El joven de 23 años acusado de matar de un tiro a su pareja el día de Navidad del pasado año en Los Palmerales fue juzgado ayer en Elche por una pelea ocurrida en 2019 en la que apuñaló a un hombre en el cuello con una botella. El acusado, defendido por el abogado Moisés Candela Sabater, alegó defensa propia y su letrado pidió su absolución, mientras que la víctima reiteró que fue atacado en el cuello con una botella rota después de que le recriminase al acusado por golpear a su perra.

La Fiscalía considera a Francisco N.M. autor de un delito de lesiones con uso de instrumento peligroso y solicitó en la vista oral, celebrada en el juzgado de lo Penal número 2 de Elche, que sea condenado a tres años y seis meses de prisión y al pago de una indemnización de unos 3.000 euros a la víctima por las lesiones y el perjuicio estético causado por el apuñalamiento en el cuello.

Altercado de madrugada

Según la acusación formulada por la Fiscalía y ratificada en el juicio por la víctima, los hechos ocurrieron a las cuatro de la madrugada del 23 de junio de 2019 en la calle Limoner de Elche. La víctima, que entonces tenía 39 años, se encontraba paseando en bicicleta por dicha calle cuando se encontró con el acusado y le recriminó que golpeara a su perra.

La reacción del procesado, según la Fiscalía, fue enfadarse y, guiado por el «ánimo de menoscabar la integridad física ajena», se abalanzó sobre el hombre de la bicicleta y le dio una bofetada.

La víctima cayó al suelo y a continuación, cuando intentaba levantarse, el acusado le asestó un golpe en el cuello con una botella de vidrio roto.

El acusado negó en el juicio que estuviera maltratando a su perra y aseguró que fue la víctima la que le atacó agarrándole del cuello y que cuando estaban en el suelo y lo tenía encima se defendió con un trozo de cristal que había en la calle. El procesado afirmó asimismo que conocía del barrio al hombre apuñalado porque le había hecho proposiciones de carácter sexual en anteriores ocasiones y se había negado, según fuentes judiciales.

La víctima, que ratificó los hechos denunciados desde el principio, declaró en fase de instrucción que le dijo al acusado que no le pegara más a la perra y que se la subiera a casa porque estaba acobardándola. Acto seguido recibió un guantazo, se cayó al suelo y le asestó un pinchazo en el cuello con el pico de una botella de cristal rota.

Andando al hospital

Según el agredido, pidió socorro pero al ver que no le auxiliaba nadie se fue andando solo al hospital. Asimismo, manifestó que el acusado le amenazó con matarle a él y a su familia.

Por contra, un testigo que no ha comparecido en el juicio y cuya declaración judicial se ha leído en la vista oral ofreció una versión de los hechos similar a la del acusado. Así, señaló en su día que conoce a las dos partes y que estaba con el acusado paseando a su perro cuando la otra persona se acercó y comenzó a insultar al can y a Francisco.

Después de los insultos, afirma el amigo del acusado que la víctima se bajó de la bicicleta y enganchó del cuello a Francisco tirándolo al suelo. Este testigo declaró igualmente que se marchó a pedir ayuda y que no se dio cuenta de que le golpeara con una botella, aunque no descartó que lo pegara para quitárselo de encima.