Un joven turista pierde dos dedos de una mano por la picadura de una araña en Ibiza
No fue hasta el cabo de varias horas cuando la mano del afectado, de 19 años y galés, se empezó a hinchar
Carmen Pi
Un joven, de 19 años y natural de Gales, tendrá que pasar por el quirófano para que le amputen dos dedos de una mano y parte de otro debido a la picadura de una araña que sufrió cuando estaba de vacaciones en Ibiza.
Según explica el afectado, que llegó a la isla el 29 de mayo, se encontraba disfrutando de una puesta de sol en un reconocido local de la isla cuando se percató del mordisco, aunque no le dio importancia. «Me senté en unos escalones y noté cómo algo me picaba en la mano, pero no creí que fuera nada», relata. Como no le dio importancia, continuó en el local con sus amigos y a la una de la mañana se fueron a dormir. "Me levanté a las cinco de la madrugada porque la mano me ardía y no paraba de hincharse", recuerda.
Cada vez peor
Fue entonces cuando decidió ir a un centro de salud para ver qué le sucedía. «Me pusieron un par de inyecciones para bajar la hinchazón y calmar el dolor, pero se iba poniendo peor», explica.
Acto seguido, los sanitarios le trasladaron al Hospital Can Misses, donde le hicieron infinidad de pruebas ya que «no sabían de qué se trataba».
«Empecé a entrar en pánico porque mis dedos estaban cada vez más morados», recuerda el joven. Asustado y sin saber qué hacer, en el hospital le colocaron una vía intravenosa y quedó ingresado. «Los médicos me dijeron que nunca habían visto algo parecido», relata. Después de dos semanas en las que los médicos le sometieron a infinidad de pruebas, le comunicaron que se trataba de la picadura de un arácnido, la araña ermitaña parda, que inocula un poderoso veneno necrotizante. Por lo visto, depende de a quién le pique el cuerpo reacciona de una forma u otra. «Los médicos me explicaron que podría haber picado a otra persona después de mí y que tal vez le hubiese afectado solo a un dedo, no a toda la mano, como me pasó a mí», lamenta el joven.
Regreso a Gales
Tras dos semanas en el hospital, y a pesar de que su plan inicial era permanecer en Ibiza otros dos meses más, volvió a Gales, donde actualmente se encuentra a la espera de que el resto de la mano se cure para someterse a una intervención en la que le amputarán dos dedos de la mano derecha y parte de otro.
«No le diría a nadie que no fuese a ese lugar a ver la puesta de sol porque fue una coincidencia. Van millones de personas cada año y a nadie le ha pasado algo así antes que a mí», comenta el joven, que asegura que espera que con esta publicación, si «alguien vuelve a sufrir algo parecido», al menos los médicos puedan intervenir antes y tratar de salvarle la parte de el cuerpo que tenga afectada.
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