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Pedro Sánchez enmienda a Ximo Puig y reclama defender las diputaciones

El líder del PSOE subraya el papel de las instituciones provinciales para «vertebrar» el territorio

Pedro Sánchez enmienda a Ximo Puig y reclama defender las diputaciones

Simplemente tienen puntos de vista diferentes, y una vez más han dado buena muestra de ello, hasta el extremo de que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha vuelto a enmendarle la plana a su compañero de filas y presidente de la Generalitat, Ximo Puig. El detonante, en esta ocasión, han sido las diputaciones y el papel que deben jugar. Sánchez no lo dudó ayer en un desayuno informativo organizado en Toledo: las diputaciones son necesarias y, como tal, hay que cerrar filas con ellas, diga lo que diga Ximo Puig, e incluso diga lo que diga el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, partidario también de cargarse de un plumazo las instituciones provinciales.

Puig, considerado por muchos el barón más próximo a Susana Díaz, nunca ha ocultado el rechazo que le producen estas entidades locales, hasta el extremo de llegar a defender su liquidación sin más, eso sí, con un plan controlado, y más cuando una diputación como la de Alicante es el único reducto que le queda al PP y la que más dolores de cabeza le está dando. Por ello, el jefe del Consell ya anunció el pasado jueves en las Cortes que, para el primer semestre de 2016, pasadas las generales, llevará hasta el final la ley de coordinación de 1983, para vaciar de contenido las diputaciones y hacer más fuerte al Consell. Sin embargo, fue ayer cuando su jefe de filas, Pedro Sánchez, volvió a corregirle. Y lo hizo no sólo defendiendo las diputaciones, sino poniendo el acento en que estas entidades locales, para muchos decimonónicas, y más tras la irrupción del Estado de las autonomías, tienen un papel clave como «vertebradoras» del territorio.

Pedro Sánchez, de hecho, hizo hincapié en que es especialmente importante el papel de estas entidades locales para aquellas zonas en riesgo de «desploblación». Las diputaciones son agentes «vertebradores» del territorio y garantizan la «cohesión social», y eso justifica su existencia, piensen lo que piensen Puig y Rivera, y por mucho que la formación naranja, pasado el 20 de diciembre, pueda ser llave de gobierno para los socialistas.

Ahora bien, que sean necesarias, no significa que no haya que meterles mano, admitió el socialista. Hay que reformarlas, modernizarlas y trabajar para que sean transparentes. Hay que trabajar para eso, y para evitar «enchufismos» de cualquier tipo o, como vino a decir el secretario general del PSOE, para que sean «agencias de recolocación de muchos partidos», haciendo una alusión expresa al PP.

Sea como sea, no es el único punto en que mostró divergencia de pareceres con el Gobierno valenciano que preside el socialista Ximo Puig con Compromís como socio. Pedro Sánchez se mostró contrario a prohibir a los cargos públicos que participen como tales en actos religiosos. No obstante, sí puso el acento en que España debe ser un país laico y que la asignatura de Religión tiene que ser una actividad extraescolar sin más, y eso, en su opinión, no es ir contra nadie. Sólo es reconocer la pluralidad, argumentó. Finalmente, el socialista tiró balones fuera sobre una posible derogación del trasvase Tajo-Segura. Se limitó a decir que, pasadas las elecciones, habrá que impulsar un pacto por el agua. Otra cosa es en qué sentido.

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