La ayahuasca y el veneno de sapo aún fluyen en la Escuela Floresiendo pese a la redada policial

Qué precio tiene que "las fronteras de la identidad desaparezcan como muñeca de sal que se disuelve en el océano de la consciencia del amor infinito". A priori, incalculable, pero en la Escuela Floresiendo, una entidad que asegura estar especializada en la "alquimia del amor", aseguran haber encontrado la 'pócima' necesaria: fumar veneno de sapo bufo antes de comer a 125 euros la sesión. Lo enmarcan, además, dentro de un regenerador retiro en una casa rural en los alrededores de Barcelona a 570 euros el fin de semana: para desayunar un "cóctel bioquímico" de kambó, otra secreción de una rana venenosa a 115 euros por dosis, y, por la noche, ayahuasca "para disfrutar del entusiasmo que brota del corazón".

El problema es que la noche del 23 de marzo del año pasado, durante uno de esos viajes hacia "el goce y el placer de simplemente ser y estar", la Policía organizó una redada en la vivienda acusando a los organizadores de estar proporcionando sustancias ilegales a los asistentes al retiro, y, además, de estar trayéndolas ilegalmente desde países como México, Brasil, Colombia y Ecuador. Una interrupción que no les ha detenido, pues siguen organizando los retiros de forma habitual.

La investigación de estas actividades por parte del Juzgado de Instrucción nº 1 de Arenys de Mar fue avalada el pasado mes de septiembre por la Audiencia Provincial de Barcelona, según una resolución a la que ha tenido acceso El Periódico de España, del Grupo Prensa Ibérica.

Los magistrados avalaron entonces la existencia de "indicios bastantes de la comisión de un delito contra la salud pública en su modalidad de tráfico o promoción del consumo de drogas tóxicas que causan grave daño a la salud, además de un delito de contrabando y un delito de instrusismo profesional".

La ayahuasca sí es ilegal

A pesar de ello, este periódico ha podido comprobar que la Escuela Floresiendo sigue organizando de forma habitual los retiros en la misma casa en Sant Pol de Mar, una localidad a 50 kilómetros de Barcelona, y bajo las mismas premisas: desayuno de kambó para obtener la "vacuna del Amazonas", fumar veneno de bufo a la hora de la comida y por la noche sumergirse en el viaje chamánico de la mano de la ayahuasca.

Los dueños de la empresa, un hombre y una mujer, intentaron en septiembre que la Audiencia Provincial de Barcelona anulase la causa contra ellos argumentando que la "ayahuasca no está reglamentariamente fiscalizada a día de hoy en España", y que, de hecho, se había producido por parte de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y de la "fuerza pública" un exceso de autoridad y una infracción de la inviolabilidad domiciliaria". La redada, argumentaron, podría haber constituido de delitos de allanamiento de morada, detención ilegal y prevaricación.

Sin embargo, la Audiencia Provincial de Barcelona desestimó el recurso argumentando que existen "indicios bastantes" de la comisión de los delitos por parte de los organizadores de los retiros, lo que justificaría la entrada y registro, aprovechando además los magistrados aprovecharon para dejar claro que sustancias como el kambó "tienen una toxicidad innegable que puede provocar inclusa la muerte en dosis inadecuadas".

En cuanto a la ayahuasca, el tribunal recuerda que contiene demiltriltriptamina (DMT), un compuesto con cuya "intoxicación se producen visiones y otros efectos nocivos para la salud, con riesgo especialmente grave en las interacciones con medicamentos". "Es uno de los alucinógenos más potentes que existen, y, por lo tanto, está sometido a fiscalización e incluido en la lista I del Convenio de Sustancias Psicotrópicas de 21 de febrero de 1971".

Ayahuasca en vez de juguetes

Los responsables de la Escuela Floresiendo, dice la investigación, habrían traído las sustancias desde países como México, Brasil, Colombia y Ecuador.

A pesar de que reconocen que llevan organizando este tipo de encuentros desde hace más de 10 años, los registros de los que tiene constancia la policía hablan de que desde el 1 de enero de 2021 habrían recibido 87 kilos repartidos en un total de 47 envíos. El último, uno de 2 kilos procedente de Ecuador que contenía ayahuasca y en el que se había declarado que había zapatos y juguetes. Para evitar que se rastrease la casa, lo que hacía el dueño era dar una dirección de entrega falsa y concertar la entrega directamente con el repartidor.

Por su parte, la persona que se publicitaba como "médico" de la entidad, dice el auto, y que es la que debería supervisar lo que allí sucede y se administra, fue detenida tres meses antes de la redada por recibir un paquete con 782 gramos de mescalina, otro alucinógeno.