El silencioso triunfo global del Protocolo de Montreal

La capa de ozono es fundamental para filtrar la radiación solar

La capa de ozono es fundamental para filtrar la radiación solar / Agencias

Valentina Jiménez Moreno

 Esta mañana, mientras tomaba mi café y respiraba aire fresco desde mi terraza, simplemente me pregunté por qué los medios ya no hablaban tanto sobre el hoyo en la capa de ozono, una preocupación ambiental que solía ser un tema candente y determinante, ya que, según recuerdo, teníamos incluso los días contados. Mi curiosidad me llevó a investigar, y descubrí que gran parte del éxito en la recuperación de la capa de ozono se debe al llamado Protocolo de Montreal.

Este protocolo, negociado en 1987, es un claro ejemplo de cómo las naciones pueden trabajar juntas para abordar problemas ambientales globales. Su objetivo principal es eliminar gradualmente la producción y el consumo de sustancias químicas, como los clorofluorocarbonos, que contribuyen al agotamiento del ozono estratosférico. Desde su entrada en vigor en 1989, el protocolo ha logrado reducciones significativas en estas sustancias, permitiendo que la capa de ozono se recupere.

Lo que me lleva también a la conclusión de que este éxito demuestra que cuando las naciones colaboran con objetivos colectivos positivos, pueden lograr un impacto tangible en la preservación de nuestro entorno. Sería valioso que los medios destacaran más estos ejemplos de cooperación global exitosa, ya que inspiran a la acción y ofrecen un recordatorio alentador de lo que es posible cuando trabajamos juntos para proteger nuestro planeta.