Alto y claro

A vueltas con la Inteligencia Artificial

FILE PHOTO: Illustration picture of ChatGPT

FILE PHOTO: Illustration picture of ChatGPT / FLORENCE LO

Carles Cortés

Carles Cortés

¿Qué es la Inteligencia Artificial (IA)? ¿Puede interesarme en mi trabajo o en mi tiempo libre? En los últimos tiempos es fácil localizar tanto reportajes como artículos de opinión en la prensa sobre estos avances tecnológicos y su encuadre en nuestra cotidianeidad. El campo de la informática y de la ingeniería ha avanzado considerablemente en la creación de máquinas o de sistemas que pueden realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana. La IA se basa en algoritmos y modelos matemáticos que imitan el procesamiento de la información de los humanos y ofrecen decisiones y resolución de cuestiones. La segunda cuestión que planteo tiene una respuesta más compleja, ya que es fácil que provoque un debate en nuestra sociedad sobre cuáles pueden ser sus límites en la aplicación en nuestro día a día.

El debate sobre los pros y los contras de las últimas semanas en la prensa de una de estas muestras de IA, el chatGPT, cuando se convierte en una herramienta importante para la adquisición de información dentro de los procesos de aprendizaje, ha sido extenso. En general, estas herramientas pueden tener mucha utilidad en diversos campos laborales. Así, muchas empresas pueden automatizar o mejorar la eficiencia de sus procesos. En este caso, sus detractores apuntan a la desaparición de puestos de trabajo que puede provocar su desarrollo. Por contra, en otras situaciones, pueden ayudar a identificar tendencias o patrones que actualicen los productos comerciales. En el mundo de la medicina, también pueden reforzar las tareas de diagnóstico y de tratamiento de enfermedades.

Respecto al tiempo libre se plantean menos dudas al respecto: la IA se aplica en muchas aplicaciones como plataformas de streaming de música y de cine o en la construcción o el diseño de imágenes para películas o videojuegos. Los asistentes virtuales desarrollados por las principales empresas tecnológicas empiezan a popularizar su uso más allá de encender unas lámparas o de conectar sistemas de seguridad inteligentes. Seguramente uno de los productos estrella más comentado en los últimos meses es el de los chatbots, herramientas de comunicación para interactuar y obtener información.

Es en este último grupo de sistemas de IA desarrollados donde quiero centrarme. Así, a parte del citado chatGPT para generar textos, si queremos construir imágenes, la misma empresa OpenAI ha presentado DAL·LE 2, que permite obtener ilustraciones similares a las de un artista famoso. Se puede acceder con el mismo registro que tengáis a la anterior aplicación del chatbot. Si buscamos ilustraciones espectaculares, Midjourney ofrece una aplicación, difícil de localizar, pero que localizáis el chat Discord, os sorprenderá. Otra aplicación de conversación la podéis localizar en You.com, procedente de la factoría Microsoft, y que se integrará en sus buscadores. Más interesante se plantea la propuesta de Perplexity ya que, a diferencia del chatGPT, ofrece información más contrastada y cita las fuentes de origen de la información. De manera paralela, tenemos a disposición Notion, una popular aplicación de notas que ha lanzado un asistente que puede darte ideas, mejorar tu redacción o añadir un esquema a tu texto.

Todas estas opciones que nos ofrece la IA se encuentran en fase de desarrollo. Flaco favor nos hará si las utilizamos sin contrastar sus resultados, ya que, si presentamos los resultados como propios, podemos ser rebatidos en algunos casos. Es el momento de consultarlos y de entender las posibilidades de unas herramientas que han venido no para sustituir nuestra capacidad de raciocinio sino para ampliar nuestras fuentes de información y de creatividad.

El reto es, sin ninguna duda, su aplicación en la docencia. ¿Debemos mantenernos al margen de su aplicación y negarlo o entenderlo y saber comprender qué ventajas pueden tener como herramientas de aprendizaje para nuestro alumnado universitario? Una vez más, tenemos que adaptarnos a las circunstancias, a una realidad imparable que día a día nos plantea nuevos hitos sobre los cuales no podemos quedarnos parados. Obviar su existencia no sirve para nada. Adaptemos, pues, nuestros procesos docentes y nuestros sistemas de evaluación.