LA RIÁ

Loreto

El cronista de Orihuela ofrece algunos apuntes sobre el origen del nombre de Loreto

Domus

Domus / Josep Montesinos

Antonio Luis Galiano Pérez

Antonio Luis Galiano Pérez

Siempre he tenido la curiosidad en saber el origen de los nombres propios femeninos. Efectivamente, en muchos casos cuando tienen relación con la aparición o hallazgo de alguna advocación mariana, podemos verlos en elementos del paisaje natural como Pino, Camino o Valle. En otros, identificados geográficamente con un lugar, como Fátima (Portugal) o Lourdes (Francia). De igual manera que, poco a poco, se han ido incorporando nombres de procedencia griega como Irene que cristianizado podríamos definirlo como «la paz de Dios» o Sofía (sabiduría). Otras como Nerea (nadar), con la variante germánica, Aroa (de buena manera) o vasca como Naroa (abundante). Muchas veces se vuelve al santoral, que es lo más frecuente, y proliferan algunos en poco tiempo con la aparición de mujeres notables en la sociedad como las Reinas de España Mercedes o Victoria, o la española Reina de los belgas, Fabiola. Y en algunas ocasiones con ciertos tintes políticos, como Libertad. Lealtad, Germinal o Felicidad. Incluso, en el Registro Civil se echarán a reír, al llegar una inscripción que como nombre propio femenino pone «Leididi» por aquella malograda princesa de Gales. Sin embargo, los funcionarios no se asombrarían al comprobar que a primeros del año 2022, había en España, 636.109 mujeres con el nombre de María Carmen.

LORETO

LORETO / Josep Montesinos

Por fin llegamos a nuestro caso: Loreto, que aunque está relacionado con el paisaje natural, desde hace siglos se ha difundido dentro del cristianismo dando nombre a ciudades en Europa y América, a iglesias y ermitas bajo la advocación de Nuestra Señora de Loreto. Y nos viene bien en este día en que hace años escucharíamos por Radio Orihuela, algunos discos dedicados a las mujeres que llevaban por nombre Loreto, en el día de su onomástica.

Todo tiene su origen en una tradición que se remonta a la última década del siglo XIII, en momentos en que Palestina había sido invadida por los mamelucos: ante el riesgo de que fuese profanada la Santa Casa en que vivió María junto con José y Jesús y en la que recibió la visita del arcángel Gabriel; fue trasladada a fin de protegerla por unos ángeles desde Nazaret a Tarseto en Dalmacia cruzando por los aires el Mediterráneo y el Adriático. Los vecinos de aquella tierra no sabían cómo había llegado dicha casa que en cuyo interior existía una imagen de la Virgen con el Niño en sus brazos, hasta que a un sacerdote muy enfermo se le apareció la Virgen y le reveló lo que había sucedido, y éste lo dio a conocer. Tras ello, el eclesiástico falleció. El 10 de diciembre de 1294, de nuevo los ángeles trasladaron la Santa Casa a Italia y la dejaron en el centro de un bosque de laureles. En este punto es en donde encontramos la génesis del nombre de Loreto, pues etimológicamente viene del latín «lauretum» o lugar plagado de árboles de la familia de las lauracéas. Existe otra versión que indica que debido al mismo motivo la Santa Casa fue trasladada a Croacia por un miembro de la familia Angeli, en 1291, dos años después a Ancona y el 10 de diciembre de 1294 a Loreto, donde en el Renacimiento se fabricó una Basílica diseñada por Bramante, que aún existe.

Sea una u otra versión, siempre ha sido un lugar de peregrinación y desde allí ha irradiado esta devoción de Nuestra Señora de Loreto a toda la Cristiandad, apareciendo generalmente en su iconografía como una Virgen con el Niño en sus brazos, sentada sobre una casa que es transportada por dos ángeles. En Orihuela, desde hace siglos tiene dedicada una capilla anexa a la Catedral, cuyo origen es datada por Montesinos en el siglo XIV, en que fue fundada por Sancha de la Torre, beata que estaba orando ante una imagen de la Virgen de Loreto cuando ésta se le apareció y le pidió que en su casa y jardín construyera una iglesia con la advocación de la translación de su Casa Lauretana y un hospital para pobres. Capilla de Loreto que durante siglos ha sufrido ruina y reconstrucción, motivadas por las avenidas del río. En 1539, el solar que ocupa la misma tenía como destino el de cementerio mayor de la Colegiata de San Salvador, y a petición del oriolano Luis Gómez, obispo de Sarno, la Santa Sede concedió al Cabildo de Orihuela autorización para edificar, en dicho lugar una capilla dedicada a Nuestra Señora de Loreto. Pero, con la condición de mantener un espacio para que continuara prestándose el servicio de cementerio. Las obras de «la Casa de Loreto» se iniciaban en 1542, protocolizándose el 20 de abril la cesión del Cabildo Catedral a la Cofradía del Santísimo Sacramento, que dependía del mismo. En dicha capilla además de esta Cofradía, tenían su sede las de la Purísima Sangre de Cristo, Ntra. Sra. de los Desamparados y Nuestra Señora de Loreto, apareciendo referenciada esta última en las visitas «ad limina» de 1594 y 1601, y en el Segundo Sínodo Oriolano. Esta Cofradía existió desde finales del siglo XVI hasta los últimos años del siglo XVIII, pues en 1796 ya no tenía cofrades. Según Montesinos, en este último siglo en el retablo del altar mayor se veneraba una imagen de Nuestra Señora de Loreto con el Niño en sus brazos sentada sobre el tejado de una iglesia y delante de la misma una torrecita con una campana de plata. En el inventario de la Cofradía, de 24 de agosto de 1729, se hace referencia a la citada imagen y a su ubicación en el retablo indicado en los siguientes términos: «con su nicho más abajo pequeño que está Nuestra Señora de Loreto y en su cabeza una corona de plata pequeña, y el Niño con su diadema y campanilla de plata en su campanario pequeño, cerrándose éste un quadro pequeño de dicha santa imagen».

De esta advocación mariana en Orihuela, sólo ha llegado hasta nosotros el nombre de la capilla que, con el tiempo ha pasado también a denominar la puerta de la Catedral frontera a la misma, conocida primitivamente como «de los ángeles». Así como el recuerdo de su Cofradía en el escudo que existe en la portada de la capilla con las alegorías de todas las que allí tenían la sede, estando representada por dos ángeles sosteniendo la Casa Santa de Loreto.