Síndrome metabólico, ¿Qué es y cómo se trata?
Mediante una alimentación saludable basada en la dieta mediterránea o ejercicio físico se reducirán los casos
El síndrome metabólico es una entidad clínica que agrupa las alteraciones metabólicas pequeñas que aisladas en una persona no son de extrema gravedad pero que combinadas (tres o más de ellas) constituyen un problema serio de salud.
Según explica a Infosalus el doctor José Luis Miranda, jefe de grupo del centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn), esta gravedad que se confiere en términos clínicos al síndrome metabólico se debe en gran medida a que es capaz de aumentar en más de 10 veces el riesgo de desarrollar diabetes y en 3,5 veces el riesgo de muerte por causa cardiovascular.
Se trata de una enfermedad poligénica con una variedad de genes implicados en múltiples vías como las de lipogénesis, las lipídicas o de producción de insulina, genes que realizan pequeñas contribuciones y que aumentan el riesgo global, comenta el doctor, catedrático de Medicina Interna y especialista del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.
Los criterios de inclusión en el síndrome metabólico son una glucosa por encima de 100 mg/dl en ayunas, triglicéridos de más de 150 mg/dL, colesterol HDL bajo (menos de 40 mg/dL en hombres y de 50 mg/dL en mujeres); presión arterial elevada (sistólica igual o superior a 130 mmHg o diastólica igual o superior a 85 mmHg), y un perímetro de cintura debido a un cúmulo de grasa igual o superior a 94 centímetros en los hombres e igual o superior a 88 centímetros en mujeres.
El doctor Miranda señala que el tratamiento de primera línea se basa en la modificación de los hábitos de vida incluyendo el ejercicio físico y la pérdida de peso y un modelo de alimentación basado en la dieta mediterránea, que implique una importante reducción en los carbohidratos simples procedentes de azúcares y derivados, entre otros. El futuro está en la nutrición personalizada que tiene como base la dieta mediterránea y en determinados casos se necesita dar prioridad a unos alimentos y reducir otros.
Identificar un síndrome demasiado extendido
Lo que hasta ahora la investigación ha demostrado es que intervienen factores genéticos que elevan el riesgo de padecer síndrome metabólico y que la alimentación puede modular este riesgo en subgrupos poblacionales con determinadas características fenotípicas y genéticas entre los que hay que ejercer una mayor carga de prevención e identificación para reducir el riesgo.
Hasta un 30 por ciento de la población está afectada por el síndrome metabólico, que se ha convertido ya en el paso previo a la diabetes, lo que antes se conocía como prediabetes, ya que quien padece prediabetes suele presentar también otras alteraciones metabólicas.
"Lo más importante en este momento es identificar a los pacientes y ponerlos en manos de especialistas que les indiquen la modificación de hábitos de vida necesarios y seguir investigando en el ámbito de la genética para identificar qué personas son más susceptibles genéticamente, ya que en estas personas habrá que modular la alimentación y buscar un modelo de nutrición personalizada", concluye Miranda.
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