¿La última Semana Santa en marzo? Las vacaciones cambiarán para siempre

La semana de fiestas podrían celebrarse siempre en abril según una proposición del Vaticano

Luis Miguel Mora

La Semana Santa es un tiempo de fe para unos y de descanso para otros. Estas fiestas son las únicas de todo el calendario que tienen una fecha móvil según el ciclo lunar, por lo que la planificación de las vacaciones es diferente cada año. Ahora, el Papa Francisco ha propuesto un cambio que sorprenderá a muchos y que acabaría con este cambio anual.

¿Por qué cambia la fecha de la Semana Santa?

La razón por la que la Semana Santa no tiene una fecha fija se debe a que se basa en el calendario lunar, mientras que el calendario civil que usamos habitualmente es solar. La Iglesia Católica determina la fecha de la Semana Santa a partir del primer plenilunio que ocurre después del equinoccio de primavera.

El equinoccio de primavera se produce siempre entre el 20 y el 21 de marzo, por lo que la Semana Santa puede caer entre el 22 de marzo y el 25 de abril. Esto hace que la fecha central de la Semana Santa, el Domingo de Resurrección, se celebre el primer domingo después de la primera luna llena que ocurre después del equinoccio de primavera.

Además, también existen otras razones históricas como la vinculación la Pascua Judía. Según la tradición cristiana, Jesús murió durante esta fecha, por lo que la Semana Santa no puede coincidir con esta festividad.

La Semana Santa siempre en abril

El Papa Francisco ha lanzado una proposición para que la Semana Santa se celebre siempre la tercera semana de abril, comenzando con un Domingo de Ramos que caería el segundo domingo de este mes. El máximo representante de la Iglesia Católica está en conversaciones con el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, es decir la Iglesia Ortodoxa, para unificar la fecha de la Pascua.

En 2025 se conmemorará el 1.700 aniversario del Concilio de Nicea, un evento crucial en la historia del cristianismo, ya que estableció la fecha de la Pascua como el primer domingo después de la primera luna llena que ocurre después del equinoccio de primavera. Esta fecha sería la fecha fijada para la unión entre ortodoxos y católicos.

¿En qué nos afecta este cambio?

Aunque ya se conocen las fechas en las que caerá la Semana Santa de muchos años en adelante, la fijación de una semana concreta para siempre acabaría con muchos problemas en las empresas y en la sociedad. En primer lugar, facilita la organización de viajes, eventos culturales y religiosos, así como actividades turísticas y económicas.

También simplifica la organización de actividades escolares, laborales y sociales al tener una fecha fija para las vacaciones. Y por último, fortalece la promoción de la Semana Santa como un evento cultural y religioso de gran importancia, atrayendo a más visitantes y fomentando el desarrollo local.