La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, salió ayer a la palestra para intentar disipar las dudas aireadas por la cúpula de la dirección nacional del partido sobre su continuidad en el cargo. La jefa de los populares valencianos hizo un llamamiento para evitar conflictos internos, reiteró su decisión de presentarse a la reelección en el próximo congreso regional e insistió en que ha hablado «con quien tenía que hablar» sobre su situación. En los últimos meses, había manifestado en diversas ocasiones que contaba con la confianza de Pablo Casado.

En el entorno de Bonig sostienen que la lideresa mantiene el respaldo de Génova y descartan que su liderazgo esté en cuestión. Sin embargo, el PP nacional ha lanzado un mensaje claro a sus dirigentes autonómicos: ninguna de las baronías populares es intocable en aquellas comunidades donde el partido no gobierna. En el aparato nacional no cierran la puerta a un posible relevo de Bonig, tal como informó El Mundo. Ahora bien, el mejor posicionado para desplazar a la actual presidenta regional, el dirigente alicantino Carlos Mazón -próximo al secretario general de los populares, Teodoro García Egea-, se ha autodescartado para el puesto y ha mostrado públicamente su apoyo a la lideresa.

Esta circunstancia, junto al reciente auge experimentado por Bonig en los sondeos autonómicos como futura presidenciable a la Generalitat, juegan a favor de los planes de la exconsellera. Arropada por la diputada nacional y presidenta del Comité Electoral del Partido Popular, Belén Hoyo, Bonig aseguró ayer que la ciudadanía «no entendería» que el partido se enzarzara «en cuestiones internas» y no dedicara todo su esfuerzo a dar soluciones a la crisis sanitaria. Un recado en toda regla hacia el aparato estatal del partido en el marco de una rueda de prensa en la que desgranó una batería de propuestas para hacer frente a la pandemia.

La dirigente recibió el calor de Hoyo, que forma parte de la cúpula liderada por Casado y que aprovechó su presencia para poner en valor y loar el liderazgo y el trabajo de Bonig. «Está haciendo una oposición contundente y constructiva, en la línea del presidente del partido», dijo. «Su trabajo no puede ser mejor», remachó, antes de hacer hincapié en que la dirección valenciana del PP va «como un reloj» en coordinación con las otras comunidades. Hoyo aseguró que en Génova «agradecen y apoyan» a Bonig «en todo lo que le quede por hacer».

Una vez completados los cambios en las estructuras provinciales del partido, en 2021 le toca el turno a las organizaciones autonómicas. Quien también acompañó en la comparecencia de ayer a la síndica del PPCV fue Vicente Mompó, recientemente elegido para ocupar la presidencia provincial de Valencia con el espaldarazo de la dirección nacional. Aunque el nombre de Mompó fue impulsado desde Génova, la ejecutiva de Bonig aceptó el nombramiento y renunció a plantar batalla en el congreso, a través de un pacto que parecía instaurar la paz y despejar el camino a la presidenta del PPCV para revalidar su cargo, sobre todo después de que Mazón se haya retirado de la carrera para robarle el liderazgo.

Relevos en el aire

Desde verano, Bonig ha mantenido que cuenta con la confianza de Casado, aunque en Génova no se cierran de forma tajante a barajar alternativas en la Comunidad Valenciana, Cantabria, Extremadura y La Rioja.

De momento, los populares valencianos están inmersos en la convocatoria de más de un centenar de congresos para renovar a las direcciones locales del partido, un proceso en el que los liderazgos provinciales y regionales pueden medir sus fuerzas y su capacidad de movilizar a las bases.