"No es una estafa, no es una estafa. Se sabrá que no lo es". Así se manifestaban ayer a las puertas del Palacio de Justicia de Benalúa familiares y amigos de los arrestados, quienes arroparon a la pareja del presunto cabecilla y al director general de la empresa una vez que la juez les dejó en libertad con cargos. "Estamos consternados", indicaron incrédulos ante lo que estaban viviendo. Una decena de personas allegadas abrazaron tanto a la pareja de Constantine, también de nacionalidad rumana y trabajadora de la empresa, como al director general de la firma, residente en Elche, cuando pusieron un pie en la calle. Los dos imputados que quedaron en libertad, una vez acompañados de los suyos y con lágrimas en los ojos rehusaron hacer declaraciones. s. ll.