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Mucha más cirugía para la crisis del socialismo alicantino

Habrá alcaldable sin primarias: o aceptado por la agrupación con tutela del PSPV y Ferraz o por imposición

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El socialismo alicantino necesita más cirugía para intentar cuadrar una salida a su eterna crisis. Esa es una opinión mayoritaria entre notables del partido una vez que el PSPV y Ferraz tomaron la decisión de suspender las primarias para elegir alcaldable después de un caótico arranque del proceso. Será la primera vez en dos décadas -con el único paréntesis de las municipales de 2007 cuando Antonio García Miralles al frente de una gestora impulsó a Etelvina Andreu como cabeza de lista- que Ángel Franco, el hombre que sigue manejando los hilos de la mayoría de la agrupación socialista de Alicante, se queda sin manejar la selección del candidato. Habrá alcaldable para las elecciones municipales de 2019 sin primarias. O aceptado por los «clanes» del partido en la capital provincial bajo tutela no solo del PSPV sino también ahora del «aparato» federal de José Luis Ábalos. O por imposición. No hay más salidas a estas alturas.

La resolución que anulaba la votación interna ya estaba tomada antes de que el «sanchista» José Asensi, uno de los candidatos en estas primarias fallidas del socialismo alicantino, interviniera en el máximo órgano del PSOE para cuestionar el proceso. El viernes por la tarde el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y el Ministro de Fomento y jefe del «aparato» de Organización de Ferraz, José Luis Ábalos, ya habían acordado la suspensión. El discurso de Asensi, que llevaba anunciando su estrategia toda la semana, sólo sirvió para vestir el santo y poner fin a un proceso envuelto en una espiral de tensión que amenazaba con minar aún más a un partido muy debilitado. Ahora ya no hay más cesiones para la selección del candidato. Todo queda bajo tutela del PSPV y de Ferraz, que emerge como actor nuevo para supervisar la crisis del socialismo alicantino. Poca broma.

Durante una entrevista en À Punt, el secretario de Organización del PSPV, José Muñoz, admitió que ninguno de los tres aspirantes -el citado Asensi junto a la edil Eva Montesinos y Andrés García Trillo, el independiente «fichado» por Ángel Franco- gustaba a la cúpula socialista. Muñoz tuvo al menos dos conversaciones con el aspirante de Franco y, en primera instancia, avaló esa posibilidad. Luego, sin embargo y a la vista del conflicto, en el PSPV dieron marcha atrás. Los tres están ya amortizados para estas elecciones. Nadie recordará la breve actuación de García Trillo en el decorado socialista. El futuro político de Eva Montesinos es sombrío. Y solo a Asensi le queda ahora la carrera para marcharse al Senado en las próximas generales en unas listas controladas por el «sanchismo». Con todo eso, el número tres de los socialistas valencianos dejó claro que el partido vuelve al «plan A» en Alicante: un independiente de reconocido prestigio y con proyección exterior.

La intención de la cúpula del PSPV, efectivamente, es calmar los ánimos durante las próximas semanas para luego buscar un aspirante conocido al margen de las luchas internas de la agrupación y que no haya primarias. La designación del candidato podría posponerse a febrero o marzo, según fuentes de la dirección socialista. «Queremos elegir en Alicante un aspirante en un climá más estable de consenso», clarificó Ábalos durante un acto que protagonizó ayer junto a Puig en Castellón. Blanco y en botella. Habrá tutela de los socialistas valencianos y de Ferraz para seleccionar al aspirante. ¿Pero quién con buena imagen de cara a la ciudadanía está dispuesto a darle el «sí» a un partido en guerra civil y con una ejecutiva manejada por Ángel Franco que, a su vez, controla los votos de la asamblea para ordenar a su gusto la candidatura? Esa es la gran pregunta a estas horas.

Parece harto complicado, esa es la sensación generalizada en del partido, que haya alguien con una imagen exterior dispuesto a ponerse al frente de un proyecto sin garantías de que luego el «franquismo» -muy molesto por la decisión de Ferraz y el PSPV- sea el que articule todos los resortes para hacer una candidatura a su medida. No sólo es necesario un cabeza de lista. Hace falta, señalan estas fuentes, modelar un equipo. Por eso, entre una parte de la organización -especialmente entre los críticos con Franco- se ha extendido la opinión de que la suspensión de las primarias y la tutela del proceso, algo extraordinario que certifica la grave crisis de la agrupación, debería ir unida a la disolución de la ejecutiva y el nombramiento de una gestora para que la selección del aspirante pudiera ir acompañada a su vez de una candidatura acorde que se pudiera elaborar sin cuotas ni presiones de las familias. Más cirugía. No es una cuestión menor. Puig se la juega en Alicante, la circunscripción que le hizo presidente en 2015 y que es clave otra vez ahora.

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