En rueda de prensa, el conseller de Interior, Joan Saura, acompañado del secretario general de Interior, Joan Boada, ha reconocido que "no se puede afirmar con seguridad" cuándo se controlará el fuego, que afecta a una extensa zona arbolada, mayoritariamente de pino blanco.

Las condiciones climatológicas de "extrema gravedad" -a las cuatro de la tarde la temperatura alcanzaba los 38 grados y la humedad era sólo del 19%- no hacen sino dificultar las labores de los 70 medios terrestres y 20 aéreos de los Bomberos que trabajan en la zona.

A estos bomberos se suman efectivos de la Unidad Militar de Emergencia (UME), del Ministerio de Defensa, y de las Brigadas de Refuerzo en Incendio Forestal (BIRF), procedentes de Daroca (Zaragoza).

En total, medio millar de personas luchan contra las llamas para tratar de controlar el incendio.

Las perspectivas, sin embargo, no son halagüeñas porque, tal y como ha lamentado Saura, el ambiente está completamente "seco", circunstancia a la que contribuye el viento de poniente que se registra en la zona.

Además, en los próximos días las previsiones indican más calor y sequedad en toda Cataluña, por lo que el conseller ha reclamado "precaución" a aquellos que tengan la intención de practicar actividades de ocio al aire libre.

Por su parte, el responsable de mando de los Bomberos, Félix González, ha explicado que, hasta prácticamente las cinco de la tarde, la evolución ha sido positiva y se ha ido trabajando en el flanco noroeste, que es el que "más preocupaba".

Aunque en este punto los efectivos de extinción han avanzando "lentamente" debido a una orografía "complicada con mucha vegetación", y todavía no se había controlado el perímetro del incendio, la evolución estaba siendo buena.

Sin embargo, hacia las 17,35 horas de la tarde, el fuego se ha reactivado, se ha tenido que reubicar a los medios "para que no quedarán atrapados en zona insegura" y las llamas "se han desdoblado en focos secundarios" hacia el río Canaletes en dirección al Prat del Comte, ha señalado González.

Se trata de una zona de vegetación "muy tupida" y que, debido a la ausencia de caminos de acceso, únicamente se puede afrontar con medios aéreos, que también se encuentran con numerosas complicaciones debido a la gran densidad de humo.

Respecto a la superficie quemada, el Cuerpo de Agentes Rurales sigue estimando que hay unas 800 hectáreas afectadas, ha explicado González, que ha recordado que en esta zona se produjo un incendio hace quince o veinte, por lo que la vegetación no está saneada y se convierte en un combustible que "complica la extinción".