El contable de Zaplana achaca el dinero de las mordidas a Pachano y los Cotino

Recurre a dos personas fallecidas para evitar dar explicaciones sobre una empresa luxemburguesa y un escrito falsificado

El economista y cerebro financiero del caso Erial, Francisco Grau, gesticula durante su declaración en el juicio.

El economista y cerebro financiero del caso Erial, Francisco Grau, gesticula durante su declaración en el juicio. / Laura Ballester

La tercera jornada de declaraciones del caso Erial la protagonizó ayer Francisco Grau Jornet, el cerebro financiero de la presunta trama, según la Fiscalía Anticorrupción. El que «ha armado todo este tinglado», en palabras del testaferro confeso de Zaplana, Joaquín Barceló, durante su declaración del miércoles.

Grau Jornet es abogado, asesor fiscal, economista y fue profesor de economía financiera y contabilidad en la Universidad de Alicante (se le suspendió tras ser detenido). El economista también fue miembro de la comisión de control de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y su representante en el proyecto estrella de Eduardo Zaplana, el parque temático Terra Mítica en Benidorm.

De ahí que se le considere el artífice de la ingeniería financiera creada para ocultar el retorno de las mordidas del extranjero y blanquear el dinero manejado, que los investigadores del caso Erial cifran en 20 millones de euros. La Unidad central operativa (UCO) de la Guardia Civil señala la participación activa de Grau «tanto en la creación del entramado» como en «su administración prolongada en el tiempo».

No era fácil la comparecencia de Grau Jornet tras la sosegada confesión que protagonizó Joaquín Barceló alias Pachano, sin mirar ni un papel, en la que confirmó el cobro de mordidas y el entramado creado para repatriar el dinero desde paraísos fiscales.

Pero el economista y abogado la afrontó con altanería. Pavoneándose de sus conocimientos financieros. Y tratando de forma condescendiente al tribunal y al fiscal Anticorrupción que lo interrogaba. Y al que contestaba yéndose por las ramas o con explicaciones sólo inteligibles para el propio Grau Jornet.

«Ese hombre besaba por donde yo pisaba», aseguró en referencia a un empresario; «yo era un punto de referencia en la caja»; «se lo explico porque ustedes no tienen experiencia»; «yo creo que ya se lo había explicado, pero hoy estoy en forma desprendida y se lo voy a volver a explicar» son algunas de las frases literales que soltó al tribunal cuando respondía al fiscal Anticorrupción.

Grau también justificó por qué no ha alcanzado una conformidad y ha admitido los hechos de los que se le acusa. «Hay cosas que si yo no he vivido no las puedo decir». Y aprovechó para intentar socavar la credibilidad de Joaquín Barceló en su confesión de los delitos. «Barceló a primeros de diciembre me dice que no va a volver a prisión. Y que va hacer lo que haga falta para no ir a prisión y que su mujer no tenga ningún problema. Yo también valoro confesar, pero hay cosas que si no las he vivido no las puedo decir. Cuando acabamos [el miércoles], Joaquín Barceló me dijo: ‘Me han obligado a hacerlo’, por eso lo ha hecho Barceló», explicó sin dar más detalles de estas supuestas presiones.

Grau incluso acusó a su amigo de no contar la verdad. «El señor Barceló dijo que no pertenecía al PP. Pero ayer por la tarde pude ver que había estado en la ejecutiva local del PP de Benidorm y que había estado hasta que nos detuvieron».

«Aquí tenemos la espada de Damocles con la petición de cárcel que nos ha hecho -continuó, dirigiéndose al fiscal Anticorrupción-. Zaplana y yo sabemos lo que es la cárcel, lo hemos pasado» aseguró sobre los nueve meses de prisión provisional tras su detención, al igual que Joaquín Barceló. «Los dos primeros meses en prisión los pasé en la misma celda con Barceló y sabemos lo que hemos sufrido y lo que es eso. A partir de esos dos meses, pasé otros cuatro solo», describió.

Ahora se enfrenta a una pena solicitada por Anticorrupción de ocho años de cárcel por los presuntos delitos de pertenencia a grupo criminal (3 años) y blanqueo de capitales (5 años), además de veinte millones de euros de multa y tres años de inhabilitación para el ejercicio profesional y de comercio.

Ya metidos en materia, el extenso interrogatorio del Fiscal Anticorrupción se centró en preguntar al asesor fiscal sobre la empresa luxemburguesa usada para pagar las mordidas y retornarlas a España; y cómo se vehiculaba este dinero en la compra del piso de Núñez de Balboa en Madrid, la adquisición de parcelas en un PAI (programada de actuación integrada) de La Vila-Joiosa o en la exclusiva urbanización La Finca, en el Prado de Somosaguas de Pozuelo de Alarcón, o la compra del barco Loix, un Astondoa azul y blanco de 13 metros de eslora.

La empresa de las mordidas de Luxemburgo.

Imison International se creó por la familia Cotino el 9 de mayo de 2001 y en los inicios estuvo representada y administrada por la abogada Beatriz García Paesa, «profesional de servicios de fideicomiso y fiducia» en Luxemburgo, que declarará como testigo. La letrada es sobrina de Francisco Paesa, el espía que se volatilizó tras el escándalo del caso Roldán. Es la empresa que se usa para pagar las presuntas mordidas y que de los Cotino pasa a estar controlada por Joaquín Barceló y Fernando Belhot, presuntos testaferros de Zaplana. De esta mercantil, Francisco Grau declaró ayer que «yo no doy órdenes acerca de Imison International». Para justificar el intercambio de correos e información, Grau justificaba que él facilitaba a Beatriz García Paesa «cada vez que hay una ampliación de capital le digo exactamente la cifra que tiene que llegar neta a la cuenta del banco de aquí. Yo a Paesa lo que le he dado son cifras de participaciones e importes, porque quería que en el concepto pusiera eso». Anticorrupción también acusa a Francisco Grau de ser quien ordena transferir el 4 de noviembre de 2005 un total de 540.000 euros desde la cuenta luxemburguesa de Imison International a dos sociedades panameñas (Milliken International e Incaina Internacional SA) con cuentas abiertas en la Banca Privada de Andorra (BPA) y propiedad de un empresario alicantino quien, al recibir el dinero, entrega 540.000 euros en metálico a la trama del caso Erial. Es lo que se conoce el método de «compensación» y sirve para ocultar el origen opaco del dinero.

Creación de Medlevante SL y Gesdesarrollos Integrales. Las empresas Medlevante SL y Gesdesarrollos Integrales se crean para «recibir los fondos delictivos procedentes de la sociedad Imison International». De hecho, desde 2008 a 2013 la sociedad Imison Internacional ostenta el 99,88% de las participaciones de Medlevante. Barceló figura como administrador, pero Anticorrupción acusa a Grau de gestionar ambas empresas, a las órdenes de Eduardo Zaplana. Un relato del que Francisco Grau disiente, obviamente. «Las empresas se constituyen en España y las constituye Joaquín Barceló. Me dice: ‘Tengo esta inversión y yo le sugiero que lo haga así, es mi asesoramiento». Grau cargó las tintas en Joaquín Barceló. «Mi mujer aparece en la constitución de Gesdesarrollos porque, también es una estrategia de Joaquín», justificó Grau. Con estas empresas se adquieren las parcelas en La Vila-Joiosa y se intenta ejecutar la compra de los dos áticos en el puerto de Altea. «Cuando conozco Imison en 2005 era de los Cotino. Yo hablo con un empleado de Sedesa [un directivo ya fallecido] para hacer los movimientos, no con los Cotino», declaró Francisco Grau. Un detalle que fue puesto en duda por el mismo abogado de Vicente Cotino que le interrogó de manera insistente. Grau no tuvo más remedio que admitir: «No sé qué relación tenía Barceló con los Cotino».

El falso testamento y el documento falsificado. El asesor fiscal Francisco Grau hizo piruetas verbales para justificar el testamento falso de Joaquín Barceló (con un beneficiario oculto) que la UCO de la Guardia Civil encontró en su despacho. «Se le puso ‘testamento’ pero no lo era. Era una alternativa. Un testamento es lo que es. Eso no lo es. Pero de cara a la negociación con un inversor, era un punto de partida».

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