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El portavoz de los talibanes, durante su comparecencia tras la toma de Kabul.

El miedo a los talibanes ha hecho que muchas personas hayan huido de su país. Las imágenes de personas tratando de detener al avión para poder subirse a él para finalmente caer al vacío son estremecedoras.

EEUU y otras potencias como la nuestra han estado tratando de pacificar una zona en conflicto desde hace más de 30 años, sin que se sepa con certeza si la guerra civil continuará.

La preocupación por las personas que quedan allí es generalizada. El cambio propiciado por los nuevos gobernantes no se ha hecho esperar y ya están quitando aquellos carteles cuyas imágenes van en contra de su ideología. No creen en la libertad de expresión.

¿Qué toca hacer ahora a los países que durante 20 años dedicaron sus medios personales, humanos y económicos para tratar de pacificar una zona determinada? ¿Qué se pude hacer? ¿y los afganos, se prepararon para acometer el cambio que tendría que llegar algún día?

A mi modo de ver, los ciudadanos que quieren contar con un fuerte Estado han de contar con poderes independientes, prensa libre, Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado, ejército, preparados para luchar contra cualquier ataque que pueda recibir vía golpe de Estado o ataque sorpresivo como ha pasado incluso en el Capitolio. La educación es fundamental y lógicamente un sistema como el nuestro del bienestar social es una verdadera gozada, con un sistema de salud y de prestaciones como el que tenemos.

Los afganos tienen una oportunidad de terminar con la guerra civil, pero tal y como han comenzado la cosa no pinta nada bien. La lógica del miedo es aplastante. Sin embargo, los actuales dirigentes, armados hasta los dientes son los que deberían comprender la oportunidad que se les presenta para unir a un mismo pueblo. La violencia únicamente servirá para sembrar más odio entre un mismo pueblo. Los cambios en la forma de pensar son necesarios en toda sociedad que quiera progresar. Hay nuevos modelos de familia, de uniones de parejas, de forma de pensar y de creer. La civilización ha avanzado y son muchos países los que han erradicado la pena de muerte, a pesar de que otros la mantienen, por ejemplo. El futuro dependerá de lo que quieran tener en los próximos años, ya que, puede que por la fuerza se consiga el poder, pero las generaciones venideras más pronto que tarde se darán cuenta de que no se puede permitir vivir bajo la tiranía permanentemente. No se puede vivir con miedo todo el tiempo.

En cualquier parte del mundo hay momentos en los que la vida te hace creer en Dios. Momentos en los que deseas poder disfrutar de la paz y de la familia, de los amigos, de vivir compartiendo la dicha de ver crecer a los tuyos y de ver como crecen las ciudades. De ver las posibilidades que los buenos gobernantes conceden a sus ciudadanos a través de la creación de escuelas, hospitales, jardines, albergues, comedores sociales, palacios de justicia, edificios para el culto, etcétera, desde ese lugar privilegiado que ocupan dentro de su sociedad. Son momentos que a cualquier persona que sufre la guerra puede que le cueste imaginar, pero quizás su mayor deseo sea ese, que el conflicto armado termine cuanto antes para dar paso a una nueva dicha: la paz.

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