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Juan Carlos Padilla Estrada

Las crónicas de Don Florentino

Juan Carlos Padilla Estrada

Pedro Sánchez en su laberinto

Pedro Sánchez.

Aseguro solemnemente que no habrá referéndum de autodeterminación en Cataluña”

Nunca diga nunca jamás, señor Presidente”

También dijo que nunca habría indultos. Denos tiempo, señor Sánchez”

Pone los pelos de punta escuchar las frases entresacadas del pleno del Congreso del 30 de junio, en el que el señor Presidente del Gobierno de España disertó sobre la cuestión catalana. Como espeluzna leer las respuestas de sus socios de gobierno, en este caso nacionalistas vascos y ERC.

El día anterior, el presidente de la autonomía catalana, lejos de agradecer el indulto a sus correligionarios, sostuvo que su plan es exactamente el mismo que hace un tiempo: Amnistía e Independencia.

Nada nuevo bajo el sol.

Cuestión previa: El señor Sánchez ha demostrado la fiabilidad de la veleta de la catedral de San Nicolás. Pero el citado señor no es tonto, y sabe ganar elecciones además de esquilmar a un partido y, sobre todo, sabe aliarse con dios y el diablo con tal de gobernar.

Un pronóstico: En unos años se dirá de él que ha sido un gran estadista, el único desde Suárez, capaz de llegar a acuerdos con otras fuerzas y dotado de una gran cintura política. Así se escribe la Historia.

Reflexionemos un instante e intentemos ponernos en su lugar, aunque sea subiéndonos a una silla: Se trata de un órdago: Lo apuesta todo al tema catalán. Eso significa, a mi modo de ver, dos cosas: Que va a intentar solucionar el problema a toda costa y que los efectos colaterales son tan brutales que no puede presentarse en unas nuevas elecciones sin resolver el tema y con una mochila de concesiones a los independentistas a la espalda, porque no hay electorado que se lo consintiese, ni siquiera el fiel al PSOE durante décadas.

En otras palabras: “Voy a solucionar el problema catalán cueste lo que cueste y las victorias electorales caerán por su propio peso, porque nada gusta tanto a los electores como la solución de un problema largamente enquistado… sea como fuere”.

Entonces: Es cierto que la Amnistía y la Independencia son aspiraciones imposibles por absolutamente inconstitucionales, sin matices. Pero… y aquí comienza el margen para la sibilina habilidad de los actores implicados…

Primer paso: Indultos: concedidos

Segundo paso: Reforma del delito de Sedición: probablemente será uno de los resultados de la “mesa de diálogo”. Eso permitiría el retorno de los “exilados”, que serán detenidos unas horas y puestos en libertad de inmediato. Y si se les impone alguna condenita, indultados de inmediato.

Tercero: Tribunal de cuentas y la reclamación de los dineros del Procés: El gobierno se las arreglará para dilatar los plazos o, sencillamente, no ejecutar los requerimientos de un ente que ya está siendo tachado de “pepero”. Una minucia para Sánchez.

Cuarto: Referéndum de autodeterminación. No, eso no. Es anticonstitucional, ¿recuerdan? Y Sánchez lo ha negado tajantemente en el Congreso (ufffff…) Bueno, veamos alternativas, porque de lo que se trata es de votar. ¿Por qué no convocamos una votación consultiva en Cataluña sobre los acuerdos a los que se llegue en la mesa de diálogo? ¿Perdón?

Artículo 92 de la Constitución: “Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos”. Según expertos juristas se podría reformar la Ley Orgánica 2/1980 que desarrolla este precepto para poder acotar esta votación solamente a Cataluña, mediante una proposición de ley del Parlamento catalán que dispone de iniciativa legislativa ante las Cortes Generales. Y la sacarían adelante sin problemas, contando con el PSOE, UP, ERC, los amiguetes de Bildu, PNV, Compromís y otros especímenes anexos.

¿Qué harían PP, Ciudadanos y Vox, además de patalear? Pues impugnarla ante el Tribunal Constitucional, que fallaría en el breve plazo de 56 meses bisiestos, pero eso no paralizaría su entrada en vigor, con lo que, amigos españoles, prepárense para asistir a un Referéndum en Cataluña. ¿Que no es vinculante? Cierto, no lo es legalmente, pero políticamente… Y da igual el resultado, porque lo relevante será haber abierto la espita de la consulta, del reconocimiento de la capacidad de decisión. Y los amigos independentistas son insaciables: Ese será el primer paso, y no estarán satisfechos hasta que alcancen sus objetivos, que no son otros que independizarse de España. Quizá se miren en el modelo Escocés: un referéndum negativo no es más que un paso, se exigirá otro, y otro, y los que haga falta, hasta obtener el resultado deseado.

Créanme, el señor Sánchez no se mete en este avispero a ciegas. Él y sus socios saben bien lo que hacen. Otra cosa es que sea algo beneficioso para los españoles a los que deben representar. O que se orille el esfuerzo de generaciones de españoles por hallar un lugar común de encuentro y unas normas de juego asumibles por todos.

Pero eso, quizá, sea secundario… prácticamente irrelevante.

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