Barcala y el Partido Popular de espaldas al problema de la vivienda

Luis Barcala, con gesto, serio, en un pleno del Ayuntamiento de Alicante. | JOSE NAVARRO

Luis Barcala, con gesto, serio, en un pleno del Ayuntamiento de Alicante. | JOSE NAVARRO / JuanR.Gil

Miguel Millana

Miguel Millana

El desinterés del alcalde Barcala por las preocupaciones y anhelos de una mejor calidad de vida de las personas que viven y trabajan en Alicante, es tan evidente, que debe provocar el reproche y la denuncia de las miles de personas afectadas, principalmente jóvenes que aspiran a un proyecto de vida independiente de sus padres.

Cuando el grupo municipal socialista propuso en el año 2021 para los presupuestos de 2022 del ayuntamiento, un programa de apoyo a iniciativas empresariales de jóvenes con una subvención a fondo perdido de 50.000 euros por empresa; la idea era crear empleo estable y desarrollo económico en la ciudad. Al mismo tiempo asociaba esta creación de empleo con el acceso a la vivienda de esos jóvenes con una ayuda a fondo perdido de 20.000 euros dirigida a cubrir el 20% de la financiación de la hipoteca para adquirir la vivienda en propiedad. La respuesta del ayuntamiento fue ninguna, despreciaron irresponsablemente esta propuesta a pesar de que disponían de tesorería inactiva en los bancos por valor de 78 millones de euros.

Las propuestas socialistas en esta materia se elevaban a 19’8 millones de euros, cifra viable con voluntad política, ya que los remanentes de tesorería cuadruplicaban la cifra conocida en esas fechas, y qué decir de las que se publicaron después referidas al año 2021 que se levaron a 109 millones de euros.

Los remanentes del año 2022 los oculta torticeramente Barcala, porque no desea pasar por la vergüenza y la crítica a su mala gestión que supone la baja ejecución presupuestaria, en una ciudad necesitada de mejoras largamente aplazadas por su ineptitud e indolencia. El partido popular presidido por Barcala no sabe, no es capaz y no quiere planificar soluciones al impulso económico de la ciudad, es decir, a la creación de riqueza y empleo, por no hablar de la reurbanización eficaz de los barrios olvidados por su desidia y falta de voluntad política (Sangueta, Ciudad de Asís, Colonia Requena, Juan XXIII, Villa Franqueza Palamó, entre otros), por esa razón a pesar de las fechas en que estamos no da publicidad a los más de 150 millones de euros que guarda en los bancos en forma improductiva, con una avaricia irracional que merma las posibilidades de mejora de la ciudad.

El gobierno de Pedro Sánchez, con la puesta en marcha de apoyos al acceso a la vivienda de jóvenes de hasta 35 años, aportando avales del Instituto de crédito Oficial (ICO), coincide con las medidas propuestas por el Grupo Municipal Socialista de Alicante y que Barcala como alcalde fue incapaz de entender y aplicar. Los problemas dentro de la ciudad, los resuelven otras administraciones, no el alcalde al que sobran dinero y recursos, pero le falta sensibilidad y voluntad. ¿Es merecedor de ser alcalde una persona como Luis Barcala que no hace nada más que embrocarse con quien le da dinero por sectarismo político y hace perder recursos y oportunidades de mejora para su ciudad? Este señor es un mal alcalde que no merece serlo.

Es natural la indignación de asociaciones vecinales por este mal gobierno de Barcala, su cara es un poema y, su afán de esconderse, un truco demasiado viejo en él, para escapar indemne del juicio de los ciudadanos que aspiran a una ciudad mejor.