Audiencia de Madrid

La niñera acusada de intentar matar a la bebé que cuidaba culpa al hermano de cuatro años: "Era muy bruto con ella"

La fiscalía pide 25 años de cárcel por “agredir violentamente” a la menor con un objeto no identificado. El hospital de La Paz (Madrid) activó el protocolo de maltrato infantil

Fachada de la Audiencia Provincial de Madrid.

Fachada de la Audiencia Provincial de Madrid. / EFE

Tamara Morillo

Tamara Morillo

"La niña tiene lesiones gravísimas, un golpe de altísima energía y no accidental. A su hija la han maltratado". El diagnóstico llegaba tras una infinidad de pruebas realizadas la madrugada del 14 de marzo de 2018 en el Hospital Universitario La Paz (Madrid). La bebé, de dos años, presentaba una triple fractura craneal, hematoma, hemorragia y una vertebra rota. Los padres de la pequeña se quedaron en shock. "La cuidadora ha dicho que se ha despertado llorando en la cuna". Los médicos negaron: "las lesiones no son compatibles con esa versión".

Se llama R.N. y está acusada de intentar matar a la pequeña de dos años que cuidaba en el barrio de Chamartín (Madrid). Lo intentó, según la fiscalía, en dos ocasiones. La niñera, de origen rumano, está acusada de asesinato en grado de tentativa en el juicio que se está celebrando desde este martes en la Sección 15 de la Audiencia de Madrid. Se enfrenta a 25 años de prisión. En la primera jornada se han escuchado a los primeros testigos, los padres de la pequeña. También a ella. "Los hermanos eran muy brutos con la bebé, muchas veces me tocó separar al mediano de ella". El mediano tiene 4 años. La bebé, la víctima, en ese momento, tenía 2.

La niñera niega los hechos y deja ver, en su declaración ante la jueza, que cualquiera ha podido ser. "Uno de los niños, el mediano, me dijo que sus padres eran muy brutos con ellos también".

"Yo a su hija no la he hecho nada. Si no para de moverse, que quiere, ¿que la ate a las patas de la trona?"

Una de las frases que la mamá de la bebé asegura que le dijo la niñera

Un bulto enorme

13 de marzo de 2018. La madre de la bebé, que en ese momento está en una reunión de trabajo, recibe una llamada. Es la cuidadora de sus hijos, tiene tres (los mayores con 6 y 4 años, y la bebé de 2). La niñera lleva trabajando en casa desde que la pequeña tenía 4 meses, llegó en 2016. "Sobre las 18:00 horas me dice que la niña se ha despertado a las 16:30 horas, y que tiene dos puntitos en la lengua". R.N. asegura, que la niña está inquieta, que parece que se ha hecho daño mordiendo la cuna, pero está bien. "Había unos mordisquitos en la barra de la cuna", ha testificado hoy ante las preguntas del fiscal. "Tenía un poco de sangre, pero no me preocupó".

La niñera sale de casa a las 19:00 horas. El relevo en el cuidado de los niños, ese día, lo coge un amiga de confianza de la familia. "A las 19:00 horas me escribe esta amiga y me dice: no me extraña que te ha dicho que la niña está mal, menudo bulto tiene en la cabeza, lo que le tiene que doler'", cuenta la mamá en la sala. Saltaron las alarmas, "R.N nunca nos dijo nada de un chichón". Los padres de la pequeña llegaron a casa media hora después. "Mi hija tenía un llanto desgarrador".

La madre, cuenta, intentó calmar a la niña, "la bañé" y llamé a R.N. "Le pregunté que si había pasado algo, que me contara. Que la niña tenía un bulto, un chichón. Fue cuando me dijo una frase que me erizó la piel: 'Yo a su hija no le he hecho nada. Si no para de moverse, que quiere, ¿que la ate a las patas de la trona?". La cara de la pequeña empezó a hincharse por momentos y no dejaba de llorar. "Se empezó a inflamar el cuello y a ponerse violeta. Se le deformó la cara y la oreja se le separó". Fueron directos al hospital.

"Mamá, R. no"

Los medicos hicieron un sinfín de pruebas a la pequeña. Todos llegaron a la misma conclusión: la descripción de las heridas, las fracturas, no respondían a lo descrito por la cuidadora. El historial de la niña también llamó la atención. Trece días antes, había sido tratada por otra fractura craneal, esta vez frontal. Era 28 de febrero, esta vez fue un mensaje lo que la madre recibió: "la niña se ha caído, iba con un pianito en la mano, y al caer se ha dado con él".

Al llegar, describe su madre ante las preguntas del fiscal, "vi un chichón azul, y la cabeza como hundida... y también vi que la niña no podía girar el cuello". Asociaron que fue un esguince de la caída, "a partir de ese día no la pude poner de pie".

No son las únicas sospechas de malos tratos. Al principio no saltaron las alarmas, puestas todas juntas, ahora sí. La primera llegó en 2017. Otro golpe, un traumatismo grande, otro chichón. "Nos dijó que se había caído, pero nunca supimos como fue". Ya en 2018, unos días antes de la primera agresión tenida a cuenta en este juicio, la de febrero, hubo otra escena que no gustó a la pediatra de la bebé. "Me dijo", cuenta su madre, "lleva a la niña al hospital y no le cambies el pañal. Tiene el culete con sangre viva, roja. Y en un cachete hay un moratón. Cuando los doctores la vieron el pañal estaba limpio, alguien se lo cambió".

Tras el último ingreso, el 13 de marzo, la pequeña solo sabía repetir: "Mama, R. no".

Aviso a servicios sociales

La bebé ingresó el 13 de marzo y no le dieron el alta hasta el día 19. El propio hospital avisó a los padres de la pequeña: "tiene una fractura compleja, con múltiples focos, la historia que refiere no es compatible con la lesión". La fractura múltiple parietal (no frontal) es rarísimo que se produzca con un golpe en la cuna que, según describen, está acolchada". Los padres se sumaron a la denuncia. El 16 de mayo R.N. ingresó en prisión provisional, saldría en libertad seis meses después.

La acusación particular y la Fiscalía consideran probado que la mujer golpeó e intentó acabar con la vida de la bebé en dos ocasiones. "El día 28 de febrero de 2018, encontrándose la procesada a solas con los menores en el domicilio familiar (la bebé y sus dos hermanos de 4 y 6), agredió violentamente a C. M. P. M. en la cabeza con algún objeto contundente no identificado, a sabiendas de que, tanto por la forma de la agresión como por la zona corporal afectada, su ataque era susceptible de causarle la muerte prevaliéndose de que la edad de la niña impedía cualquier mecanismo de defensa por su parte".

La pequeña fue llevada al hospital Universitario de La Paz en Madrid, al que regresaría 13 días después. "El 13 de marzo de 2018, en torno a las 16:30 horas, la procesada intentó acabar con la vida de la niña de la misma forma, es decir, golpeándola nuevamente de forma violenta en la cabeza". El juicio continúa con la declaración de peritos, doctores y prueba documental en la Audiencia de Madrid.

La pequeña, ya recuperada, ha cumplido siete años este mes de abril.