Opinión

Daniel Sancho: Crimen y castigo

Daniel Sancho, en una imagen de archivo.

Daniel Sancho, en una imagen de archivo. / CASO ABIERTO

En esta vida no hay ni premios ni castigos, únicamente  consecuencias. Y por mucho que seas joven, guapo e hijo de actores,  eso de asesinar, descuartizar y repartir los trozos del cuerpo en bolsas de basura por la isla de Koh Phangan, y acto seguido salir de juerga, como decía mi suegra, muy normal no es. ¿Alguien podría explicarme por qué la peña empatiza con este vividor? Ciertamente, por edad, podría ser mi hijo (29 años). Pero es que el muerto (asesinado) podría ser mi hermano (44 años). Ahhhhhh, que, como era un sugardaddy poco agraciado (persona que paga a cambio de sexo y compañía con una persona más joven), hay gente a quien le da repelús. ¿O es que alguien piensa que Arrieta (q.e.p.d.), le transfería  25.000 euros mensualmente a Daniel para hablar de fútbol?

Llamadme rarito, pero me cuesta tener empatía con un descuartizador. Y dudo que alguien diga que se le fue la olla, porque entiendo que lleva un buen ratito desmembrar un cuerpo. Salvo que nuestro amigo "el otro Rubiales" haya sido ganadero, o de la sociedad de la nieve, en una vida anterior, tiene que dar un asco terrible, para no darte cuenta de lo que estás haciendo. Tengo claro que nadie tenía simpatía por Ana Julia Quezada cuando mató al niño Gabriel, ni por el Chicle, cuando asesinó a Diana Quer. Además de estar buenorro, ¿qué tiene de especial este chapero frescales?

Me sorprendió descubrir que el abogado tailandés de Sancho, pese a sus rasgos orientales, ¡es alcoyano! Como mínimo, español, porque no perdona la siesta, incluso durante el juicio. Porque hay que tener “moral" para decir que su cliente será absuelto, o, como mínimo, homicidio involuntario. ¡Pero si a este hombre no le salva ni Perry Mason! O, por poner un ejemplo de la terreta, ni el reputado abogado penalista alicantino Javier Román Pastor podría sacarle del atolladero. Al contrario que muchos tertulianos, que son grandes especialistas, el que suscribe no tiene ni idea de Derecho penal tailandés, pero, vamos, que no hay que ser Einstein para llegar a la conclusión de que, si le cae cadena perpetua, le tocó la lotería. Tened en cuenta que la policía, cuando le detuvieron, sin abogado delante, le dijo que si confesaba, sería un atenuante y “harían lo posible por ayudarle”. El cocinero de pacotilla cavó su propia tumba al “cantar La Traviata”, y no la de Verdi precisamente.

Ahora bien, para mí, lo que ha sido auténticamente flipante es la actitud del padre de la criatura, el popular actor Rodolfo Sancho. De entrada, empieza criticando al país. No quiero pensar cuánta ración extra de gusanos le van a meter a tu hijo en la comida de la cárcel gracias a tus declaraciones. Si a alguno de mis hijos, a mi joven hermano, o incluso a mi padre, que con 91 años está en plena forma, les diera por descuartizar a alguien, lo primero que yo haría, desde que me levanto hasta que me voy a dormir (si es que consigo dormir) sería pedir perdón a la familia del fallecido (reitero, asesinado). Pero Rudolf se marcaría "un Fary", y diría que yo soy un "hombre blandengue".

El colega cobra 150.000 euros por hacer un documental blanqueando a su hijo, emitiendo imágenes con su abuelo, el gran Sancho Gracia (yo crecí viendo Curro Jiménez) dándole de comer. Dinero que supuestamente irá a pagar la defensa del asesino descuartizador. Por seguir con los mismos ejemplos del segundo párrafo, ¿os imagináis al padre de Ana Julia Quezada o del Chicle, haciendo documentales contando lo majos que eran de niños? Y que encima les soltasen ese pastizal. Para colmo, ha exigido que las manifestaciones de la familia de la víctima aparezcan una vez se haya dictado sentencia. ¿El único que se escandaliza por esta historia soy yo?

Y, con una prepotencia inaudita, como si estuviera interpretando a Héctor, el policía de Mar de plástico (la pandemia sirvió para ponernos al día en series antiguas), suelta: "a ver quién es alguien aquí para juzgar a nadie". Chupa del frasco, Carrasco, ¡con un muerto por medio! Y se atreve a llamar "el tipo este" a alguien a quien su hijo ha liquidado y troceado. Nos dice que "mi hijo tiene una edad en la que es muy influenciable", y acto seguido suelta que su hijo no le contó nada de su relación con Edwin, "porque tiene treinta años". ¡Aclárate, colega! Rudolf, yo no soy quien para darte consejos, pero creo que estás arruinando tu carrera como actor. Y nos cuenta que Daniel se fue a Tailandia a cocinar para un canal de Youtube...... que tiene abandonado desde hace un año. Decididamente, nos has tomado a todos por tontainas, por decirlo suavemente. Amigo lector, si le dan matarile a Daniel, no te sorprendas. Crimen.......y castigo.