La primera edición del festival Fresca!, organizado por el Institut Valencià de Cultura, se ha querido presentar como una ventana abierta con brisa renovadora, actual, divertida y transversal, como si fuese la programación veraniega del Teatre Arniches de Alicante pero en el Muelle12 del puerto. Y con la intención de quedarse. La calidad, en términos generales, ha funcionado durante estos diez días de representaciones con savia nueva. Los asistentes han respondido muy bien.

Arrancaron los motores en la rotonda de la zona Volvo. El pasado martes día 17 vimos «Aigua», de Nuc, grupo de Vila-real y su teatro de calle y sin texto en defensa del medio ambiente y del agua como símbolo de vida. Esto dio paso a la Cía. Maduixa, de Sueca, que representó «Mulïer» con zancos, a través de la danza contemporánea y rindiendo homenaje al instinto de libertad. A la identidad de las mujeres (con altura) que han luchado y luchan contra la opresión femenina, temática muy apropiada ahora mismo, a propósito especialmente de la dolorosa situación en Afganistán.

El espacio Frescoreta!, la sección para toda la familia, ofreció tres espectáculos. La Companyia La Tal, colectivo barcelonés, puso en escena «Carilló», un gran reloj de autómatas apoyándose en los efectos cómicos del mimo. Una de las situaciones consiste en una pequeña parodia de «Carmen», la ópera con la seductora cigarrera, que aquí no sufre violencia machista, ya que los contendientes salen malparados.

El segundo fue «El gran final» con Bucraá Circus, de Girona, y el reencuentro de dos payasos tras una guerra. Para homenajear (insuficientemente) a uno de los oficios más antiguos y generosos del mundo. El tercero de los montajes, «Express», de la Cía. Faltan 7, ubicada en Madrid, ofreció su circo-teatro a partir de una agencia de mensajería, donde surgen las acrobacias y los equilibrios y se demuestra que la vida es una actuación circense con sus números.

Efectos hipnóticos tiene La Veronal, de Barcelona, al ofrecernos «Sonoma» con un grito interior y exterior mediante la danza. En general, la mujer ha tenido un notable protagonismo a lo largo de estas escenificaciones. Hombres que se sienten bailaoras son los de la compañía de Manuel Liñán, el granadino con sede madrileña, quien en «Viva!!» exhibe su modo de entender la danza flamenca, fundiéndose lo masculino y lo femenino en cada paso y figura. En una tradicional bata de cola sin género.

Una excelente interrelación se produce entre los miembros de la compañía londinense Gandini Juggling. «Smashed» contribuye a reinventar los malabarismos utilizando manzanas en esta ocasión. Inventiva y explosión liberadora, en suma. Un trabajo con máscaras es el de los alemanes de Familie Flöz, que interpretan «Hotel Paradiso», un parador de montaña y personajes y pinceladas tragicómicas con poca sustancia.

El colofón lo llevó a efecto la Cía. Manolo Alcántara, residente en Girona. Evocando, con la huella propia de su plasticidad, las pantomimas de los grandes del cine mudo. Entre la realidad y la ficción, un circo-teatro más poético que narrativo. ¿Qué somos y que nos gustaría ser? ¿Sueños ambiciosos que traen desánimo y melancolía?

El auditorio al aire libre del Muelle12 es un buen lugar. Ahora bien, el espectador, aun estando algo lejos, escucha la molesta sonoridad discotequera del polivalente recinto. Así, de esta forma, cerró el Festival d’Arts Escèniques d’Alacant, con el que regresa en agosto el teatro (visual) y la danza con aires de frescura y compromiso sociocultural, a lo que debemos añadir el nuevo circo. Afincados y forasteros lo aplauden. Misión cumplida, sí, y que la pegadiza marca de Fresca! tenga la continuidad que merece.