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Una renovación sin fecha en el PP de Alicante a expensas de Madrid y de Valencia

La interinidad de la cúpula alicantina popular está pendiente de la batalla campal del partido en la provincia valenciana o de un golpe de timón estratégico desde Génova

La principal asignatura pendiente que tiene el PP de Alicante continúa sin fecha para una solución y a expensas, además, tanto de lo que ocurra en Madrid como de la convulsión interna que los populares viven en la provincia de Valencia. Así que, en estos momentos, seis meses después de la renuncia de José Císcar a la presidencia provincial del PP, está sin despejar la ecuación para normalizar una situación orgánica que debe conducir al partido a entronizar al presidente de la Diputación, Carlos Mazón, como líder del partido en Alicante. Una vuelta al viejo modelo del PP de unir el liderazgo en el partido con el de la corporación provincial. No hay dudas, por tanto, con el nombre de la persona que debe asumir ese mandato. Pero sí con el proceso que se tendrá que seguir para que la situación interna de los populares alicantinos se acabe normalizando con la vista puesta ya en preparar poco a poco el próximo ciclo electoral municipal y autonómico.

Como se recordará, en estos momentos, la dirección provincial del PP está encabezada de forma provisional por el alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón, como presidente y con Toni Pérez, primer edil de Benidorm, como secretario general. En la práctica, se trata de una ejecutiva de transición, con un recorrido limitado y sin un relato político. De facto, es Carlos Mazón el que está marcando la estrategia del PP en Alicante desde su despacho en la Avenida de la Estación. El problema, en estos momentos, es encontrar una fórmula para desatascar el calendario que permitirá cuadrar ese proceso interno. Decorado que mira en dos direcciones: Valencia y Madrid. De lo que ocurra en esos dos escenarios dependerá cuándo, cómo y en qué condiciones se acaba desplegando.

El «plan A», en principio, lo ha transmitido ya la cúpula regional del PP como versión oficial. La fecha del congreso provincial de Alicante se mantendrá de acuerdo al calendario clásico que suele marcar Génova. Y eso, en principio, supone esperar a la resolución de la grave crisis de los populares en la provincia de Valencia, dirigidos por una gestora provisional y convertidos en un «agujero negro» para el conjunto de la organización. Ese escenario le vendría bien a la presidenta provincial del PP, Isabel Bonig, para ganar un margen de tiempo. Celebrar el congreso regional una vez que Pablo Casado confirme su liderazgo nacional para posteriormente intentar resolver la grave crisis en Valencia y celebrar el congreso provincial para encumbrar a Carlos Mazón. Una cita que convertiría al presidente de la Diputación, sin ninguna duda, en el gran barón territorial del PP en la Comunidad Valenciana. No sólo por su poder orgánico sino, especialmente, por su peso institucional. Pero con matiz importante: sería un proceso siempre «a posteriori» del regional.

El problema es que eso convierte a Alicante, la provincia en la que el PP conserva su mayor cuota municipal y en la que reside esa capacidad de influencia de Mazón en línea directa con la cúpula de Génova, en un apéndice de lo que ocurra cen Valencia. Un escenario que restaría presencia a la organización provincial alicantina en esa renovación natural que se tiene que producir en la cúpula del PP para afrontar con ciertas garantías las elecciones autonómicas dentro de tres años y medio. Por eso, en estos momentos, hay un «plan B», todavía embrionario, pero que pasaría por un golpe de timón estratégico que debería imprimir Génova para adelantar el congreso de Alicante y normalizar la situación interna del partido con la ratificación de Carlos Mazón como líder provincial antes del cónclave autonómico, al que el presidente de la Diputación llegaría ya ungido. Esa opción está sobre la mesa pero hay dudas, en estos momentos, sobre si es lo más conveniente para la evolución del PP en toda la Comunidad Valenciana.

Le concedería al dirigente alicantina, desde luego, un paper de aún más relevancia en los procesos que se avecinan dentro el PP una vez que Mazón, como ha ocurrido con el debate sobre el federalismo como réplica a Ximo Puig, está tratando de situarse ya mismo como un referente autonómico. Es evidente, apuntan estas mismas fuentes, que la dirección provincial de los populares alicantinos quiere tener ese rol importante. Pero, de la misma manera, es consciente de que una parte de la fuerza del PP para el futuro reside en que, junto a un buen resultado en la provincia como en las municipales, se puedan sumar avances claros en el resto de la Comunidad. Y esas dudas son las que, en estos momentos, condicionan al conjunto del PP.

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