La reunión de este viernes del pleno del Consell ha sido la primera con todos los consellers presentes tras los cambios recientes en el Ejecutivo que dirige Ximo Puig, después de que la titular de Justicia, Interior y Administración Pública, Gabriela Bravo, estuviera ausente la pasada semana con motivo de su viaje oficial a Cuba. El hecho de que todos los consellers que deben acabar el actual mandato estuvieran juntos por primera vez y que a partir de este sábado, 28 de mayo, quede un año para las próximas elecciones autonómicas fue un buen momento para poner sobre la mesa algunos de los principales retos que tiene que afrontar el Botànic.
Entre estos desafíos sobresalen los derivados de la crisis económica y social provocada por la pandemia del coronavirus, a los que hay que sumar los de la guerra que sufre Europa, la activación del cambio de modelo productivo de la economía, la innovación y la investigación, el despegue normativo de la Ley de Servicios Sociales Inclusivos y el Plan Convivint, “centrado en la atención de la persona y en la dignificación del sistema, para que nadie se quede atrás y se sigan desplegando políticas que permitan que cada persona y cada individuo pueda tener un proyecto de vida independiente”, según ha expuesto la vicepresidenta, Mónica Oltra.
En julio se renovarán los objetivos del Botànic, aunque la consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas aboga para estos últimos doce meses por seguir profundizando en los acuerdos que se alcanzaron en 2015. A la faceta económica también le concede importancia, y para ello ensalza acuerdos como el alcanzado con el grupo Wolkswagen para el desarrollo de una gigafactoría de baterías en Sagunto, un proyecto empresarial que supondrá la mayor inversión industrial que se ha hecho hasta la fecha en España y que movilizará 10.000 millones de euros.
Otro de los retos importantes que están sobre la mesa está vinculado con las energías renovables y las políticas de transición ecológica. En este sentido, ayer se dio un paso muy importante al superar un nuevo escollo con el pacto de la Agencia Valenciana de la Energía, aunque las medidas adicionales para regular las plantas solares y fotovoltaicas se demorarán hasta la aprobación de los presupuestos del próximo año. El último desafío expuesto por Oltra hace alusión al avance en la semana laboral de 32 horas, sobre la que, precisamente, València está acogiendo una cumbre internacional este fin de semana.
