Hace casi un año, en diciembre de 2021, el Ayuntamiento dio a conocer el emplazamiento elegido para ubicar el Palacio de Congresos, que había sido prometido a Elx por la Diputación.

Mientras llega el palacio de congresos, un aparcamiento

Su ubicación resultó una sorpresa ya que, hasta entonces, no se había barajado en ningún momento, ni siquiera por el célebre informe de la Universidad (y eso que estaba enfrente). Situado ante la Estación de Autobuses es un espacio que, si cumple la normativa urbanística y la del Palmeral, parece bastante adecuado. El acuerdo anunciado incluía que el Ayuntamiento adquiría el solar y la Diputación sufragaría su importe, a posteriori, así como redactaría la documentación para la edificación del mismo y su financiación.

Transcurrido casi un año, el proceso va bastante lento. Recientemente el Ayuntamiento aprobó el expediente para la expropiación de los terrenos a los que hay que añadir, por voluntad municipal, otras dos parcelas que permitirían cuadrar mejor el emplazamiento, aunque con un costo no previsto que podría superar el millón de euros, que habría que añadir a los 4,5 millones de euros anunciados en su momento. Esta situación, no prevista inicialmente, necesita de la conformidad de la Diputación ya que, de lo contrario, tendría que asumir el Ayuntamiento la diferencia.

Hace bien el alcalde Carlos González en pedir a la Diputación que agilice el tema. Hasta ahora todo parece un rosario de excusas para ir dilatando la concreción del compromiso. Recordemos que fue en 2018 cuando se anunció el tema, y que hubo hasta debate sobre quién (el alcalde o Pablo Ruz) había conseguido dicha promesa del entonces presidente de la Diputación, César Sánchez. Ni este sigue en el cargo, ni el Palacio está hecho y, lo peor, ni siquiera hay compromiso formal para hacerlo. El nuevo presidente de la Diputación, Carlos Mazón, ratificó verbalmente el proyecto, pero con muchas matizaciones que están permitiéndole justificar retrasos. Añádase a ello que se presenta ahora a la Generalitat, con lo que podrá ser presidente de la misma o sólo jefe de la oposición. Los votos lo dirán pero, en todo caso, lo que es seguro es que de presidente de la Diputación no seguirá, o sea que habrá otro y, tal vez, vuelta a empezar.

Por dicha razón es muy oportuna la propuesta del alcalde Carlos González de habilitar, de forma provisional, un aparcamiento de vehículos en el solar destinado a Palacio de Congresos. La cosa puede ir para largo y hay que darle una utilidad a ese espacio. Que aparquen coches, que hace falta, mientras llega el Palacio y ya dice el refrán que «las cosas de palacio van despacio» y, si no, que pregunten en Elx porque hay más ejemplos, como el edificio de Correos, entre otros.

Rastoll es un nuevo jardín, con palmeras y mucho hormigón. Un modelo que no debería repetirse en espacios tradicionales.

El anuncio se realizó durante una visita a las obras del Hort de Rastoll. Es una lástima que, con una nueva Ley del Palmeral, aunque parece que ni Ayuntamiento ni Consellería se han dado cuenta, se hagan actuaciones tan poco respetuosas con los huertos tradicionales de palmeras. Allí sobra mucho hormigón y falta entorno tradicional. Sin duda es mejor que el descampado que había, pero de ahí a ponerlo de ejemplo de huerto recuperado hay un trecho. Es un nuevo jardín, con palmeras y mucho hormigón. Un modelo que no debería repetirse en espacios tradicionales.

Y, volviendo al Palacio de Congresos, que ya acumula cuatro años de promesas, de momento, hay que insistir a la Diputación en que cumpla con Elx. Prometieron este aquí y otro en Alicante. Ahí no se cortan, prometer es barato. Es hora de concretar y, tal vez, el Ayuntamiento debería recuperar la idea, a efectos de su estudio en el anteproyecto del Palacio, de simultanear la actividad de congresos con la de un Auditorio que sigue haciendo falta en Elx y, técnicamente, es posible. Estamos a tiempo de poder hacerlo. Se rentabilizarían mejor los recursos y, por si no hay otra oportunidad en el futuro, aprovechemos ésta si se lleva a cabo.