Los canarios padecieron calor extremo la mitad de los días de 2023

Las temperaturas se situaron en valores muy altos durante 165 días

Los investigadores apuntan al cambio climático, el fenómeno de El Niño y el deshielo del antártico como posibles desencadenantes

Verónica Pavés

Verónica Pavés

En un año de temperaturas extraordinarias en todo el planeta, los días en los que los termómetros de Canarias han marcado valores muy por encima de lo normal suman un total de cinco meses de calor extremo. En concreto, los canarios padecieron 165 días de temperaturas extremas, lo que corresponde a prácticamente la mitad del año (45% de los días). Un dato que corrobora lo inusualmente caluroso que ha sido el 2023 y que pone de manifiesto la necesidad del Archipiélago de adaptarse a unas condiciones climáticas que lejos de abandonar las Islas, tenderán a repetirse en el futuro.

Así lo corrobora el geógrafo Dominic Royé, investigador de la Fundación para la Investigación del Clima (FIClima), que ha analizado los datos recopilados por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en ocho estaciones meteorológicas repartidas por las Islas. Todas las que se emplazan en los distintos aeropuertos del Archipiélago y la que se encuentra en el Centro de Investigaciones Atmosféricas de Izaña. 

En total, durante el año pasado se sucedieron 345 días calurosos (11 meses y medio) en Canarias. Los más extremos –165– llegaron a marcar temperaturas de hasta 7,2 grados por encima de lo habitual.  "Es destacable que las anomalías y los múltiples récords que se han registrado durante este periodo no han sido por décimas, sino por varios grados", argumenta Royé, que insiste que es "una señal del aceleramiento del calentamiento global".

De hecho, tan solo un año antes, en 2022 los días en los que Canarias sufrió calor extremo fueron mucho menos. En total se registraron 83 días de temperaturas muy altas para la época. Pero también hubo dos días de frío extremo. Algo que en 2023, pese haber registrado 19 días de frío –todos ellos durante el mes de febrero–, no han llegado a ser lo suficiente gélidos como para ser considerados extremos.

Tres olas de calor

Durante 2023 se han producido tres olas de calor y múltiples episodios de altas temperaturas que han dejado a las Islas. Entre las anomalías más importantes registradas durante el año en Canarias destacan cuatro. La primera sucedió a finales de marzo, coincidiendo con un episodio de altas temperaturas que se produjo a finales de ese mes. Las temperaturas medias registradas fueron 7,2 grados superiores a la media habitual para el mes. 

Canarias, sumida en el intenso y bochornoso calor, llegó a batir récords históricos. La estación meteorológica de La Aldea de San Nicolás, en Gran Canaria, registró 38,2 grados de máxima el 30 de marzo. La temperatura más alta jamás medida en un mes de marzo en Canarias. 

La segunda anomalía cálida más intensa del año, también de 7,2 grados, se produjo en octubre, coincidiendo con la llegada de otra ola de calor extraordinaria –y fuera de la época habitual– al Archipiélago. Durante ese mes se produjo una ola de calor entre el 2 y el 17 de octubre, la más larga registrada hasta la fecha en Canarias. Las altas temperaturas provocaron, además, varias reactivaciones del incendio de Tenerife. 

Un fuego que se inició, precisamente, en otro de los momentos en los que se registra una intensa anomalía cálida –de 6,4 grados– durante el mes de agosto. Canarias sufrió en ese momento dos olas de calor prácticamente consecutivas. La primera se prolongó desde el 10 hasta el 14 de agosto y la segunda desde el 20 y el 24 de agosto. La última anomalía, de 6,3 grados, se produjo en otro de los episodios de altas temperaturas que sufrió Canarias en julio que, sin embargo, no llegó a ser calificada como ola de calor.

Un escenario desolador

"Los datos arrojan un escenario desolador y constatan lo inusual del año que hemos vivido", advierte el geógrafo Abel López, miembro de la Cátedra de Reducción de Riesgos de Desastres y Ciudades Resilientes de la Universidad de La Laguna. Como recuerda el investigador, en este año en el que el calor ha rehusado abandonar las Islas, "hemos sufrido dos de las olas de calor más importantes que han acontecido en Canarias desde que existen registros: en agosto y en octubre". 

El asfixiante calor que ha visitado el Archipiélago durante la mayor parte del año ha coincidido con un cambio "en los patrones sinópticos", es decir, de las estructuras de la atmósfera, tal y como explica Carlos Torres, director del Centro de Investigaciones Atmosféricas de Izaña, dependiente de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). En concreto, "los vientos alisios no han soplado tan fuerte como otros años", tal y como revela Torres. 

En cambio, el anticiclón que habitualmente se encuentra sobre Azores –y es el que permite que soplen vientos más húmedos y frescos en Canarias– se ha desplazado y ha perdido fuerza, lo que, a su vez, ha generado a las Islas sople más a menudo viento del nordeste (desde el continente africano), que es más seco y suele estar mezclado con calima. De hecho, "este año se han intensificado el número de días que hemos sufrido la entrada de polvo en suspensión", valora Torres. 

Los científicos están seguros de que el cambio climático está detrás del año anómalamente caluroso que ha sufrido tanto Canarias como el resto del planeta. "Seguimos emitiendo cada año más gases de efecto invernadero, lo que se traduce en que las temperaturas sigan aumentando año tras año", insiste López. 

Sin embargo, durante el 2023 también se han producido dos fenómenos que han inducido a que el aumento de temperaturas sea mucho mayor de lo que se esperaba. El primero está ligado al deshielo que se está produciendo en el hemisferio norte, que según López, "ha dado lugar a una mayor acumulación de energía debido a la pérdida del efecto albedo del hielo". 

El segundo, y uno de los más mencionados durante el año, ha sido la aparición del patrón climático El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) que provoca un abrupto aumento de temperaturas en las aguas del Pacífico ecuatorial. Y aunque no existen datos para afirmar con certeza que El Niño tiene un efecto en todo el planeta, el debate científico sigue abierto. "Hace unos años se dudaba sobre si este fenómeno tenía efectos en el resto del planeta mientras otros apostaban por establecer una teleconexión entre lo que ocurría en el Pacífico y en otras regiones del planeta", recuerda Torres, que insiste que "habrá que analizar con tiempo y una vez acabe el fenómeno para comprobar cuál es la adecuada". 

El 2023 ha sido insólito, pero los investigadores dudan de que vaya a quedarse en una anécdota. "Es casi una seguridad que el número de olas de calor aumentará en los próximos años así como su intensidad y duración", insiste Abel López, que considera que este 2023 debe invitar a "reflexionar y actuar en materia de adaptación" en Canarias. Haciendo hincapié, en este sentido, en el desarrollo de una red de refugios climáticos y en adaptar distintos los distintos sectores económicos de las Islas a esta nueva realidad. 

Suscríbete para seguir leyendo