Sin embargo, las malas condiciones climatológicas desviaron su trayectoria para el litoral del vecino estado de Santa Catarina y se adentró en alta mar al verse arrastrado por el fuerte viento.

El religioso, que pretendía imponer un récord de veinte horas de vuelo sostenido por globos, logró pedir ayuda por teléfono en la última comunicación con las autoridades portuarias de Santa Catarina.

El 13 de enero, el sacerdote recorrió 110 kilómetros con el mismo medio de transporte, durante cuatro horas, entre Paraná y la vecina ciudad argentina de San Antonio.