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No hay ascensor al éxito, usa las escaleras

Uno de los ascensores pendientes de renovación del Hospital General de Elche

He robado el título de este artículo de algo que leí en mi maravilloso gimnasio de la calle Rafael Terol, donde tienen conmigo la paciencia del santo Job. Esta frase, en sentido metafórico, nos explica que es difícil conseguir el éxito por un camino rápido y que hay que trabajar duro para alcanzarlo. Sin embargo, como uno es muy simple, lo interpreté en sentido literal, y hace bastantes años que raramente utilizo el ascensor. Sobre ello quiero hablar.

El ascensor es necesario para que personas con problemas de movilidad puedan tener la vida normalizada, evitando así el aislamiento social, además de los tremendos dolores de subir y bajar escaleras. Vaya por delante mi total admiración a las personas que tienen algún tipo de discapacidad y luchan por vencerla, dándonos a todos una lección diaria.

Y exclusivamente a ellos está destinado. Si ya resulta patético ver a gente sana coger el coche o un taxi por evitar andar 10 minutos, se llevan la palma los que usan el ascensor para subir dos pisos. O se quedan quietos en las escaleras mecánicas, sin tener a nadie delante.

No está de más recordar que nuestros ancestros caminaban kilómetros para buscar su sustento alimenticio. El cuerpo humano está diseñado para moverse, el sedentarismo es un "invento" de la época moderna, y es antinatural.

Cada vez que montas en ascensor, estás acordando tu vida. ¿Eres capaz de subir cinco pisos andando sin ahogarte? Pues caso contrario, tendrás en unos años un serio problema... y lo sabes (imagina ahora el meme de Julio Iglesias).

García Lorca (ese poeta al que los fascistas mataron por rojo y homosexual, que es sorprendentemente reivindicado por Vox) decía que los viejos son la ligazón que hay entre la vida y el abismo de la muerte. Y es que envejecer es el único remedio que se ha encontrado para vivir muchos años.

Porque, pese a la pandemia del Covid (que ha afectado, según el historiador británico de la Universidad de Stanford Niall Ferguson al 0,06% de la población bastante menos que el 2% de la mal llamada gripe española, o el 30% de la peste negra) y desastres naturales varios (vaya rachita que llevamos) parece ser que el fin del mundo no está cerca. Así que, toda vez que vamos a seguir en este planeta, si quieres llegar a anciano con dignidad, empieza usar a diario las escaleras, que será un ejercicio muy beneficioso para tu salud, especialmente si no haces ningún otro que te exija esfuerzo, y eres de los que creen que las palabras deporte y favorito son incompatibles y no pueden ir en la misma frase. Valora que un paseíto de una hora por el Postiguet, en llano, tres días por semana, no es suficiente. Prueba a subir la cuestecita al Castillo de Santa Bárbara que, como dice el concejal del bipartito, Antonio Manresa, "andando es una experiencia". Amigo Antonio, prueba a subir y bajar corriendo dos veces seguidas.... eso sí que es una "experiencia"

No te tomes este artículo en vano, o te expondrás a una muerte lenta y dolorosa. Sinceramente, con que uno de cada diez lectores deje de usar el ascensor a diario y se anime a utilizar siempre las escaleras, tal y como hacen Antonio y Teresa, que suben todos los días con soltura los 5 pisos del edificio de los juzgados, me conformo. Viene a colación la expresión en latín más repetida durante siglos "mens sana in corpore sano". Tener un buen estado físico está íntimamente conectado con tu salud mental

Recuerda, los ascensores son para personas con problemas de movilidad, y, querido lector, estarás de acuerdo conmigo que no es tu caso. Cuando visitas la ciudad del Oso (¿conoces la interesante teoría de que es realmente una osa, haciendo un guiño a la constelación de la Osa Menor y por eso la bandera de la Comunidad de Madrid tiene 7 estrellas?) y el Madroño, y te mueves en metro, no te supone problema no ir en ascensor, ¿verdad? Ya que hay tramos sin escaleras mecánicas. Pues, dado que puedes, utilízalas siempre, tu salud te lo agradecerá, y evitarás ser algún día una carga para tu familia

Muy cachondo, por cierto, el artículo de Juan José Millás del pasado 28 de septiembre, hablando de escaleras y ascensores. Un lujo para este diario tener a un columnista de esta categoría-

Quiero terminar este artículo felicitando a doña Rosario Zaragoza (INFORMACIÓN del pasado 16 de septiembre) por haber cumplido 103 años con esa salud, agilidad mental, vitalidad y buen humor. Confío que siga varios lustros tan estupenda, leyendo, haciendo punto, cocinando esos gazpachos manchegos, y nos entierre a todos. Mis mejores deseos para usted y los suyos.

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