Una calle a Florentino Regalado Tesoro en Alicante: un legado de ingeniería y pasión por la ciudad

Salvador Ivorra Chorro

Salvador Ivorra Chorro

En la vasta y vibrante historia de Alicante, algunas personalidades destacan como verdaderos artífices del progreso y desarrollo de la ciudad. Uno de estos protagonistas indiscutibles es Florentino Regalado Tesoro, un Ingeniero de Caminos, extremeño, formado en Santander, que encontró en Alicante su hogar desde los años 70 y cuya dedicación y talento han dejado una huella imborrable en la arquitectura y la ingeniería de la ciudad y de la provincia.

A lo largo de su fructífera carrera, Florentino Regalado Tesoro destacó en diferentes facetas que enriquecieron nuestra ciudad. Su labor ha sido muy valiosa como profesor en la Escuela Politécnica Superior y su papel pionero en la Escuela de Obras Públicas no solo trasmitiendo conocimientos a futuros ingenieros y arquitectos, sino también dejando un legado pedagógico basado en la valiosa combinación de la teoría y la experiencia práctica.

Su contribución a Alicante va más allá de las aulas. Florentino fue un ingeniero prolífico que diseñó y proyectó innumerables construcciones en la ciudad, desde puentes emblemáticos hasta edificios icónicos y estacionamientos subterráneos como el de las avenidas de Alfonso X el Sabio y de la Estación. Su mano se puede apreciar en el frente marítimo en el Muelle de Levante, donde su visión transformó el paisaje urbano. La pasarela peatonal sobre la Avenida de Denia de acceso al centro comercial Plaza Mar es otro de sus hitos en la ciudad.

Pero no solo fueron edificios y puentes, Florentino Regalado también dejó su huella en intervenciones urbanísticas y rehabilitaciones de gran importancia para la ciudad de Alicante. Desde la Concha de la Explanada hasta la intervención en el traslado del ábside de la Iglesia de los Hermanos Maristas manteniendo la pintura de Gastón Castelló. Intervenciones que incluyen la estructura de la estación de TRAM de la Plaza de Luceros o la grada de preferente, los módulos junto a la tribuna y la solución estructural de las torres de iluminación en las obras de adecuación del José Rico Pérez para el mundial 82.

La lista de obras en las que participó es impresionante, no solo en Alicante, sino multitud de obras emblemáticas de la provincia, especialmente en Benidorm. Los rascacielos que adornan el skyline de Benidorm, como el hotel Bali, el edificio Intempo, la Torre Lúgano, el Negurigane, el Kronos y la torre Levante, también llevan su sello como ingeniero estructural. Por supuesto, sin dejar de lado el maravilloso y poco conocido paraboloide de hormigón armado que se encuentra en el parque Juan XXIII de San Vicente del Raspeig.

Su pasión por la ingeniería lo llevó a escribir numerosos manuales técnicos, destacando especialmente el dedicado a los forjados reticulares. Esta obra se convirtió en la base de multitud de construcciones en Alicante y marcó una diferencia significativa con respecto a otras regiones de España en este tipo estructuras. Su tesis doctoral, centrada en esta temática, reflejaba su vasto patrimonio construido y la solidez de sus conocimientos.

Pero Florentino Regalado no solo dejó su huella en el ámbito técnico, sino también en el periodismo. Como colaborador del periódico "Información", compartió valiosos artículos de opinión sobre temas técnicos y las necesidades de la ciudad. Su presencia en las páginas del periódico era un testimonio de su compromiso con Alicante y su deseo de contribuir a la mejora de la ciudad. Él me llegó a decir “quien no escribe en Información, no existe en Alicante

Para aquellos que tuvimos el privilegio de conocerlo más de cerca, se destacaba por su carácter único y su seguridad en sus planteamientos. Era una persona que disfrutaba discutiendo sus ideas, lo que lo convertía en un referente para quienes lo rodeaban. Personalmente, me siento orgulloso de haber compartido unos años en el Departamento de Ingeniería Civil con él. Las largas horas de discusión, con distintos puntos de vista, sobre normativas sísmicas y la acción del viento en las estructuras fueron momentos enriquecedores que me dejaron una impresión duradera y mi aprecio personal.

En conclusión, la figura de Florentino Regalado Tesoro es una pieza clave en el desarrollo y progreso de Alicante. Su legado como ingeniero, profesor universitario y referente es incuestionable. Es por ello que merece el más alto reconocimiento de la ciudad que tanto amó y en la que dejó un legado inolvidable. Una calle con su nombre sería el testimonio tangible de su impacto en la ciudad y un homenaje sincero y merecido para un hombre cuya pasión y compromiso han dejado una marca imborrable en la arquitectura y la ingeniería de Alicante.