Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Antonio Sempere

Víctor G. Guerrero

VÍCTOR G. GUERRERO

El primer día que vimos a Víctor García Guerrero informando para TVE desde Ucrania nos preguntamos de dónde había salido. No es nada frecuente, por desgracia, encontrar a corresponsales tan precisos, que además de mostrar un dominio tan claro del castellano sean capaces de transmitir el mensaje que desean comunicar con tal grado de transparencia.

Sorprendido ante el hallazgo, consulté en Internet, que todo lo sabe, la ubicación de este periodista de 37 años, y además de enterarme de que nació en Gijón, lo cual ya era un dato contundente (sí, desde María San Juan hasta Susana Roza pasando por Letizia Ortiz el número de comunicadores audiovisuales asturianos con nota alta es grande) confirmé que estaba en plantilla en la Corporación pública.

Lo malo fue que su etapa de enviado especial a la guerra concluyó pasadas tres semanas. Cómo se notó su ausencia. Parecía como si Víctor G. Guerrero, que es como rotulaba sus crónicas, hubiese nacido para eso. Como si en lugar de unos días, llevase años ejecutando el dificilísimo desempeño de corresponsal televisivo. Todavía recuerdo las entrecortadas intervenciones de Sandro Pozzi cuando pasó de firmar excelentes crónicas de prensa desde EE UU a tener que enfrentarse a una cámara y tener que salir airoso del reto de resolver en un minuto una pieza inteligible. Cuánto sufría viéndole, por solidaridad.

En el pervertido mundo de los informativos, llenos de ruido, crónicas llenas de palabrería redundante, de frases tópicas, de conexiones que no aportan ni un ápice a la noticia, Víctor G. Guerrero demostró cómo todavía es posible informar con rigor, entonando con una perfección plausible y sin incurrir ni en el menor titubeo. Aunque, como humano que es, podría haberlo hecho sin que hubiese pasado nada. Sáquenle más jugo.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats