La legislatura europea: de la transición digital a la respuesta al covid y la guerra

El periodo entre 2019 y 2024 estaba previsto que diera impulso a la digitalización y la transformación energética y ha acabado resaltando por la resistencia de la UE ante las dificultades planteadas por la pandemia y los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo

Una de las sesiones en el Parlamento Europeo

Una de las sesiones en el Parlamento Europeo / Europa Press

Borja Campoy

Borja Campoy

Con las elecciones europeas a la vuelta de la esquina, se celebrarán el próximo 9 de junio, es buen momento para hacer balance de lo que ha deparado la legislatura comprendida entre 2019 y 2024, un periodo que arrancó destinado a ser el que tenía que impulsar tanto la transición digital como la energética y que acabará pasando a los libros de historia como unos años convulsos, marcados por la pandemia y los conflictos bélicos en Ucrania y Oriente Medio, unos problemas de enorme trascendencia en los que el sentir general es que la respuesta de la Unión Europea, dadas las dificultades, ha sido positiva. Los cuatro eurodiputados valencianos que han estado en esta etapa de principio a fin, el popular José Manuel García-Margallo y los socialistas Inmaculada Rodríguez-Piñero, Domènec Ruiz Devesa y Estrella Durá, ofrecen su particular análisis. La Comunidad Valenciana cuenta actualmente con una quinta eurodiputada, Esther Sanz, de Podemos, pero la formación morada ha declinado compartir su valoración.

«Ha sido una legislatura muy compleja, la más complicada de las cinco que he vivido», apunta Margallo, antes de señalar que los dos «ejes vertebradores» eran los de las transiciones digital y energética. El popular valora como «positivas» las respuestas a las crisis que han ido surgiendo por el camino, ya que, entre otros factores, han impedido que se produjera una recesión global. Para Rodríguez-Piñero el balance de la legislatura que concluye también es «positivo» porque «Europa ha respondido a los mayores desafíos inimaginables», y lo ha hecho «poniendo en el centro a las personas, a diferencia de lo que se hizo en la crisis financiera». 

El alicantino Ruiz Devesa coincide a la hora de valorar estos cinco años como buenos. «Teniendo en cuenta la dificultad, se han afrontado cuestiones como las del cambio climático o la dimensión social para reducir las diferencias que se incrementaron con la crisis del Euro. La respuesta actual, comparada con la de hace 10 o 12 años, ha sido la contraria, ya que ha sido conjunta y solidaria, no cada uno por su cuenta y con austeridad», señala. Al igual que Rodríguez-Piñero, Durá destaca que «se ha avanzado mucho en cuestiones sociales, con directivas como las de los salarios mínimos, los trabajadores de las plataformas, el programa de garantía infantil o la tarjeta europea de la discapacidad», apunta.

Comunidad Valenciana

Más allá de los planes de digitalización y energético, las curvas inesperadas que han provocado la pandemia y los conflictos bélicos y los avances sociales que se han logrado, los eurodiputados también ponen el foco en el trabajo que se ha hecho desde Europa por la Comunidad Valenciana. «Hemos tenido un problema muy serio con la política agrícola común que ha afectado a nuestra tierra, por motivos más ideológicos que económicos», señala Margallo, que también pone sobre la mesa el esfuerzo para que la industria autonómica no pierda competitividad, con sectores como la cerámica de Castellón o la automoción, e indica la necesidad de fomentar «un modelo turístico sostenible, de calidad, que no sea exclusivo de temporada y que apoye a las zonas interiores».

Los avances por el Corrector Mediterráneo, con la conexión ferroviaria del aeropuerto alicantino, el tratamiento en frío de las naranjas que llegan desde Sudáfrica o las ayudas al sector del calzado son destacadas por Rodríguez-Piñero, que también resalta como otros de los «logros» levantar la sanción que pesaba sobre Ciudad de la Luz. Ruiz Devesa también cita al Corredor Mediterráneo, así como los logros conseguidos para el transporte marítimo, el sector textil o la «estrategia de resiliencia hídrica de los estados». Por último, en cuanto a la Comunidad Valenciana, Durá resalta que se ha visto beneficiada por el refuerzo del fondo social europeo, en asuntos como la renta mínima o la implantación de políticas sociales.

De cara a la cita con las urnas del próximo 9 de junio, Margallo sostiene que los populares se mantendrán como la primera fuerza política en Europa y que tanto socialistas como verdes bajarán, mientras que se producirá un aumento de los movimientos populistas, siguiendo la estela de lo que se está viendo en países como Francia, Italia o Portugal. «Con los acontecimientos inesperados que se están dando en el día a día de la política es difícil hacer cálculos exactos», señala la socialista Durá. Entre estos «acontecimientos inesperados» a los que se hace referencia se puede incluir el anuncio esta semana del presidente español, Pedro Sánchez, de tomarse unos días para reflexionar sobre su futuro. 

Identificación

En cuanto a la identificación de los ciudadanos de la Comunidad Valenciana con el proyecto europeo, Rodríguez-Piñero responde: «En esta legislatura puedo afirmar que ha habido una mayor implicación de los valencianos con las instituciones europeas. Lo constato con los visitas organizadas que se han hecho desde grupos académicos y diversos colectivos». Ruiz Devesa no se muestra así de optimista: «La identificación no es tanta como quisiéramos, queda mucho por hacer. Hay que llevar a cabo un ejercicio importante de pedagogía sobre lo que se está haciendo en Europa».

Analizado el último lustro, los eurodiputados ponen la lupa en los retos para los próximos cinco años. «Un aspecto que sobresale es el de alcanzar la suficiencia europea respecto a terceros países. En la provincia de Alicante se podrá avanzar en un hub para residentes extranjeros, con una sanidad de primer orden», señala Margallo. Por su parte, Rodríguez-Piñero habla de la necesidad de fortalecer el mercado único europeo, de la reundistralización para ser menos dependientes y de la ampliación del presupuesto para asuntos como la defensa o la transición ecológica. Todo ello para «reducir las desigualdades y ampliar los derechos».

Por último, Ruiz Devesa habla de un primer «gran desafío» vinculado a la seguridad, a tenor de las alertas que han desatado los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo. «Hay que seguir luchando contra el cambio climático e implementar el Plan Verde. Eso sí, esta transición no puede ir en contra de la agricultura o la industria», concluye el alicantino.

Batería de medidas medioambientales para el Pacto Verde

La semana que concluye este domingo ha sido de intensa actividad en la Eurocámara, en la que se ha aprobado una batería de normas medioambientales con el propósito de dejar apuntalado el futuro Pacto Verde, ya que la amenaza del aumento de la ultraderecha aparece con fuerza en el horizonte electoral. De hecho, las formaciones ultras han aprovechado el último pleno antes de la celebración de las elecciones del 9 de junio para prometer que derogarán en el próximo mandato las leyes contra el cambio climático.