Casi un centenar de inmigrantes de origen argelino y sirio, entre ellos 11 niños y dos mujeres embarazadas, han sido rescatados en poco más de doce horas en seis pateras interceptadas en Benidorm, Calp, Tabarca y Alicante. Las 95 personas fueron socorridas por dos embarcaciones de Salvamento Marítimo con base en Alicante y Xàbia y trasladadas al puerto alicantino, donde los voluntarios de Cruz Roja le ofrecieron asistencia sociohumanitaria. La Policía Nacional les custodia mientras se esperan los resultados de la PCR para saber si alguno está contagiado con covid y se tramitan los expedientes por intento de entrada irregular en el país y los de protección en el caso de los menores. Esta avalancha de pateras ha sido generalizada en varias provincias, donde han llegado más de 300 inmigrantes en 48 horas a las costas de Cartagena, Almería, Granada y Baleares.
La primera patera fue interceptada poco antes de la medianoche de ayer a unas ochenta millas del puerto de Alicante. La «Salvamar Mirfak» de Salvamento Marítimo acudió al punto de rescate y comprobó que la patera estaba a la deriva a causa de una avería en el motor fueraborda, de 200 caballos. En la embarcación viajaban 23 personas, la mayoría de origen sirio. Entre ellas había cuatro mujeres y entre ellos cuatro mujeres sirias, una de ellas embarazada, cinco niños de corta edad y una bebé.
A las dos de la madrugada llegó una segunda patera a la cala del Tío Ximo en Benidorm, donde desembarcaron 12 argelinos y fueron interceptados.
Entre las cuatro y las cinco la madrugada detectaron una patera en Calp y dos en Serra Gelada en Benidorm. La «Salvamar Diphda» con base en Xàbia rescató a 51 personas que viajaban en estas tres pateras y las trasladó hasta Alicante. De estos 51 rescatados, cinco eran menores que iban con su madre, una argelina que también está embarazada de pocos meses, cuatro mujeres más y el resto varones adultos.
Los 95 rescatados se encontraban en buen estado de salud y los que peor debieron pasarlo fueron los menores. Los niños auxiliados en la patera que estaba a la deriva a 80 millas de la costa «estaban muy asustados», según fuentes de Salvamento Marítimo. La madre de varios de ellos explicó a Cruz Roja que su hijo de 6 años tenía miedo porque era consciente del peligro al que se enfrentaban, mientras que las niñas más pequeñas eran ajenas al riesgo y realizaron la travesía jugando y durmiendo.
La Policía Nacional realizaba ayer gestiones para tratar de identificar a los patrones de las seis pateras y proceder a su detención, como está haciendo últimamente. Precisamente, de la oleada anterior registrada hace dos semanas fueron detenidos dos patrones y el juzgado de guardia de Alicante acordó su puesta en libertad con cargos.
Las mujeres auxiliadas «llevaban 24 horas en el mar y no tenían esperanzas de vivir»
La costa alicantina había registrado en años anteriores otras oleadas de pateras pero hasta ahora no habían venido tantos niños. En total fueron rescatados once menores, incluido una bebé de siete meses, en las últimas pateras y seis de ellos viajaban con sus madres en una embarcación que estaba a la deriva a unas 80 millas del puerto de Alicante. Una vez en tierra, tanto los adultos como los once menores fueron atendidos por los voluntarios de Cruz Roja y así pudieron conocer de primera mano el drama que viven estas familias que no dudan en arriesgar sus vidas para buscar un futuro mejor.
Leila, una intérprete argelina que trabaja como voluntaria con Cruz Roja, pudo hablar con estas madres rescatadas y las mujeres sirias le relataron que «llevaban 24 horas en el mar y no tenían esperanzas de vivir; pensaban que podían morir». Estas familias viajaron hace año y medio de Siria a Argelia, a través de Libia, para buscar una vida mejor, pero la situación en el país argelino «cambió y era muy fea». Por ello, decidieron embarcarse en una patera con la intención de llegar a Alemania, donde tienen familiares y quieren buscar trabajo.
Estas mujeres mostraron al personal de Cruz Roja la buena atención recibida por la tripulación de Salvamento Marítimo que las rescató a unas ochenta millas de Alicante y les dieron mantas, agua y comida. «Ahora tienen una esperanza, pero horas antes pensaban que era el fin de todo», señala Leila.
