Una Nochebuena con salud

Vicente Magro

Vicente Magro

Aunque la lotería de Navidad ha dejado este año una importante cantidad de dinero en la provincia, cercana a los 33 millones de euros, la verdad es que, al final, son siempre muy pocos los agraciados que han tenido la fortuna de recibir la siempre grata noticia de que uno de los décimos premiados lo tengas en tu poder. Porque, como siempre, la mayoría de los alicantinos se han dado cuenta que no les ha tocado nada este año, y que es por ello por lo que apuestan más por la salud que por el dinero, lo que ha llevado a que el día 22 de diciembre sea conocido por siempre como el día de la salud.

Pero la verdad es que si a cualquier persona le plantearan el debate sobre si elegir dinero o salud siempre se decantarían por lo segundo, sea cual sea la cantidad de la que estuviéramos hablando, ya que por mucho dinero que se pueda tener si llega una enfermedad grave, poco importa disponer de una cuenta corriente muy saneada si no lo vas a poder disfrutar en vida. Además, hoy en día nos estamos encontrando con situaciones en las que todos los ciudadanos tienen familiares, amigos o conocidos a los que se les ha detectado una enfermedad importante, y esto ya no depende tanto de la edad, sino de la mala fortuna de que ese boleto de lotería de la mala suerte de una enfermedad te toque.

La realidad nos ha demostrado que después del grave panorama que hemos vivido desde la irrupción del COVID-19 en nuestras vidas se han cambiado los parámetros de preferencia en la sociedad, apostando más por la salud que por otras cosas más secundarias que no tienen ninguna importancia frente a la preferencia de estar bien y poder disfrutar de la vida, que es mucho más importante que disponer de patrimonio. Y esta reflexión no solamente la tienen que hacer los ciudadanos, sino también las Administraciones para que sean conscientes de que el reforzamiento del sistema sanitario siempre es más importante que las inversiones en cualquier otra materia, ya que sin una población sana poco importará cualquier otro problema que pueda tener la sociedad, y que siempre queda atrás ante la necesidad de reforzar con mejores medios, materiales y humanos, nuestro sistema sanitario, porque es el servicio más importante que pueden recibir los ciudadanos hoy en día.

Hacer estas reflexiones cuando está acabando el año es algo absolutamente necesario, porque cualquier ciudadano ha podido ver en su entorno problemas de salud , y es ahí cuando se ven mejor las prioridades y la poca relevancia que tienen cosas a las que le llamamos problemas, cuando, al final, no dejan de ser más que auténticas banalidades que resultan insignificantes ante lo que realmente importa, que es estar bien de salud y, con ello, poder afrontar lo que llamamos problemas, y que frente a las enfermedades deberíamos tomarnos de otra manera. Sobre todo, para evitar grandes disgustos, que son los que, precisamente, disminuyen nuestras defensas y disponen al cuerpo a asumir enfermedades por preocupaciones ante cosas que deberían enfocarse de otra manera, evitando el desgaste del cuerpo y de la mente y hacerlo más débil ante cualquier enfermedad que pueda venir.

Por ello, es justo esta Nochebuena cuando muchos ciudadanos se sentarán ante la mesa para compartir con sus familiares, una velada que siempre tiene que ser agradable, pero que por estas razones no lo son tanto, porque quienes tienen problemas de salud, tendrán una Nochebuena distinta. Porque lo que realmente importa es cuando te levantas cada mañana y sabes que puedes disfrutar de la vida y afrontar tus obligaciones personales y laborales con la suficiente fuerza, y no con el debilitamiento de una enfermedad que siempre supone al ser humano un lastre mental y físico con el que afrontar cada uno de los días de su vida.

La Nochebuena es un día para hacer reflexiones sobre estas y otras cuestiones, y para darnos cuenta de que hay que darle importancia a lo que realmente lo tiene y reducir el nivel de preocupación y desgaste en aquello otro que tiene un significado material, pero que realmente deberíamos dejarlo en un cajón. Así, lo que importa es poder disfrutar de la vida y tus seres queridos con la suficiente salud como para darse cuenta de cuáles son las preferencias en la vida y de cuáles son aquellas cuestiones secundarias que son la gasolina para que muchas personas se enfrenten y se desgasten por temas que cuando las enfermedades aparecen ya prácticamente no importan. Por ello, la Nochebuena es un buen momento para reflexionar sobre lo que importa y lo que no. Y, sobre todo, para rebajar el nivel de crispación que está viviendo la sociedad.