La falta de consenso impide la reforma

Citan entre los aspectos a modificar la ampliación de derechos, la igualdad de género o la relación del Estado y las autonomías

Acto de lectura de la Constitución en la Universidad de Alicante, a principios de esta semana. | PILAR CORTÉS

Acto de lectura de la Constitución en la Universidad de Alicante, a principios de esta semana. | PILAR CORTÉS / m.m./a.g./m.vilaplana

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La Constitución cumple cuarenta y cinco años y este periódico ha preguntado a destacados protagonistas de la política valenciana y juristas en qué momento se encuentra la Carta Magna y si ha llegado el momento de reformarla. Estas son sus respuestas.

Alberto Fabra: «Nunca antes había habido tanto desprecio y ninguneo»

El expresidente de la Generalitat y senador del PPCV considera que «claramente» es el peor momento de la Constitución porque nunca antes «ha habido tanto desprecio y ninguneo» hacia nuestra Carta Magna por parte del Gobierno como hasta ahora con Sánchez. No todo vale para continuar viviendo en la Moncloa». Fabra considera que la Carta Magna es «joven» y sobre cualquier modificación «debería de contar con el mismo consenso que se consiguió en su aprobación».

Àgueda Micó: «Se queda muy corta en reconocer derechos valencianos»

La diputada en el Congreso y secretaria general de Més-Compromís Àgueda Micó destaca que la izquierda valencianista considera que la Constitución del 78 «dibuja un marco institucional útil para recuperar derechos de las personas y el autogobierno valenciano pero se queda muy corta en el reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado y los derechos del pueblo valenciano». Micó identifica el golpe de estado del 23-F como «el peor momento para la Constitución. Pero tenemos ahora una derecha autoritaria dispuesta a todo para conquistar el poder y esto destroza el Estado de Derecho. Como el bloqueo del PP en la renovación de los órganos de gobierno de la judicatura o el uso de la justicia para masacrar adversarios políticos». Defiende reformarla «para incluir el Derecho Civil Valenciano y acabar con esta injusticia que soportamos como pueblo por la dejadez de PP y PSOE».

Joan Lerma: «Hoy es difícil pensar en lograr mayoría para su modernización»

Para el expresidente de la Generalitat Joan Lerma, la Constitución se ha enfrentado a retos de muy difícil previsión, sobre todo en los últimos años de fraccionamiento electoral y lo ha hecho con éxito, teniendo siempre una solución». Lerma considera que sus peores momentos «se han producido por los intentos de utilizarla de manera excluyente cuando su voluntad es inclusiva». Considera que su reforma se demora «hace años en el tema territorial, la igualdad, Europa... Pero hoy es difícil pensar en lograr mayorías amplias para una modernización de la Constitución».

Ciprià Ciscar: «Sería conveniente profundizar en el carácter federal del Estado»

El exconseller y destacado exdirigente socialista Ciprià Císcar también considera que «el peor momento en 45 años fue, sin lugar a duda, el fallido golpe de estado de 23 F de 1981». Además, «en otro orden, las denominadas leyes de desconexión de 6 y 7 de septiembre de 2017. Acontecimientos superados por la fortaleza de la democracia y sus instituciones». Para Císcar, sería «conveniente introducir algunos cambios : suprimir la preferencia del varón en la línea sucesoria de la Jefatura del Estado, convertir el Senado en una Cámara territorial, profundizar el carácter federal del Estado y actualizar expresiones». Aunque admite que «las dificultades para una reforma a plazo medio se encuentran en la falta de consenso».

Vicent Soler: «Votamos la Constitución como una tabla de salvación en 1978»

El economista y exconseller Vicent Soler recuerda que «mucha gente votamos la Constitución en 1978 como una tabla de salvación para salir de la dictadura, conscientes de que los poderes fácticos del régimen anterior condicionaban su redacción». De ahí que lo considere «un texto para reformar en el futuro y no una camisa de fuerza, como muchos de los que no la votaron entonces tratan de convertirla ahora». Una reforma que debería aplicarse, según Soler, en «mayores derechos civiles y sociales; en el despliegue de los autogobiernos de las autonomías; en la lógica del federalismo asimétrico, el marco europeo, las políticas de igualdad o los derechos de las personas en un mundo cada vez más digitalizado».

«No es momento de reformar, pero sí de completar su desarrollo»

La jurista y precursora del feminismo constitucional Júlia Sevilla considera «de entrada que la Constitución está muy bien. Es un texto con letra y espíritu. Un proyecto de convivencia/organización de los poderes de un Estado que obtuvo el respaldo de la ciudadanía en el referéndum que se convocó». Sobre su reforma, considera que «no es momento de reformar, pero sí de completar su desarrollo en la esfera de los derechos de las mujeres. La ley contra la violencia de género y la de igualdad de 2007 contribuyen a ello. Pero el elevado índice número de mujeres asesinadas nos hace pensar que no son suficientes, que no bastan estas leyes para que las mujeres tengan garantizados sus derechos. Violencia de género, prostitución y vientres de alquiler demandan una nueva actuación eficaz del Estado».

Júlia Sevilla: «Sería deseable una reforma de cierto calado»

El catedrático de Historia Contemporánea y exrector de la Universitat de València, Pedro Ruiz, no considera que «el momento político que estamos viviendo manifieste la necesidad de cambiar la Constitución, aunque no falten argumentos en ese sentido». Destacó el «amplio consenso» que supuso su aprobación y el «carácter abierto a un desarrollo legal posterior que ha hecho posible la conquista de nuevos derechos individuales y sociales». Otra cosa es que «sea deseable una reforma de cierto calado, que se pospone, aunque debería introducirse para evitar bloqueos (como el de la renovación de Consejo del Poder Judicial) e incongruencias y adaptar el texto constitucional (incluso en el lenguaje) al momento actual». Aunque, «dadas las pésimas relaciones entre las dos fuerzas políticas con mayor representación en las Cortes», no ve posible esta reforma.

Pedro Ruiz: «Sigue vigorosa tras 45 años, pese a los ataques que sufre»

El jurista y expresidente del Consell Jurídic Consultiu, Vicente Garrido, considera que la Constitución «sigue vigorosa tras 45 años de vigencia, pese a los ataques que sufre y a sus incumplimientos. Pero es resistente». Y destaca como otro de sus rasgos «su rigidez, que no impide su reforma, pero obliga para ello a un alto consenso. Si no, estaría ya destrozada». De ahí que «el gran pacto que ahora se necesita es para respetar los tres elementos esenciales que sostienen en edificio constitucional: el Estado social y democrático de Derecho; la unidad nacional, pero con el reconocimiento de autonomía (que no soberanía); y la monarquía parlamentaria». Para Garrido, «el peor momento lo vivimos ahora por el sometimiento a exigencias inaceptables (amnistía, privilegios económicos, referéndum) con premio sorprendente a los sublevados, y con un Constitucional bajo sospecha por la ausencia de imparcialidad». Y también defiende que «no existe un clima propicio para la reforma porque no parece posible alcanzar el necesario consenso».

Antonio García Miralles: «Es el mejor instrumento que se han dado los españoles»

El diputado del PSOE en la legislatura constituyente y expresidente de las Cortes Valencianas, Antonio García Miralles, considera la Constitución «el mejor instrumento que se han dado los españoles en siglos» y que goza en estos momentos de «buena salud», más allá de algunas modificaciones que considera que se tendrían que abordar en materia de igualdad como la sucesión de la Corona. Y destaca que la actual coyuntura no es la mejor para efectuar cambios. «Cualquier reforma se tendría que llevar a cabo con el mismo espíritu de consenso que se tuvo al redactarla, cosa que no parece probable en estos momentos». Y pone como ejemplo el bloqueo en la renovación del Consejo del Poder Judicial.

Manuel Alcaraz: «Ha funcionado bien aunque muestra signos de cansancio»

El profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Alicante (UA) y exconseller de Transparencia por Compromís, Manuel Alcaraz, señala que la Constitución «ha funcionado bien y sigue funcionando aunque ya ha envejecido y empieza a mostrar signos de cansancio». Defiende la necesidad de reformas en la relación entre autonomías y el Estado; la transparencia de la Corona; el refuerzo de derechos en ciencia, nuevas tecnologías, salud o vivienda; y medidas para «evitar que el PP bloquee la renovación del Consejo del Poder Judicial, porque no le da la gana cumplir con la ley». Alcaraz no cree que este sea ni el mejor ni el peor momento de la Constitución. «Ocurre que asistimos a un contexto complicado para las democracias en toda Europa por las tensiones que provoca la ultraderecha y la derecha clásica que intenta imitarla», lamenta.

Joaquín Galant: «El pacto de investidura se ha cargado la Constitución»

Joaquín Galant, diputado de UCD en la legislatura constituyente, está convencido de que la Constitución atraviesa su peor momento y asimila la amnistía a «un golpe de Estado». «Asistimos al fenómeno de una persona -en referencia a Pedro Sánchez- que ha querido ser presidente a toda costa, y para ello no ha dudado en cometer un fraude, haciendo una cosa que prometió que no haría». Y señala que en el pacto de investidura «independentistas y socialistas se han unido para hacer algo tan ilegal como cargarse la Constitución, que no menciona por ningún lado la palabra amnistía y, además, niega los indultos generalizados». Sobre una posible reforma, Galant opina que «puede necesitar algunos retoques en el Título VIII, que no determina las competencias exactas del Estado y las comunidades. Pero poco más». E insta al Rey a intervenir en el contexto actual, sobre la base de que debe defender la Constitución. «De momento no lo ha hecho, pero en algún momento yo creo que lo hará», concluye.

Javier Peniagua: «Es muy difícil que haya un acuerdo en la situación actual»

El historiador considera que la Constitución vive un estado de salud intermedio, con parte muy bien asumida por toda la sociedad española, mientras que hay otra que reivindica una posición distinta y una perspectiva de separación. Sobre una posible reforma la ve «muy difícil y complicado, mucho más que otras instituciones. Veo muy difícil que haya en la situación actual un acuerdo para llegar a un cambio».

Gabriela Bravo: «La Constitución nació con siete padres y huérfana de madre»

La vicepresidenta segunda de las Cortes Valencianas, exconsellera y fiscal señala que la Constitución nació hace 45 años «con siete padres y huérfana de madre. La Constitución de 1978 nació como símbolo de libertad e igualdad para una sociedad que tanto las ansiaba. Sin embargo, dejó fuera a las mujeres porque sólo incluye la palabra ‘mujer’ en dos ocasiones: la primera para referirse al matrimonio y la última para privilegiar al varón en la línea sucesoria a la Corona». Por ello, Bravo defiende que «no tiene sentido que la Constitución se quede al margen de los avances logrados en materia de igualdad real entre hombres y mujeres. Es momento de que la Constitución aborde la perspectiva de género e incorpore a la mujer y a las políticas de igualdad, además de exigir paridad en los órganos constitucionales y aludir a la erradicación de la violencia de género. Además de suprimir términos como «disminuido» que estigmatiza a las personas con discapacidad o dar más competencias a las autonomías y avanzar hacia un estado federal. En definitiva, añade, «si queremos que la Constitución española tenga vocación de permanencia, es vital reparar los defectos de fondo. Después de 45 años, ha llegado la hora de incluir por fin las ausencias del pasado».

Rubén Martínez Dalmau: «Es una Constitución cuestionada desde todos los frentes»

El catedrático de Constitucional y exvicepresidente de la Generalitat Valenciana considera que la Carta Magna está cuestionada desde todos los enfoques y relata que, en su opinión, «es una Constitución que respondía a las necesidades de hace cincuenta años, pero que ya no da soluciones a los grandes problemas que tenemos hoy en día: la reivindicación de una democracia con más mecanismos de participación y de decisión colectiva, la normatividad y exigencia de los derechos sociales frente al Estado, el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado y la necesidad de asentar un Estado federal, la democratización del poder judicial, las respuestas al cambio climático y el giro ecocéntrico, la necesidad de modificar la sala de máquinas de la Constitución para que responda a un gobierno que represente al interés general, la constitucionalización de la paridad de género, la decisión democrática sobre la forma de Estado». Por lo tanto, añade, es «una Constitución en la trinchera, cuestionada por todos los frentes, que pide a gritos un cambio de acuerdo con la voluntad de la sociedad actual, no la de hace medio siglo. Es momento de cambiar». No obstante, considera que la «reforma profunda es imposible, porque los candados que se incorporaron en la Constitución hacen inviable una reforma sin pasar por mayorías ultracualificadas que dejan la decisión no en manos de la mayoría, sino de la minoría. Es un déficit democrático que hace más necesario aún el cambio constitucional».

Reconocimiento para los diputados que avalaron la Carta Magna

El Consell concederá la distinción por la Defensa de los Derechos Constitucionales a todos los diputados y senadores de las provincias de Alicante, Castellón y Valencia que en las sesiones celebradas el 31 de octubre de 1978 aprobaron el texto de la Constitución. El reconocimiento fue aprobado ayer en el pleno del Consell en su reunión celebrada en Alicante, y se hará efectivo este miércoles, en el acto que tendrá lugar en Castellón tras varios años celebrándolo de manera exclusiva en Alicante. Así lo anunció la portavoz del Consell, Ruth Merino, quien destacó que, con estas distinciones, se reconoce «la responsabilidad y búsqueda de consenso» por parte de quienes, afirma, «aquel año ejercieron de padres y madres de la Constitución, trabajaron en el marco de la Ponencia Constitucional, la Comisión de Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas del Congreso de los Diputados, la Comisión de Constitución del Senado y los plenos de ambas cámaras».