Con las cosas de comer no se juega

Dos hombres cargan un cubo lleno de pellets, en la playa Area Maior, a 13 de enero de 2024, en Muros, A Coruña, Galicia (España).

Dos hombres cargan un cubo lleno de pellets, en la playa Area Maior, a 13 de enero de 2024, en Muros, A Coruña, Galicia (España). / Elena Fernández - Europa Press

Francesc Pérez i Baldó

Francesc Pérez i Baldó

Que Partido Popular tiene un problema con el medio ambiente es más que evidente. Los “pellets” de ahora en Galicia a más de uno le ha traído a la memoria los famosos “hilitos de plastilina en estiramiento vertical” del Prestige que inmortalizara un Rajoy que ya apuntaba maneras; Ayuso acaba de aterrizar en Galicia con una laudatio a los mismos bosques de eucaliptos que la convierten cada dos por tres en una barbacoa y la desertizan para que algunos se forren y Feijoo a duras penas disimula su negacionismo del cambio climático con eso del “dogmatismo ambiental”.

Y todo con la música de fondo de las hachas de Almeida en Madrid, empeñado en dejar sin cobijo frente a los notables rigores del sol mesetario a los sufridos habitantes de la capital del reino.

También aquí nos las hemos visto y deseado. La Playa de L’Albir se salvó por los pelos del mega proyecto de ampliación de un puerto deportivo de Altea donde se pretendía construir, y cito textualmente “...un muelle de cruceros, un centro de congresos y una nueva playa artificial… Entre el efecto del Corte Inglés y la puerta de Terra Mítica”. Miguel Ortiz.(exalcalde de Altea y ahora alto cargo de Mazón). El Mundo 30/12/2001.

Entonces, como ahora, los ecologistas junto con la prensa escrita fueron el binomio decisivo que asumió el papel del Dr. Stockman, personaje de Ibsen en “Un enemigo del pueblo”, en la defensa del derecho de los ciudadanos frente a los poderosos, solo interesados en hacer caja. Guardo con mucho cariño algunas de las valientes columnas de Carlos Esteve en el DIARIO INFORMACIÓN de aquellas fechas.

Y esta semana leíamos las denuncias del grupo Xoriguer sobre el vertido que durante días y días de aguas fecales sin depurar procedentes de la depuradora de Serra Gelada con picatostes incluidos ( compresas, toallitas…). En aguas del parque natural del mismo nombre. Porque al final, no hay que llamarse a engaños., son los mismos de antes como dijo Mazón y a lo que se ve incorregibles ( esto último lo añado yo) y parece que después de cargarse Serra Cortina para levantar Terra Mitica, chanchullos mediante, ahora al parecer le han puesto la proa al único parque natural marítimo terrestre de nuestra Comunidad.

Tras las denuncias, vienen los consabidos paños calientes del alcalde, como en la obra de Ibsen,: no es para tanto todo controlado, aguas óptimas y balones fuera. Un buen amigo me dijo entre risas, sólo le falta enfundarse el famoso bañador de Fraga y zambullirse de cabeza en esas aguas para demostrar lo que predica.

Le cierto es que muchos creímos ver en Toni Pérez una reedición de aquel Vicent Pérez Devesa, inmenso en lo personal y en lo político. Alguien que estaba por encima de las constricciones de su propio partido y que disfrutaba tanto de la música de Llach como de una buena partida de “pilota valenciana ”. La propuesta del alcalde actual para mejorar la financiación del municipio turístico por excelencia estaba cargada de razón y razones . El ser “un xic del poble” y su pasión por la”xirimita” sin duda también contribuyó en buena medida a que tuviéramos esa impresión que sin embargo constatamos ahora con tristeza como está quedando en un mero espejismo.

Porque si a Benidorm le diera por resfriarse, los demás no pararíamos de estornudar y los síntomas se multiplican: una estación de autobuses más propia de la asediada Mariúpol, que de toda una capital turística, grandes proyectos paralizados y otros tantos de vital importancia que deberían estar el el disparadero, como esa lanzadera al aeropuerto que en su día prometiera Pajín y a la que el hecho de fuera una descarada promesa electoralista no le resta ni un ápice en su imperiosa necesidad.

El propio Toni Pérez en el marco el Foro Municipalismo, presumia de protocolos que velaban por la seguridad de todo bicho viviente. Pero a pesar de sus aparentes nombres, “City Sentinel”, “Benidorm Safety Beach”, etc, lo cierto es que no han sido capaces de alcanzar al vuelo ninguna de las compresas y toallitas que a estas horas estarán flotando tan panchas en unas aguas que deberían cuidarse con primor.

En la obra de Ibsen, el alcalde pregunta a Aslaksen, impresor del diario La Voz de un pueblo”, “¿Cree usted que tendremos un solo turista si corre el rumor de que el agua es nociva, que vivimos sobre un terreno enfermo...”

Y eso que no contaban con redes sociales.

Los ecologistas y los medios de comunicación una vez más han cumplido con su misión. Ahora toca a otros cumplir con la suya, porque con las cosas de comer no se debería jugar y además entra en su sueldo.