Opinión
Elena Espinar de las Heras
Más sentido y sensibilidad
En un mundo donde el bienestar de las personas trabajadoras está intrínsecamente ligado a la productividad y al ambiente laboral, abordar la salud mental en el lugar de trabajo es una prioridad ineludible.
Según datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada ocho personas en el mundo sufre algún trastorno mental: los trastornos de ansiedad y los trastornos depresivos son los más comunes, tanto en hombres como en mujeres y los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en 2030.
Esta realidad afecta tanto a las personas trabajadoras como a las empresas, administraciones públicas y gobiernos, que, recordemos,son los que tienen la responsabilidad de promover y proteger la salud mental de todas las personas en el trabajo.
Además, ocurre que la mayoría de las personas que sufren trastornos mentales no recibe ningún tratamiento, bien porque el acceso a los servicios y el apoyo especializados son de difícil acceso o inasequibles, e incluso, porque la estigmatización social sobre estas cuestiones sigue vigente, a pesar de los avances conseguidos e impide que las personas busquen ayuda.
Teniendo en cuenta estos datos, si analizamos este panorama tan desalentador, encontramos que la falta de recursos financieros y humanos destinados a la salud mental agrava esta problemática. De media, los países dedican menos del 2% de sus presupuestos de atención de salud a la salud mental y si añadimos la distribución desigual de recursos, encontramos que hay demasiadas personas con problemas de salud mental que no reciben la atención que necesitan y merecen.
Es por esto que, desde UGT Serveis Públics PV, consideramos esencial que tanto los gobiernos como las Administraciones Públicas no solo incluyan la salud mental como una prioridad en sus agendas políticas y presupuestos, sino que también asignen más fondos para impulsar la investigación en este campo y para la implementación de programas efectivos de prevención e intervención temprana. Es esencial, no solo abordar las consecuencias de los trastornos mentales, sino también promover políticas que fomenten la creación de entornos laborales y sociales emocionalmente saludables y que eliminen el estigma de las enfermedades mentales.
En esta línea, nos parece clave fomentar la salud mental desde edades tempranas, a través de la enseñanza de habilidades de afrontamiento emocional y la difusión de información sobre la misma, tanto para la promoción de hábitos saludables en esta área, como para la sensibilización de la población entorno a estos temas, que contribuyan a prevenir problemas futuros, a combatir el estigma asociado con los trastornos mentales y construir ambientes de apoyo y comprensión.
En resumen, necesitamos más sentido en todas las políticas públicas que se llevan a cabo para que respondan de forma real y efectiva a las necesidades de las personas y más sensibilidad para promover una atención centrada en las personas y basada en los derechos humanos.
Este domingo, 28 de abril, Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, en UGT Serveis Públics renovamos nuestro compromiso con la creación de entornos laborales seguros, saludables y sostenibles para todas las personas, contribuyendo a que la salud mental sea una prioridad en nuestros lugares de trabajo y en nuestras vidas.
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