El teleadicto

La infiltrada

Late xou con Marc Giró

Late xou con Marc Giró / RTVE

Antonio Sempere

Antonio Sempere

Qué duda cabe que al hacer balance de lo mejor de la primera semana post vacacional nos sale en un puesto de honor la entrevista que Marc Giró realizó a Jordi Évole. Ya era hora de que se derribasen los tabiques entre las cadenas televisivas, y que uno de los pesos pesados de La Sexta pudiese ser invitado a un programa de TVE sin ningún problema.

Glorioso fue el momento en el que Évole reveló que le encantaría que la actual reina de España, doña Letizia, llegado un momento de nuestra historia, volviese a mudar a su piel de periodista y confesara que no había sido más que una infiltrada. La que realizaría la mayor crónica de su vida.

No era fácil plantear en un programa de humor el encuentro con Jordi Évole, puesto que la percha principal para mantener el encuentro no dejaba de ser la exhibición en Netflix del polémico documental No me llame Ternera, que maldita la gracia (aporto como dato personal que de la decena de informaciones y tribunas que tuvo la edición impresa de los diarios sobre el pasado Festival de San Sebastián, la mitad giraron en torno a este trabajo).

Qué lástima que justo a la mitad del programa, Latexou diese un giro de casi 180 grados y el humor inteligente protagonista hasta ese momento se convirtiese en otra cosa. Sucede cada semana. Con el inicio de los juegos llega el desmadre, con la llegada del segundo invitado todo lo que sucede en el plató se hace más laxo, hasta que el colaborador de turno, en este caso una Candela Peña excesiva y casi insoportable, dan al traste con lo que podía ser un formato, además de necesario, modélico.