Primera sesión de control en las Cortes valencianas tras la dimisión de Mónica Oltra, pero igual de protagonista a pesar de su ausencia. La salida de la vicepresidenta de la Generalitat a raíz de su imputación por la gestión de su conselleria en el caso de abusos sexuales a una menor tutelada continúa dominando el debate parlamentario. Durante el último año, la derecha ha apuntalado buena parte de su estrategia de desgaste al Botànic en la investigación judicial que, por el momento, se ha llevado por delante a la lideresa de Compromís; un punto de inflexión que vienen celebrando como una victoria y que pretenden seguir exprimiendo mientras puedan. Con Oltra fuera de la bancada azul, el foco se puso este jueves en el jefe del Consell, Ximo Puig, a quien reclamaron de forma insistente que pida perdón a la víctima abusada. El Botànic, y en particular el presidente autonómico, prefirió no caer en la trampa de la confrontación. Defendió la herencia de su excompañera y trató de centrarse en poner en valor la gestión de su acción de Gobierno. 

La fotografía de Aitana Mas como nueva vicepresidenta del Consell, sentada entre Puig y el vicepresidente segundo, Héctor Illueca, fue el reflejo de que el Botànic encara una nueva etapa, la etapa sin Oltra. Su traumática salida del Gobierno, forzada por la presión de haber sido imputada por el TSJCV, provocó heridas entre los dos principales socios del Gobierno, el PSPV-PSOE y Compromís, que está por ver cómo cicatrizan. Pero este jueves, durante la sesión plenaria, los botánicos cerraron filas y evitaron el lanzamiento de cuchillos, sabedores de que cualquier desaire daría todavía más alas a la oposición. Ni el síndico adjunto de Compromís, Vicent Marzà, que asumió el papel de fiscalizar a Puig un mes y medio después de salir del Ejecutivo, quiso apretar con el tema de la escasa ejecución de inversiones del Estado en la Comunidad y el enfrentamiento entre Joan Baldoví y Pedro Sánchez. Guardar las formas era pues más importante que nunca en los siete años de vida de un Botànic que acaba de atravesar su episodio más complicado. 

La síndica del PP, María José Catalá, abrió la veda. «Si Oltra ha dimitido asumen que cometieron un error. Si no piden perdón, siguen siendo indecentes», le reprochó la portavoz popular, quien le inquirió que con la que está cayendo en la calle por la inflación, estén preocupados del «bailecito de sillas» para montar un tercer Botànic . Los populares ahondaron en ese argumento en todas sus intervenciones. Vox haría lo propio en su turno posterior.  El jefe del Consell, en sus respuestas, aseguró que pide perdón todos los días a todas las personas a las que el Ejecutivo valenciano no da un servicio adecuado, porque el que preside no es «un Gobierno soberbio». Y salió a defender a Oltra, asegurando que cuando hay que poner por encima el interés general, se pone. Por ello, le agradeció que haya mostrado «esa dignidad que los 135 condenados que ustedes tienen -en referencia al PP- nunca hicieron», y enumeró algunas de las medidas que adoptadas por la Generalitat para ayudar a paliar los efectos de la crisis y fortalecer el escudo social. Lo hizo poniendo el foco en la estabilidad de un Gobierno que ha conseguido, por ejemplo, devolver la actividad cinematográfica a Ciudad de la Luz; medidas, en cualquier caso, insuficientes a ojos de Cs, que insistió en la necesidad de aplicar iniciativas adicionales como deflactar el IRPF. 

Hemiciclo de la Cortes durante la sesión de control. Información

También el conseller de Hacienda, Arcadi España, subrayó que con Oltra no tienen más que agradecimiento, reconocimiento y respeto. Claro que si hubo un orador que se deshizo en elogios hacia la jefa de los valencianaistas fue el exconseller de Educación Marzà. Lo hizo durante el turno en el que Compromís tenía la palabra, y dedicó más tiempo a alabar la gestión del Botànic que a cuestionar la poca ejecución de inversiones en los Presupuestos Generales del Estado, que en 2021 se quedó en el 42%, tal y como vienen reprochando al presidente del Ejecutivo estatal. «Gracias por dar un paso a un lado para dar diez adelante. Aquí estaremos esperándote para que cuando acabe el proceso puedas volver con más fuerza que nunca», destacó en referencia a Oltra.

Tercer Botànic

Marzà defendió que mantener el Botànic, ahora y de cara al próximo mandato, se hace más necesario que nunca habida cuenta del complejo escenario derivado de la invasión de Ucrania, que ha motivado que se dispare la inflación. «Necesitamos seguir siendo esa isla de certeza para cada valenciano», dijo, para animar a que el proyecto siga «muchos más años» porque «la única manera es gobernar en coalición la diversidad» de la Comunidad. Sobre la pregunta en cuestión, advirtió que, en Compromís, «No vamos a seguir ni la agenda de la derecha ni la sumisión a nadie que no sea el pueblo valenciano. No nos subordinaremos a nadie». Poco más.

En su respuesta, Puig le aseguró que continuarán «juntos» en este proyecto y afirmó que la agenda valenciana es «irrenunciable» y pasa por reclamar todo lo que tiene que ver con la inversión y la financiación. Pero destacó que no todo es culpa del Gobierno y puso el foco en el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, de quien dijo que está sometido por «influencias ayusianas» -en referencia a Isabel Díaz Ayuso, que está instalado en el no por el no y rechaza reformar la financiación.