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Manolo Alarcón

Opinión

M. Alarcón

Las prisas con un Palacio de Congresos en Elche

Diputación y Ayuntamiento deben andar con pies de plomo en un proyecto que a medida que se acerquen las elecciones parecerá de intereses más partidistas que ciudadanos

González y Mazón, en un encuentro en la Alcaldía de Elche a cuenta del Palacio de Congresos durante la pandemia MORELL

Ha causado estupor en la Diputación la decisión del Ayuntamiento de Elche de incluir dos parcelas que suman cerca de 1.500 metros cuadrados en el proyecto del nuevo Palacio de Congresos, cuando la ubicación y el acuerdo con los propietarios del terreno originario sobre el cual se tendrá que asentar el inmueble ya se anunció hace medio año. La Diputación es el pagador en una operación que inicialmente va a costar 4,5 millones de euros y a la que habrá que sumar el coste del edificio, que aún se desconoce. Y están sorprendidos en la institución por dos motivos. Uno es porque dicen no saber nada de esta operación de forma oficial (paguen o no estos terrenos las arcas municipales, sean o no para mejorar la parcela final). El otro es porque consideran que desde Urbanismo no se está desarrollando el procedimiento administrativo de expropiación del suelo con la velocidad que consideran necesaria. Mientras tanto ven que el otro proyecto emblemático que han anunciado en el Puerto de Alicante, de la mano de la Generalitat, les va pisando los talones a este y no quieren mostrar más interés por uno que por otro o que alguien lo piense.

Y hay enfado porque hace algo más de un mes el alcalde, Carlos González, en una comparecencia, solicitó públicamente al presidente de la institución, Carlos Mazón, más celeridad con el anteproyecto cuando la administración local, recuerdan desde la institución, ni siquiera ha dado por concluida la hoja de aprecio que servirá para plasmar el acuerdo con los dueños del terreno a expropiar de la avenida de la Universidad. De hecho, algunas fuentes aseguran que el precio acordado ha caducado y, cuanto menos, deberá volver a fijarse por esta u otra cantidad, esperemos que no. El alcalde lo niega.

A falta de diez meses ya para las próximas elecciones y viendo que el proyecto tiene que salir de dos administraciones gobernadas por partidos distintos y con objetivos distintos, habría que andar con pies de plomo para evitar que cualquier decisión se interprete de forma errónea y el proyecto se vaya al traste por inacción o falta de diálogo. Mazón, hace un par de meses en una cena organizada por el Círculo Empresarial de Elche y Comarca, Cedelco, dijo en público y en alguna opinión anterior ya hice mención de ello, a que él sí pagaba sus deudas con la ciudad. Lo hizo en un acto al que acudió Ximo Puig quien, precisamente horas antes había dado un giro de 180 grados a su compromiso en nombre del Consell de pagar la deuda que generó la compra por las arcas municipales de los terrenos de la UMH en Elche. Si Mazón, candidato de la Generalitat, consigue poner una primera piedra al proyecto antes de elecciones, y no me cabe la menor duda que esa es su apuesta, ¿haría bien González facilitándole todos los trámites al rival directo de su partido cuando él gobierna para los socialistas la población más importante de la Comunidad? En definitiva, ¿vencerá el interés de la ciudad o el político?. Y digo esto porque el regidor, en dos ocasiones, se ha referido a aquella metedura de pata que tuvo el jefe del Consell sobre la deuda pero sin haber conseguido enmendarla. La primera fue en un acto del PSOE hace algunas semanas, para conmemorar el tercer año de mandato, en el que dijo que antes de septiembre Puig firmaría un borrador comprometiéndose a dicha compensación. Pero la semana pasada, en el Debate sobre el Estado de la Ciudad, se volvió a referir al mismo asunto, asegurando que la firma de dicho protocolo de intenciones se firmaría antes de finalizar este 2022. Dio una fecha muy distinta y lejana.

Están más claras las prisas de Mazón, que va por detrás como aspirante en la carrera por quién se sienta en el Palau cuatro años, para mostrar ante el electorado de Elche que cumple lo que promete, que las de Puig. Buena prueba de ello es que ni siquiera el alcalde es capaz de cerrar una fecha para esa firma. Y en mitad de todo ello, el Palacio lleva cuatro años siendo una promesa.

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