Se ha desestimado, en gran parte, el recurso planteado por los concesionarios del proyecto del fallido Mercado Central que, en su día, adjudicó el Partido Popular y que contemplaba la privatización del mismo y la construcción de un macro-aparcamiento en su subsuelo.

Recordemos que dicho proyecto se adjudicó pocos meses antes de las elecciones municipales de 2015 y sin consenso alguno. La sentencia declara legal tal desestimación, pero también establece el derecho a percibir una indemnización del 3 por ciento «de la prestación dejada de ejecutar» a la parte adjudicataria que será, a posteriori, determinada en otro expediente. La complejidad de la sentencia, que no es firme, permite la insólita situación de que, políticamente, los que denuncian la adjudicación (PSOE-Compromís) y los que la justifican (PP) digan que la Justicia les ha dado la razón a ambos. La cuadratura del círculo es poca cosa en comparación con esto.

Elx debe recuperar su mercado central

El equipo de gobierno justificó la rescisión, entre otros temas, en la afección que suponía su ejecución para el refugio de la guerra allí existente, así como para el Misteri. De ambas cosas, el juzgado dice que no son elementos novedosos para justificar la medida y que ya existían antes de la adjudicación. Y que, en todo caso, debió haber sido valorada su afección en el momento de la misma. Cosa que el PP no hizo, ya que no parecía preocuparle. Por ello se justifica la sentencia en un cambio de criterio de la Corporación, cuyo derecho reconoce, pero al que imputa, precisamente por ello, una indemnización que ya se determinará.

La complejidad de la sentencia, que no es firme, permite la insólita situación de que, políticamente, los que denuncian la adjudicación (PSOE-Compromís) y los que la justifican (PP) digan que la Justicia les ha dado la razón a ambos.

Por ello se justifica la sentencia en un cambio de criterio de la Corporación, cuyo derecho reconoce, pero al que imputa, precisamente por ello, una indemnización que ya se determinará.

Es cierto que ambos elementos estaban allí desde hacía años: el refugio, desde la Guerra Civil; y el Misteri, desde hace varios siglos. Pero, en lo que respecta a este último hay una cuestión en la que insistir: el informe de Icomos no sólo recuerda que, en ese entorno, se representa la Festa sino que, de desarrollarse el proyecto del Mercado del PP y su enorme aparcamiento previsto, se abría la posibilidad de que, ante la negativa transformación del mismo, se pudiera reconsiderar su declaración como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco.

El Ayuntamiento no podía arriesgarse a tal decisión. La postura en la que Icomos advertía del peligro de perder la declaración no era conocida cuando se adjudicó el proyecto, aunque ahora sí debía ser tenida en cuenta por el nuevo Ayuntamiento y no puede alegarse, como parece inducir la sentencia, que era causa conocida con aquella antelación.

Unos decían que, como ya estaba adjudicado, aunque no era su proyecto, había que valorarlo e, incluso, hablaban de que denunciarlo podría acarrear indemnizaciones tan exageradas que ni siquiera la empresa había pedido.

Fíjense si era poco conocida que hasta el Ayuntamiento tardó en enterarse. A pesar del rechazo que, en su día, el actual equipo de gobierno mostró al proyecto del PP, una vez ganaron, la situación se transformó en un mar de dudas, temores y justificaciones. Unos decían que, como ya estaba adjudicado, aunque no era su proyecto, había que valorarlo e, incluso, hablaban de que denunciarlo podría acarrear indemnizaciones tan exageradas que ni siquiera la empresa había pedido. Y otros preferían no participar en el debate ausentándose de las reuniones decisorias. Curiosas formas de oponerse.

La lucha de Salvem el Mercat», especialmente, fue la que, tras estudiar el expediente, con increíble resistencia municipal a facilitarlo, permitió, entre otras cuestiones, exponer a Icomos la situación y que éste anunciara lo que dijo. Gracias a la lucha de ese colectivo se consiguió paralizar el tema y evitar que hoy estuviera construido aquel Mercado tan impactante, ante la escasa lucha que contra él planteó el actual equipo de gobierno que, por cierto, tan escasamente les ha reconocido dicho esfuerzo.

Es momento de ser consecuentes con lo que se prometió y permitir la vuelta a la actividad del viejo Mercado Central, modernizado y poniendo en valor los baños árabes y el refugio y hacer desaparecer el barracón instalado en la ladera, recuperando su zona verde. Hay que pensar en la ciudad como un bien colectivo y no en perjudicarla con apaños.