El pleno de las Cortes Valencianas ha debatido este miércoles el dictamen de la comisión de estudio sobre la situación actual del sector citrícola en la Comunidad Valenciana y su viabilidad futura, que apuesta por la especialización en la producción ecológica, "dignificar" los puestos de trabajo y promocionar el consumo interno. El texto se votará mañana jueves y saldrá adelante previsiblemente con el apoyo de los partidos del Botànic (PSPV, Compromís y Unides Podem), en contra del PP y Vox y la abstención de Ciudadanos (Cs). El dictamen ha sido abordado, precisamente, durante la misma jornada en la que se ha formalizado el relevo al frente de la conselleria de Agricultura, de la que asume las riendas Isaura Navarro tras el abrupto cese de Mireia Mollà.

"La especialización de la citricultura valenciana en la producción ecológica parece ser la vía más segura para su mantenimiento y rentabilidad", al ser "más resiliente y próxima a la economía circular, que evita dependencias externas". Esa es una de las principales conclusiones que se recogen en el mencionado informe.

La comisión aboga además por intensificar la implementación de las medidas contenidas en el II Plan valenciano de transición agroecológica, así como de los varios instrumentos de la Ley de estructuras agrarias, facilitando el acceso a la tierra, la modernización de los regadíos, y promoviendo la investigación, innovación y transferencia de conocimientos y la compra pública de alimentos ecológicos.

Actualmente el 90 % de la producción citrícola ecológica se exporta a la Unión Europea, por lo que considera necesario ampliar el mercado valenciano y español en este sector.

Asociar la citricultura valenciana a los valores de la agroecología puede tener también consecuencias positivas para la citricultura convencional valenciana, al asociarse nuestra tierra a los valores de proximidad, calidad y salud que proporcionan los estándares europeos, añade.

Al respecto, considera que hay que instar las organizaciones agrarias y las cooperativas a estimular entre sus socios las necesidades para ganar competitividad de las explotaciones mediante la reestructuración, conectando las producciones locales con el mercado internacional.

Por otra parte, en el contexto de cambio climático, aboga por una producción agrícola diversificada (tanto de productos como de variedades de cada producto) con una elevada calidad y adaptada a las condiciones hídricas, edafológicas y climáticas del territorio en que se encuentra

Es además "inapelable", añade la comisión, avanzar en la implementación de mejoras técnicas, pero sobre todo mejoras en las prácticas culturales y organizativas con relación a la gestión del riego, el manejo del suelo, la fertilización y la sanidad vegetal.

En ello, señala, juegan un papel fundamental los servicios de extensión agrícola, así como las iniciativas de transferencia y cooperación entre las universidades y los centros de investigación —en particular, el IVIA, las comunidades de regantes, las asociaciones profesionales agrarias y las personas labradoras.

También reclama "dignificar" los trabajos de la citricultura y aumentar las sanciones a los incumplimientos laborales en el campo, limitar la acción de las empresas de trabajo temporal y hacer cambios legislativos que avancen en la protección de los trabajadores como la obligación de convenios colectivos y la promoción de la sindicación entre el personal recolector y de almacén.

La comisión reclama asimismo una interprofesional de cítricos nacional, que potencie campañas de promoción para incrementar el consumo interno y que dote de más información a los citricultores, para abordar de manera estratégica la campaña de comercialización desde sus inicios.

"Mantener y potenciar su consumo e incorporar generaciones nuevas de consumidores mediante acciones de promoción coordinadas tendría que ser una de las prioridades más inmediatas y urgentes", concluye el dictamen.

La creación de esta comisión especial, a propuesta del grupo Unides Podem, fue aprobada en la sesión plenaria de las Cortes Valencianas del 18 de junio de 2020. La comisión encargada de vehicular las sesiones de trabajo ha estado presidida por la diputada de Unides Podem-Esquerra Unida, Beatriu Gascó.

El dictamen se ha elaborado después de un trabajo de seis meses a partir de una hoja de ruta consensuada por todos los grupos parlamentarios. Ha contado con la participación de 53 personas expertas implicadas en el sector productivo de la citricultura y reclama una interprofesional operativa, fuerte y que mejore la promoción para garantizar la supervivencia del sector citrícola en la Comunidad Valenciana.

"Cambio de mentalidad"

Gascó ha destacado que “las conclusiones de algunas personas expertas indican que para la supervivencia del sector es necesario que se produzca un cambio de mentalidades en el sector”. La interlocución con los implicados ha mostrado que las necesidades del sector pasan por “un fortalecimiento de Intercitrus, el cumplimiento de la ley de la cadena alimentaria, la agroecología como modelo de presente y de futuro tanto por su capacidad de resiliencia frente a las sequías como para ser aliada frente al cambio climático, el reforzamiento de la investigación, sobre todo en la lucha contra plagas y enfermedades, la mejora de las condiciones de trabajo en el campo y a los almacenes, el respeto del principio de preferencia comunitaria, o acabar con el decreto de la pinyolà y fomentar las variedades que no provoquen hueso”, explica Gascó.

La comisión, impulsada por el grupo parlamentario Unides Podem-Esquerra Unida, ha sido una de las comisiones más numerosas en cuanto a los expertos que han pasado para hacer una fotografía de la realidad del sector citrícola y por tanto que más ha captado su necesidad real.

Estos fueron personas expertas de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica; Conselleria de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo; Intercitrus, Comité de Gestión de Cítricos y Ailimpo; UPA, Unión de Labradores y Ganaderos, AVA y Asaja, Asociación Agricultores independientes de Vila Real; CSIC; Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Levante; Cooperativas Agroalimentarias de la Comunidad Valenciana, Anecoop, Cooperativa Rural San Vicente Ferrer de Benaguasil, Cooperativa Católico Agraria de Vila-real y Copal; SATs Picamon Frutos y Spanish Oranges; Universitat Politècnica de València, Universidad Miguel Hernández; Indicación geográfica protegida Cítricos Valencianos; CCOO y UGT; Inspección de trabajo; IVIA; Asucova, Mercadona, Consum, LIDL España y Carrefour; Instituto Agroforestal del Mediterráneo; Cañamás y Naranjas Ché; CAECV; AVASA; Innoland.

Así, la comisión de estudio contó con personas provenientes del mundo de la investigación, la docencia, cooperativo y del campo, como Jorge Cañamás, Enrique Bellés, Joan Mir, Paco Borrás Escribá, José María García Álvarez-Coque, José Navarro Pedreño, Elena Meliá, Soledad Montaner, Cristina Vitorio, Ana Cano, Nacho Felis, Pep Rosselló, Antonia Soto, Maria Ángeles Froner, Manuel Talón, Alberto Urbaneja, Raúl Moral, Guillermo Palau, Rosa García o Lorena Tudela, entre otras.