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«Ya no vale que Madrid invierta aquí igual que la media. Tiene que invertir más»

Implacable a la hora de reclamar la deuda histórica, Vicent Soler (Rocafort, 1949) es el encargado de sufrir, de forma directa, la falta de financiación

«Ya no vale que Madrid invierta aquí igual que la media. Tiene que invertir más» I.CABALLER

Estamos en 2018 y el sistema de financiación sigue sin cambiar su modelo. ¿Ha roto Mariano Rajoy su compromiso?

Por supuesto. Lo hizo delante de todos los presidentes autonómicos en la última Conferencia de Presidentes. Creo que es algo muy poco serio de un responsable de un país democrático de la Europa Occidental.

¿Cómo está afectando el bloqueo al sistema de financiación al día a día de la Generalitat?

Mucho, porque significa que nuestros recursos no llegan a satisfacer nuestras necesidades, planteadas por un Estado de Bienestar y por unas exigencias de la ciudadanía a las que tiene derecho. La legitimidad de tener una sanidad digna, una educación sin barracones, derechos de dependencia ajustados a los niveles medios, todo eso no lo podemos financiar adecuadamente. Siempre es a costa de otros servicios también necesarios. Hablo de las políticas económicas o infraestructuras.

Afecta y van a necesitar el fondo de liquidez autonómica, los famosos préstamos del FLA.

Por eso. Ojalá no necesitáramos el FLA, porque es una estafa. Te dan en forma de préstamos tus necesidades no cubiertas por el sistema ordinario de financiación que además tienes que devolver. Y como no te llega no puedes cumplir el techo de déficit y te dicen que eres un incumplidor, como si eso fuera una voluntad. Es una necesidad porque quieres mantener los servicios y no te llega el dinero. Encima por ser incumplidor pagas intereses por los préstamos que te dan. Es un escándalo democrático.

¿Se apañarán este año con las cantidades previstas o cuánto hará falta para poder cumplir y cubrir los gastos del ejercicio?

Hemos puesto 1.325 millones en los presupuestos más allá de lo que son los ingresos ordinarios. Con eso podemos dar, desde una lógica muy moderada, unos niveles medios de servicios básicos. Pero cuando acabe la negociación del nuevo sistema, estoy convencido de que las cifras pueden ser incluso más altas. Porque las diferencias son grandes entre la media y nosotros, ya no digo entre comunidades que tienen un 30% más de recursos por habitante. Eso es una barbaridad, porque las competencias son las mismas.

Cuando hablaba de esos 1.325 millones entiendo que es la partida ficticia que se incluyó, un año más, en los presupuestos de la Generalitat para 2018...

Bueno. Esos millones serán ficticios si Rajoy los hace ficticios. En principio no tienen por qué serlo porque son derechos que tenemos y pagamos nuestros impuestos. Queremos estar como los demás. Y si no estamos es porque el señor Rajoy no hace una aportación extraordinaria de 1.325 millones para tratarnos como al resto. Si no arregla el sistema y no da esta aportación, evidentemente los hará ficticios, pero estará haciendo algo peor: maltratar una vez más a los valencianos.

¿Qué opina de que el presidente gallego, Alberto Núñez Feijoo, viniera a la Comunidad Valenciana hace unos días a cuestionar las quejas del Consell con el silencio de Isabel Bonig?

Espero que fuera el contexto partidista de una reunión de grupo, porque una de nuestras grandes novedades políticas es la fuerza de la unidad. Cuando yo voy a Madrid, o el presidente Ximo Puig, vemos que detrás está la unidad no solo de los partidos, sino de la sociedad civil, que está muy sensibilizada, y eso nos da mucha fuerza negociadora. Espero que el PP no se descuelgue de la reivindicación.

¿Cómo van a resolver las diferencias de las comunidades satisfechas con el sistema de financiación, algunas de ellas con gobiernos socialistas?

Eso es pura apariencia. Lo que nosotros trabajamos en el debate de expertos y en la comisión técnica del Consejo de Política Fiscal y Financiera es que todo el mundo está insatisfecho. Hay una insuficiencia global para todas las comunidades autónomas de más de 16.000 millones de euros entre lo que reciben y lo que, en realidad, deberían de recibir. Todos están mal, unos peor que otros.

¿Hasta qué punto puede afectar a la Comunidad que la solución a la financiación no incluya la deuda histórica?

Muchísimo. Y sería injusto. No se puede pensar que un futuro con un mejor sistema fuese equitativo si tienen que llevar al hombro una mochila fruto de un maltrato anterior. No se puede construir un futuro con un pasado que pese diferente. Para ir de la mano del resto de comunidades hay que aligerar esa carga del pasado.

¿Se mantendrá en la negociación la petición de una compensación de 20.000 millones por la deuda histórica?

Por supuesto. Y no sabemos si son 20.000 millones o más. Depende del criterio que se pacte en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Es que fijar una cifra tiene ver con ese criterio previo. Y luego es muy importante pensar que el documento de los expertos tiene en cuenta todas las consideraciones valencianas. Me siento satisfecho con ese documento, excepto con el punto de la deuda histórica.

¿Teme un conflicto de intereses interno y que haya grupos que defiendan una línea estratégica distinta a la de la Comunidad Valenciana?

No lo creo, porque además es compatible todo. Somos los primeros que pedimos que el Gobierno ponga de una vez por todas un papel encima de la mesa. No lo ha hecho ni cuando el debate, ni cuando el dictamen de los expertos, ni ahora en el comité técnico que está a punto de acabar. Y no se puede finalizar este comité sin que el Gobierno de España ponga su alternativa. Es dilatar por dilatar. Y eso es compatible con que el parlamento de los territorios, que es el Senado, oiga a los presidentes de las comunidades autónomas.

Por cerrar el tema de la financiación. ¿Se atrevería a poner una fecha a su solución?

Es que no depende ni de mi de la Generalitat Valenciana. Ni del conjunto de comunidades autónomas, que hemos hecho nuestros deberes y estamos expectantes. Le toca al Gobierno. Ahora porque es Cataluña y... antes ni me acuerdo, porque siempre son excusas de mal pagador, nunca mejor dicho. Desde el 1 de enero de 2014 tendría que haber un nuevo sistema de financiación. Ahora lo que pasa es que el Gobierno está más incómodo porque está intentando que esto sea como 2002 y darnos codazos entre las comunidades autónomas. Pero el comité de expertos ha cambiado el escenario de discusión. Ahora hay que ver cómo reestructuras ese reparto de impuestos entre las administraciones públicas, ver a qué se dedica la administración central y ver cuántos recursos tiene. Cuánto los ayuntamientos y cuánto las comunidades autónomas. Esta reflexión no se ha hecho en 40 años.

Las últimas semanas han salido noticias sobre los pufos que dejó el PP ¿Cuánto le ha costado a la Generalitat el agujero de empresas públicas como Proyectos Temáticos?

Mucho. Las cifras son conocidas e incluso no son definitivas, porque conforme vamos avanzando surgen más impagos. El caso más espectacular es el de Ciegsa y el de la Sociedad Proyectos Temáticos. El sector público instrumental era la zona más opaca de la Generalitat. Se amontonaban no solo corruptelas, sino también mala gestión.

A un año de elecciones. ¿Ha cubierto el Consell del Botànic su programa electoral?

Estamos muy satisfechos. Nos hubiera gustado avanzar más pero las condiciones presupuestarias son las que son. Lo paso mal cada vez que tenemos que discutir los presupuestos, porque veo bien todos los proyectos pero me toca decir que no hay. Esto es una Hacienda subestatal con un señor en Madrid, que es Cristóbal Montoro, que pone los incrementos de gasto, los techos de déficit y que además lo hace de manera unilateral, porque sabe que tiene la mayoría y barre para la administración de la cual es responsable directo, que es la administración central. No hay toda la lealtad institucional que debiera.

¿Qué quiere priorizar en el año que queda de gestión antes de elecciones?

El acabar de limpiar el desastre heredado. No es solo una cuestión económica. El otro día dábamos la cifra de 9.000 millones de pufos en el sector público instrumental. Pero luego tenemos que limpiar y poner orden, por ejemplo que las empresas públicas tengan una relación de puestos de trabajo. Hemos heredado una administración poco eficaz y muy lenta. Y uno de mis retos era aumentar la eficacia de la Conselleria. Lo primero que hice a los quince días de llegar a la Conselleria es sacar 15 millones para pagar rentas que hacía años que no se pagaban. Es decir, el cambio de prioridades con el dinero público ha sido total. Si eso lo hacemos con más recursos y de manera más eficaz será prueba de que el Pacto del Botánic ha cumplido su compromiso.

¿Y sería partidario de repetir la fórmula de coalición con Compromís tras las elecciones de 2019?

Ha ido bien y creo que puede ir bien. Yo he sido conseller en un gobierno monocolor hace 30 años y veo que ahora trabajamos muy a gusto, tanto como con un gobierno monocolor. Y tanto que el PP anterior tenía más líos internos que nosotros. Yo nunca he visto a nadie que espíe a un presidente, como pasó con el último gobierno del PP.

El día 27 el Gobierno central prevé presentar sus presupuestos. ¿Qué es lo mínimo que tendrían que destinar a la Comunidad?

Hay dos elementos cruciales. El primero, que satisfaga las necesidades financieras de la Generalitat. Insisto en que somos responsables de las condiciones de vida de los valencianos porque llevamos la parte básica del Estado de Bienestar. Y segundo, el tema de las inversiones territorializadas. No puede ser que pasen los años y sigamos con ese maltrato, no solo presupuestario por falta de dinero para infraestructuras estatales en territorio valenciano. Es que luego llegas a final de año y la ejecución de lo presupuestado está a niveles ridículos. Lo más simbólico, desde luego, es el Corredor Mediterráneo.

¿Tiene alguna fórmula para compensar el déficit de inversiones en la Comunidad Valenciana de los últimos años?

Que ya no vale invertir como la media. Se ha de invertir más que la media. Es lo que hablaba antes de la financiación autonómica. Tú no puedes decir: venga, ahora nos ponemos todos a cero. Pero, ¿Y el pasado no cuenta? Aquí pasa igual. Un ejemplo brutal es el Corredor Mediterráneo. El primer informe del Banco Mundial sobre economía española, estamos hablando del siglo pasado, dijo que la infraestructura más importante para la España de entonces era el Corredor Mediterráneo. Bueno. Pues es España se ha hecho de todo menos el Corredor Mediterráneo. Esto es ejemplo de la concepción que tienen en Madrid de que lo que no pasa por allí no es importante. Pero para nosotros es una logística fundamental, para nuestra economía y nuestros puertos.

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