Fernando Trueba ha levantado revuelo con sus declaraciones en la prensa que se concretan en una frase lapidaria: «El 90% del cine actual es de una estupidez inconcebible». Lo primero que habría que decir es que cualquier frase sacada de contexto puede quedar adulterada. Pero en este caso la afirmación de Fernando Trueba, crítico cinematográfico antes que director de 19 largometrajes, es tan contundente y tan gráfico que tampoco admite demasiadas ambigüedades.
Podríamos preguntarnos cómo se atreve un director de cine, hermano de director de cine y padre de director de cine, desde su posición tan ventajosa, realizar este tipo de consideraciones tan altivas hacia la mayoría de la industria. Lo hace desde la veteranía. Lo hace desde el conocimiento que le dan los años. Y lo hace sin duda desde su posición de cinéfilo apasionado. Hay que tener en cuenta que Fernando Trueba concede estas entrevistas promocionando el estreno de El olvido que seremos, una adaptación de una novela sobre la bondad. En este sentido es conveniente conocer otra frase suya que complementa la anterior. «Me parece despreciable el uso que algunos directores hacen de la glorificación del mal». Es lógico que el director de Belle Epoque, aquella alegoría del paraíso, hable así y obre en consecuencia. Las canas le permiten decir lo que piensa.
Que Trueba diga, sin despeinarse, que le parece que el 90% del cine que se hace, y que consumimos en salas o en nuestros televisores, es de una estupidez inconcebible, pone en evidencia a todos los que callan. A los que por h o por b, porque necesitan estar dentro del sistema, o porque es más cómodo callar, no se atreven a decirlo. Así es que bien por Trueba.
