Opinión

Circunvalación sur de Elche

El último tramo construido de la circunvalación sur, con el puente que enlaza con la carretera del León. | ANTONIO AMORÓS

El último tramo construido de la circunvalación sur, con el puente que enlaza con la carretera del León. | ANTONIO AMORÓS / porTomásMartínezBoixDoctorenArquitectura

Ya parece que por fin la Generalitat en unión con el Ayuntamiento, y ante la dejadez del Ministerio, han acordado concluir la circunvalación sur de Elche. Aunque el tiempo para su finalización (2027) se antoja un tanto largo para una obra tan pequeña; de entrada hay que darle la bienvenida a esta buena decisión. La denominada en términos carreteros EL-20 viene a designar al segundo cinturón de ronda de nuestra ciudad, que a su vez se prolonga para convertirse en conexión con la Autovía del Mediterráneo. Existe un proyecto de continuar esta autovía hasta Santa Pola partiendo del nudo situado junto al campo de fútbol que ya está convenientemente elevado. El tramo sur de la circunvalación, por el contrario, tiene trazado de carretera frente al diseño de autovía del que goza todo el tramo situado al este.

Para comprender las características del tráfico de atravesamiento de Elche hay que asimilar las peculiaridades territoriales de nuestra ciudad. El perfil más destacado de nuestra villa es que no se trata de una ciudad aislada sino que pertenece al área metropolitana Elche-Alicante con un tráfico muy intenso entre ambas ciudades. Aunque menor, también existe una fuerte circulación entre Elche, Crevillent y Santa Pola. Así pues, para entender nuestros problemas circulatorios, además del fuerte flujo de tráfico de Andalucía oriental y Murcia hacia la frontera, hay que contar con el propio tránsito que genera nuestra ciudad. Afortunadamente el tráfico de atravesamiento de nuestro municipio se canaliza a través de la A-7 sin que nos afecte directamente, mientras que los flujos con Crevillent y Santa Pola se recogen mediante las rondas y se conducen hasta sus propias carreteras.

La Ronda Sur se ha proyectado pues como una vía colectora y distribuidora que conecta el tráfico de la ciudad con las carreteras que parten de nuestra ciudad hasta enlazar con los núcleos rurales situados al sur y con las carreteras de Dolores y de Santa Pola. Su sección es de doble calzada resolviendo los encuentros con rotondas bien dimensionadas. Pero en un momento dado nos encontramos con un subterráneo compuesto por dos túneles de unos doscientos metros que todavía no me ha explicado nadie para qué sirven. Si acaso, situados en el encuentro con la carretera de Santa Pola le encontraría alguna explicación. Se podría entonces decir que salvaban un punto negro que todos los veranos se aproxima a la congestión. Pero no, el subterráneo está situado frente al Hospital General impidiendo el acceso directo desde la ronda. Una dotación hospitalaria exige máxima accesibilidad, mientras que nos encontramos con un subterráneo que te hace avanzar para luego tener que retroceder para llegar a él.

Otra pregunta que me hago: ¿Por qué no concluyó el Ministerio el tramo entre la rotonda situada junto al puente y el trazado del oeste de la ronda? Se trataba de un tramo de menos de dos kilómetros, algo ridículo para un Ministerio. La verdad es que tampoco he encontrado una explicación que justificara esta misteriosa actuación. Tras ejecutar dos obras caras y complejas, un túnel sin mucho sentido y un magnífico puente sobre el Vinalopó, la ronda se interrumpe bruscamente. Y la tardanza desproporcionada en ejecutar un tramo mínimo que dejaba incompleta toda la infraestructura no resulta nada fácil de comprender. No sé a qué se debe que en Elche las carreteras resulten inacabadas durante años. Me entero ahora de que este verano se ejecutará una obra en la carretera de Santa Pola a lo largo de un kilómetro. ¿Un kilómetro? ¿Quieren hacer una carretera o fastidiar el veraneo? No entiendo el fraccionamiento de los proyectos en Elche que hacen que el desdoblamiento de una carreta de menos de quince kilómetros dure una eternidad.

En cuanto a la Ronda Sur el emplazamiento resulta un tanto extraño. En algunos tramos está tan próximo a la vieja circunvalación que deja una fina banda de suelo que apenas podrá edificarse debido a las servidumbres que imponen las carreteras. Solo me lo puedo explicar como resultado de antiguas propuestas que querían restringir el crecimiento hacia el sur de la ciudad y que han quedado fosilizadas en el Plan General. Que la ciudad no creciera hacia el sur puede ser una propuesta, pero a cambio no valía permitir polígonos en esta zona. Un trazado más al sur que permitiera nuevas posibilidades urbanísticas hubiera resultado más eficiente. Lo cierto es que hoy se produce en alguna zona una cierta duplicidad entre la antigua circunvalación y la nueva. Tal vez debamos eliminar el diseño de manual de carreteras de la vieja calzada y transformarla en un bulevar urbano. Podría ser motivo de un concurso que convocara el Ayuntamiento.

Finalmente, hoy parece que la Generalitat iniciará las obras y el Ayuntamiento se encargará de la expropiación de terrenos. Pero creo que podemos estar entrando en un nuevo bucle. La obra no puede iniciarse si no tiene disponibilidad de los terrenos y el Ayuntamiento tiene que buscar disponibilidad económica para realizar las expropiaciones. En fin, solo nos queda invocar al Santo Job y tener paciencia con las decisiones de nuestros políticos y técnicos.