La restitución

La periodista alicantina Asunción Valdés.

La periodista alicantina Asunción Valdés.

Francisco Esquivel

Francisco Esquivel

Sobre Carmen de Burgos, considerada la primera periodista de nuestras entretelas que llevó el pseudónimo Colombine por bandera, se corrió un tupido velo con el desenlace de la guerra civil. Méritos hizo de sobra. Al alzarse el telón del XX puso kilómetros de distancia con el maridito que le cayó en suerte, se marcó numerosos artículos, ensayos y volúmenes de diferente índole reclamando el voto de la mujer, fue persistente a la hora de pedir la legalización del divorcio y casi en puertas de morir en el 32 se le ocurrió ingresar en la masonería. Efectivamente para quienes cogieron la vara de mando no había por donde cogerla. Resultado: pasó a formar parte con todos los honores de la lista de autores prohibidos y su obra desapareció de la faz de la tierra. El régimen, que otra cosa no, pero magnánimo era un rato.

   Cómo sería la capa de silencio que no se empezó a remover su figura hasta que en los setenta una estudiante de Civilización Hispánica en la uni de Nueva York, Elizabeth Starčević, que pretendía encontrar para su tesis «una autora comprometida que transmita mensajes claros para transformar lo que haga falta» da con la pista que le ofrece un veterano profe natural de Don Benito y, tras rastrear huellas bien sepultadas, ve la luz el arduo trabajo. Y de ahí nuevamente a las estanterías.

   Poco antes de la pandemia Asunción Valdés dio una conferencia sobre ella en el Instituto Cervantes y una amiga le dijo que con dos cositas más podía hacer un libro. Después de cuatro años absorbida están a punto de salir dos tomos sobre la precursora restaurada y queda material por lo que, si se descuida, la entierra. Para eso Asunción fue pionera con puestos de relumbrón como directora del telediario cuando el porcentaje femenino en las redacciones era el que era y al frente de las mismas ofú, en el Parlamento Europeo y en la Casa de S. M. el Rey entre otros. Pero se quedaría con ser corresponsal en el extranjero y el subidón de desvelar historias radiante como se halla por contribuir a que Colombine esté más viva que nunca.