batalla fue la derrota definitiva del emperador carismático en el período de “los cien días”. Ahora le quedan cincuenta al emperador iluminado. Y Catalunya con un gobierno provisional. Qué pena.

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