El plan es... que no hay plan

Carril bici de la Avenida Juan Carlos I de Elche

Carril bici de la Avenida Juan Carlos I de Elche / ANTONIO AMOROS

Ignacio Redondo

Ignacio Redondo

Como dice un amigo de las “Jornadas de los Grandes Viajes”, el plan es... que no hay plan. Claro, que él lo dice porque es un aventurero empedernido y cuando estás en medio de la selva, por mucho que planifiques, los imprevistos están a la orden del día.

En Elche desde el día 28 de mayo estamos así, donde los ciudadanos hacemos de trotamundos, y los caprichos del capital y sus políticos lacayos interpretarían el papel de “la selva”.

En este afán revanchista por destruir lo poco bueno que se hizo en los dos pasados mandatos, dos personajes, el que hace de alcalde sin ser del partido más votado y aquel a quien le ha caído encima el lastre de la Concejalía de Movilidad, han liquidado el carril bici de la avenida Juan Carlos I. Porque molestaba a papaítos y mamaítas que no podían aparcar en segunda, tercera o cuarta fila para dejar a su prole en las Jesuitinas, ese centro educativo y de adoctrinamiento católico, que no cristiano. Pusieron el grito en el cielo aliándose con nuestros dos protagonistas, por si sonaba la flauta (como al final pasó) y llegaban a gobernar.

El ciudadano que trabaja en el reparto (ilicitano), el peatón (ilicitano), el ciclista (también ilicitano), los vecinos del entorno que han visto mejorada la calidad del aire y el ruido (¡vaya, ilicitanos también!) deben de estar por detrás en importancia respecto al selecto grupo de progenitores del colegio católico. Y sí que deben de ser importantes estas personas, porque hasta los vecinos de los portales colindantes se han visto obligados a poner un vallado que evite determinadas actividades de su prole, ya que no fue suficiente con reclamar al colegio, colocar carteles, avisar a colegiales o incluso a la policía local.

Al igual que hace doce años ocurrió con Mercedes Alonso, el plan es... que no hay plan. Las únicas directrices son: obedecer a quien pone la pasta.

Recuerdo aquel impresionante huerto solar que se iba a construir en aquella finca de Balsares, que terminó siendo un mar de plásticos para un tipo de cultivo insostenible y que juega a favor de las multinacionales de la alimentación, que tanto perjudica a nuestros agricultores.Recuerdo también que se trató de vender un proyecto urbanístico en el entorno del Fondet de la Senieta, engañando a los ilicitanos y diciendo que de esa manera se iba a “proteger mejor” el Clot de Galvany. Y menos mal que se llegó a tiempo de detener la barbarie urbanística, pero creo que el mar de plásticos sigue ocupando el lugar de las prometidas placas solares. Por algún motivo, en el PP acabaron peleados entre ellos y con una cascada de dimisiones. En cualquier caso, la cuestión era seguir a las órdenes de la promotora de turno y de las multinacionales de alimentación. Y siempre, siempre, dejando para lo último el interés general.

En definitiva, si quisieran hacer algo por Elche en materia de movilidad, mejor que dejen de remar en contra de políticas como las que realizan sus colegas conservadores en el norte de Europa. Ese revanchismo fanático y Trumpista solo les llevará a alejarse cada vez más de la realidad.