Un exjefe de la Comisaría de Alcoy dice que el policía juzgado fue grabado robando droga

Un mando declara que el acusado fue el único que entró al despacho y que cambió la sustancia de tres actas de denuncia por otra diferente

El acusado, de espaldas, en la primera sesión del juicio en la Audiencia de Alicante.

El acusado, de espaldas, en la primera sesión del juicio en la Audiencia de Alicante. / HECTOR FUENTES

El inspector jefe que estaba al frente de la Comisaría de Alcoy cuando se investigaba en el verano de 2020 la desaparición de droga incautada a ciudadanos en aplicación de la Ley de Seguridad Ciudadana declaró ayer en el juicio al agente acusado de robarla que el funcionario fue descubierto al ser grabado en dos ocasiones con una cámara, instalada bajo la autorización del comisario jefe provincial. Según la declaración de este mando policial ante el jurado popular en la vista oral que se celebra en la Audiencia de Alicante, el acusado entró dos noches en un despacho cerrado donde se guardaban las actas de denuncia con el estupefaciente y manipuló tres sobres, donde previamente se cambió la cocaína por una sustancia inocua con el fin de averiguar quién estaba sustrayendo la droga.

El responsable policial precisó asimismo que la primera noche manipuló dos sobres con cocaína donde metieron la sustancia inocua y al día siguiente un tercer sobre. El inspector jefe, que era el responsable de la Brigada de Seguridad Ciudadana y de forma accidental de toda la Comisaría de Alcoy, destacó que el acusado no sólo abrió los sobres, sino que dio el cambiazo a la sustancia e introdujo una que «era diferente morfológicamente y tampoco era la misma cantidad». Añadió que ni siquiera los alambres con los que estaban atadas las dosis eran del mismo color que los originales.

Estos tres sobres, según indicó en la vista oral la perito del laboratorio de Farmacia dependiente de la Subdelegación del Gobierno en Alicante, contenían originalmente 0,11, 0,61 y 0,43 gramos de cocaína.

Procedimiento con las actas

Por otro lado, el mando policial señaló que aunque las actas con la droga eran depositadas inicialmente en la oficina de denuncias, donde prestaba servicio el acusado y era de libre acceso a toda la plantilla, todas las mañanas los dos funcionarios de la Secretaría General de Seguridad Ciudadana, en cuyo despacho se guardaban las denuncias junto con las pequeñas dosis de estupefacientes incautados, las recogían y comprobaban su contenido. Al mismo tiempo procedían a su registro en un programa interno antes de llevarlas a Sanidad para analizar la composición, tal como confirmaron también los dos agentes en el juicio.

La investigación se puso en marcha después de descubrir a principios de septiembre de 2020 que tres sobres enviados a Sanidad estaban vacíos y no contenían la droga que se debía analizar. Un mes ante ocurrió lo mismo con otro sobre, pero inicialmente no se le dio importancia, según señalaron varios policías que declararon ayer en el juicio. Después de la desaparición de droga de cuatro sobres, comprobaron una noche que habían movido la caja donde estaban las actas y que estas habían sido manipuladas, por lo que se pidió autorización para instalar una cámara.

De dicho despacho solo tenían llave los dos funcionarios de la secretaría y había una de emergencia en otra dependencia también cerrada. «Nadie tenía permiso para entrar ahí» y el único que accedió cuando estaba cerrado fue el acusado, según el jefe accidental de la Comisaría. El acusado declaró el primer día del juicio que entró en dicho despacho «buscando folios» y que luego cogió dos dosis de droga, pero se arrepintió con posterioridad y devolvió la sustancia.

Manipulación de sobres

Por su parte, una policía de la brigada de Policía Científica de Alcoy que inspeccionó los sobres manifestó que los comparó con fotografías y constató que habían sido manipulados. Dos policías que arrestaron al acusado indicaron ayer que les confesó «espontáneamente» que robó cocaína para dársela a su novia, pero no se incluyó esta afirmación en las diligencias al ser una declaración fuera el atestado. La defensa del agente afirmó en su informe que la investigación policial no fue correcta ni objetiva, como con el cotejo de las huellas halladas en la caja de las actas. Cuestionó que la realizara la propia Comisaría de Alcoy y no Asuntos Internos, algo que los testigos señalaron que no es obligatorio. 

Asimismo, aunque los policías aseguraron que se han aportado todas las grabaciones y que solo entró el acusado en el despacho, se preguntó cómo es posible que la cámara de seguridad esté grabando más de un minuto antes de que entre su cliente en el despacho donde estaban las actas si, según los investigadores, se activaba sólo con el movimiento.

LA FISCALÍA MANTIENE SU PETICIÓN DE 4 AÑOS Y LA DEFENSA, LA ABSOLUCIÓN

El jurado popular se reunirá este miércoles para emitir un veredicto sobre la culpabilidad o no del policía acusado de robar droga incautada en la Comisaría de Alcoy. La fiscal del caso mantuvo ayer su petición inicial de 4 años de prisión y 6 de inhabilitación para cargo público por un delito de infidelidad en la custodia de documentos por funcionario, mientras que la defensa reiteró su solicitud de absolución, aunque el caso de que se le considera culpable reclama que se apliquen atenuantes por dilaciones indebidas y por tener afectadas sus capacidades por consumo de drogas y por el estrés derivado de su trabajo y de los problemas de salud del padre del policía. Para la Fiscalía ha quedado probado en el juicio que el acusado sustrajo droga en la comisaría y así lo confirman las grabaciones con la cámara de seguridad, que a su juicio demuestran que fue la única persona que entró al despacho. Por su parte, el abogado de la defensa, Gerson Vidal, destacó que de los primeros cuatro sobres no hay ninguna prueba contra el agente y sobre las grabaciones indicó que el hecho de entrara, saliera y regresara luego avala la versión del funcionario, que se arrepintió y entró de nuevo para devolverla. El policía reiteró su inocencia en el turno de última palabra en el juicio: «Nunca me llevé nada».