Diálogo dancístico en “Yarin”

Marc Llorente

Marc Llorente

Yarin

TEATRE ARNICHES DE ALICANTE

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Bailarines: Andrés Marín y Jon Maya. Compañía: Kukai Dantza 

Interactuar con otras disciplinas compone las formas de la compañía guipuzcoana, desde 2001, con gran proyección internacional. Una odisea con el lenguaje propio de diferentes estilos, o una contemporánea creación a partir de las danzas tradicionales del País Vasco, que forman parte del contexto de Europa. Es la galardonada Kukai Dantza. 

Ha ofrecido «Yarin», título que combina parte de los apellidos de los dos intérpretes, el «dantzari» Jon Maya y el veterano bailaor Andrés Marín en un intercultural encuentro. Hay exceso de misticismo y posturas fijas al empezar en un dilatado prólogo. Una conversación entre distintos y cercanos bailes a la vez y la necesidad de compartir en busca de un objetivo común. Y una unión en armonía con la imprescindible percusión en vivo y el canto de Julen Achiary.   

Cada protagonista tiene raíces propias y florecen las esencias. Ven, escuchan, sienten y transmiten. No existe fusión, sino dialogo con los respectivos vocabularios, en íntima sintonía con las notas musicales. La coreografía de ambos bailarines y de Sharon Fridman, responsable del concepto teatral de la dramaturgia, acoge la variedad de pasos de la tradición vasca y del flamenco. 

Las maneras creativas y estilizadas constituyen la singularidad del espectáculo visto en el Arniches de Alicante. Un legado folclórico que se manifiesta en ambas expresiones rítmicas. Saltos, cruces de pies, giros, braceos, pugna con chasquido de dedos… El acento vasco y el andaluz se unen y exponen una lección de cómo es posible el respeto pese a las diferencias. 

Esto va más allá del montaje y muestra que es necesario conciliar intereses en todos los sentidos. Puede haber tensiones, aunque también acercamiento de actitudes como no es difícil comprobar durante los 60 minutos. En la transformación dancística que mantiene las correspondientes señas de identidad, el muy trabajado y efectista diseño de luces de David Bernués y el espacio sonoro de Xabier Erkicia estimulan las emociones que llegan al público.