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Pastor Gato Cisneros

Putin, el judoca que amaga sin atacar

Vladímir Putin. SPUTNIK

Putin el presidente de Rusia, ex oficial de la KGB y judoca amante de esta filosofía japonesa, no moverá un dedo sin conocimiento previo de su enemigo. El anuncio del presidente Biden sobre una inminente invasión a Ucrania no es confiable pues el refrán de “guerra avisada no mata soldado” augura lo contrario y menos para un curtido ex oficial de inteligencia quien dijo a la reportera del New York Times, Celestine Bohlen: "Solo una cosa puede ser efectiva: ir a la ofensiva. Debes golpear primero y golpear tan fuerte que tu oponente no se ponga de pie". Esta forma de pensar del presidente ruso nos lleva a considerar que su objetivo con las maniobras militares y la agrupación de tropas en las fronteras de Ucrania sólo son, valga la redundancia, maniobras para infundir miedo, temor y advertencia a los países limítrofes, al pueblo ucraniano y a los funcionarios del gobierno, así como reforzar la influencia de los prorrusos.

Si algo se sabe es que Putin no se caracteriza por avisar de lo que va hacer, ni anuncia los pasos a realizar. Este letargo, preámbulo de su invasión, es muy costoso tanto para la economía como para su imagen geopolítica ante los ciudadanos y los oligarcas rusos, que ven con preocupación los altibajos de sus negocios y finanzas.

La afectación económica y financiera a la que se verá sometida la economía y el pueblo ruso con las medidas de restricción comerciales y financieras es motivo de constante preocupación y valoración por el experto presidente.

Putin, hombre receloso y bien informado, acostumbrado a decidir en escenarios de incertidumbres, no esperaría tanto para invadir Ucrania, aunque en el libro “El arte de la guerra” se diga precisamente que la guerra se basa en el engaño.

Putin, cinturón negro de judo, admira los liderazgos fuertes y lo ha demostrado en sus relaciones con los presidentes y lideres de diferentes países. Por eso no va a admitir que el presidente Volodímir Zelenski, excomediante, pueda retar al “presidente cinturón negro de judo” al solicitar su ingreso a la OTAN, desconociendo la capacidad de la fuerza militar y económica rusa y el antecedente de la ocupación de Crimea.

Moscú ha calificado lo que está sucediendo como "una campaña de desinformación a gran escala de EE.UU. contra Rusia".

Nadie puede obviar el trabajo de ablandamiento que deben estar realizando los servicios de inteligencia rusos entre las personalidades influyentes de la política, intelectualidad y jóvenes en Ucrania y que ya debió dar sus frutos.

El problema radica en ¿cómo sale Putin de esta situación? Primero, Putin sabe que el enemigo número uno de Estados Unidos es China no Rusia por lo que los EEUU no tienen prioritario interés en abrir otro frente de lucha, más bien su interés es vender su armamento al nuevo cliente, Ucrania.

Segundo, Ucrania no es por el momento una prioridad para EEUU, ni para la OTAN por lo que pueden mantenerse los acuerdos de Minsk o mejorarlo para tales efectos sería una salida elegante ante Europa y los pueblos ruso y ucraniano. Tercero, Putin puede justificar la retirada de las tropas como una decisión prudente e inteligente del “respetado líder ruso que ama a su pueblo y a su ejército”. Cuarto, si Putin opta por la retirada, dejaría entrever que las informaciones dadas por Biden y su gabinete sobre una inminente invasión a Ucrania fueron falsas y expondría al presidente norteamericano como un dirigente desinformado y alarmista. Quinto, esa situación permitiría argumentar a Rusia que Ucrania no es un aliado de Estados Unidos, sino que ha sido un instrumento de su nueva política exterior, en ausencia de Europa, por lo que sería bueno preguntarse ¿es por eso qué EEUU ha sido la única fuente de información sobre el inminente conflicto ruso-ucraniano y anunciador de las cambiantes fechas de invasiones a Ucrania, lo que ha agravado la interna crisis económica y moral de Ucrania? Sexto: Rusia habría cumplido su cometido, asustado a Occidente y demostrado una vez más su actitud temeraria ante cualquier atisbo de inseguridad para su nación.

Séptimo, esta guerra de nervios se arreglará como saben gestionarla los diplomáticos, los gobiernos democráticos y los amantes de la paz, como se gestionó el llamado periodo de Guerra Fría. Octavo y último, Putin tiene garantizada la ejecución del polémico gasoducto Nord Stream 2 que estuvo últimamente muy cuestionado.

El presidente judoca ruso sabe cómo entrar al tatami (área de combate del judo en japonés) de la geopolítica sin invadir Ucrania, pues con ese movimiento no ganará el combate.

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