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Toni Francés

Proposición, oposición y acuerdo en la diputación

Pleno de la Diputación de Alicante INFORMACIÓN.ES

Hace dos años que se inició en la Diputación de Alicante una etapa de gobierno fallida. Un pacto de las derechas que tenía tres objetivos fundamentales. Dos de ellos confesables y otro oculto. Los confesables fueron, y así lo dejaron claro en su momento, evitar que el partido más votado en las municipales de 2019 gobernara la Diputación -el PSPV-PSOE, y a mismo tiempo, edificar un contrapeso a la Generalitat Valenciana. Esto lo proclamaron abiertamente. 

¿Cuál fue el tercer objetivo? ¿ese que nunca pregonaron pero que muchos intuíamos dada la ascendencia zaplanista de los protagonistas? No cabe duda: la utilización de la Diputación de Alicante por parte del PP y Carlos Mazón como plataforma de promoción -con el visto bueno de lo que queda de Ciudadanos-. El manoseo de la institución para intereses partidistas y personales. 

Y esto ha ocurrido, para más preocupación, mientras se gestiona la peor crisis sanitaria del último siglo. No en vano, tres cuartas partes de este mandato se vienen efectuando bajo este contratiempo. Una actitud irresponsable que, en mi opinión, ha tenido sus momentos estrella en las constantes críticas de Mazón a todas y cada una de las medidas encaminadas a parar la pandemia puestas en marcha por el Gobierno de España o la Generalitat. 

Daba lo mismo que regiones gobernadas por el PP estuvieran aplicando medidas similares. La estrategia del PP y Mazón, clonada en la Diputación, no debía torcerse; para ellos, la clave no era parar la pandemia, ni bajar la presión hospitalaria, ni siquiera “salvar la economía”, era desgastar a los gobiernos progresistas.

A este respecto, resultan paradójicas las críticas al Gobierno de España, teniendo en cuenta que precisamente fue la decisión del ejecutivo de Pedro Sánchez de abrir el uso de los remanentes de tesorería a ayuntamientos y diputaciones, lo que ha permitido la puesta en marcha diferentes planes de ayudas de la Diputación de Alicante. 

Ante esta coyuntura, desde los diputados y diputadas socialistas, con el apoyo del municipalismo progresista de la provincia, pusimos en marcha una línea de trabajo en bases a tres agendas bien definidas y complementarias: la proposición, la oposición y el acuerdo. 

Proposición, para hacer una diputación más útil para los pueblos y ciudades, que crea en la autonomía municipal y que la dote de más oportunidades. Oposición, para tratar de enmendar la mala gestión, el abuso de poder y el mal uso de la institución por parte de PP y Ciudadanos. Y esto fomentando el acuerdo, porque creemos que el consenso y la unidad de acción son herramientas fundamentales para avanzar. Un consenso que hemos trabajado con éxito para que se multiplicara en este ya largo tiempo de pandemia. 

En concreto, el grupo socialista ha realizado más de 50 propuestas concretas, para los municipios, para modernizar la acción de la Diputación y para impulsar el acuerdo, y un buen número de ellas focalizadas en aliviar las consecuencias económicas y sociales de la pandemia. 

Evidentemente, una de nuestros objetivos es que los municipios puedan contar más autonomía, con más libertad financiera. Por eso, llevamos desde 2017 proponiendo y defendiendo que la Diputación de Alicante se sume al Fondo de Cooperación Municipal. El resultado ha sido el conocido: siguen sin recibir los ayuntamientos alicantinos ni un euro de la Diputación de Alicante para poder ser invertido con autonomía. 70 millones llevamos ya perdidos por su obsesión de atacar a la Generalitat.

Mientras los ayuntamiento castellonenses y valencianos reciben el doble (en el caso de los dependientes de la Diputación de Valencia, el triple). Y de las ayudas de la DANA, qué decir; Mazón prometió en octubre de 2019 que “en semanas” llegarían millones en ayudas a los pueblos afectados. ¿La realidad? Que serán dos años después cuando lleguen. Y hasta cuatro años, son los que están esperando muchos pueblos a ver ejecutadas obras dependientes de la Diputación, y se pueden contar con centenares. 

Quedan dos años de mandato. Todo apunta a que serán los últimos del PP en la Diputación de Alicante. Mientras, vamos a seguir trabajando para aliviar los estragos que para los pueblos y ciudades de la provincia está suponiendo la estrategia de Mazón al frente del PP valenciano. Es cuestión de prioridades, y está claro que, para el presidente de la Diputación, la provincia, no es la principal. 

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