Mujercitas

Salma celebra el gol ante las suecas.

Salma celebra el gol ante las suecas. / PABLO GARCÍA/RFEF

Luis Andrés Muñiz García

Me gustaba Amaral como cantante y ahora me gusta más aún como persona. Me gustaban las futbolistas y ahora me gustan más todavía como mujeres. Me gusta que en la selección femenina figure la hija de una inmigrante de piel tostada, y que sus componentes declaren sin tapujos sus preferencias personales de pareja. Me gusta que una mujer sea -por lo menos- la tercera autoridad del Estado y aun la primera, en el futuro institucional. Lo siento por los nuevos inquisidores preconciliares (“por sus obras los conoceréis”, Mateo 7:16), pero unos pechos libres al aire, unos goles o golazos por toda la escuadra o lamiendo el poste, o la asunción de unas responsabilidades políticas de primer orden, por ejemplo, nos auguran un futuro mejor para todos y para todas. Por sus obras las estamos conociendo. Y creo que a muchos y muchas nos está gustando.